El Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga (COAM) ha establecido una comisión «para estudiar en profundidad» la Modificación Puntual de Elementos al Plan Especial del Puerto de Málaga presentada por la empresa concesionaria Unión de Iniciativas Marina de la Farola S. A. y que propone, entre otras cosas, un rediseño del equipamiento cultural en la esquina de oro que permitirá la creación de una rampa desde el muelle 2 con diferentes alturas bajo la que se quiere ubicar un Carrefour «de lujo».
Según explicó el decano del COAM, Antonio Vargas, dicha modificación «afecta al conjunto del Plan Especial, va más allá del edificio cultural, por eso cuando lo tengamos estudiado manifestaremos si vemos oportuno presentar alegaciones».
A su juicio, se ven modificados volúmenes, existe una nueva reordenación del edificio y se genera un debate sobre el uso del conjunto que obliga a una reflexión general, ya que el Plan Especial fue consensuado por todas las instituciones y agentes sociales en 2005 con un diseño distinto al de la nueva propuesta.
Respecto al hecho de que el supuestamente emblemático edificio cultural que ocupará la esquina más codiciada de Málaga sea proyectado por un estudio de arquitectura sin concurso alguno, Vargas señaló que la potestad «del diseño no está en manos de la ciudad sino de la concesionaria, que es a la que se dio la capacidad de proyectar» cuando se le adjudicó la actuación en el muelle 1 y la esquina con el 2, aunque eso fue «bajo los parámetros del Plan Especial que ahora pretenden cambiar, por lo que si nos saltamos las directrices del mismo habría que reflexionar entonces sobre esas condiciones y si no cabría la posibilidad de un concurso».
Si bien tanto la Autoridad Portuaria como el Ayuntamiento de Málaga se muestran de acuerdo o resignados con el nuevo planteamiento, la Junta no lo está. Han sido varias las declaraciones contrarias de la delegada del Gobierno andaluz en Málaga, María Gámez, así como de la propia Consejería de Obras Públicas y Vivienda. Fuentes de la Junta aseguraron a este periódico que estudiarán la Modificación Puntual de Elementos para valorar también la viabilidad de la misma, ya que su aprobación definitiva depende del Gobierno andaluz.
El objeto de la modificación es la reordenación de las actuaciones de edificación y urbanización del muelle 1 y esquina. La superficie destinada a uso cultural es de 6.300 metros cuadrados con un vestíbulo alternativo de 150 metros al nivel del Paseo de la Farola. Según el equipo redactor del proyecto, la empresa L35 Arquitectos, para reducir el impacto visual, el contenedor flexible, como denominan a la parte escénica cubierta, estará a una altura mínima de cuatro metros sobre el nivel de la confluencia del Paseo de la Farola con el de Los Curas y la avenida Cánovas del Castillo.
Oposición vecinal
Pero nada de esto convence a los vecinos de La Malagueta, que ya han anunciado su intención de presentar alegaciones. La presidenta de la asociación de vecinos, Lola Navas, afirmó que están en contra de dicha modificación y criticó que «el edificio cultural vaya en vertical» para colocar debajo el nuevo Carrefour, «cuando en el proyecto anterior iba en horizontal». Según ella, el inmueble mantenía su cota rasante al Paseo de la Farola, «pero ahora tapa cuatro o cinco pisos del Edificio Paseo de la Farola I».
Además, Navas definió el Carrefour como «un supermercado más» que se añade a los establecimentos de la zona «que ya cubren nuestras necesidades» y agregó que los vecinos de La Malagueta «nos sacrificamos por Málaga, no por un negocio». Estos vecinos se lamentan de que nadie les haya hecho caso: «Sólo contamos para pagar impuestos y votar», lamentó su presidenta.
Por su parte, el presidente de la Asociación para el Estudio y el Desarrollo Integral de Málaga (Aesdima), Joaquín Pérez, mostró su oposición al edificio cultural del puerto por considerar un «atropello» que se edifique por encima de la rasante del Paseo de la Farola «ocho o nueve metros». Pérez recordó que Ayuntamiento y Autoridad Portuaria firmaron un proyecto para mantener la línea del paseo como límite de elevación, «y no entendemos qué ha cambiado para que ahora propongan otro proyecto». Así, criticó el «importante impacto visual» en detrimento de las vistas y la conservación del paisaje de la zona.
Por su parte, Enrique Van Dulken, presidente de honor de esta misma entidad privada formada por empresarios y profesionales, y que incluso logró traer al arquitecto Frank Gehry a Málaga en 2001 para una posible actuación en el recinto portuario, expresó que el proyecto actualmente«está dirigido por políticos y no por profesionales» y se lamentó de que se esté construyendo «un puerto diferente al auténtico de Málaga».
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