miércoles, 15 de septiembre de 2010

Uno de cada cuatro edificios de Málaga se ha construido en los últimos diez años (La Opinión)

El crecimiento de la capital durante la última década es el segundo mayor de las principales ciudades españolas


El crecimiento de Málaga durante la última década ha sido muy importante, con la incorporación de 96.346 nuevos edificios.
El crecimiento de Málaga durante la última década ha sido muy importante, con la incorporación de 96.346 nuevos edificios. Gregorio Torres

MIGUEL FERRARY. MÁLAGA El Parque Litoral o las Colinas del Limonar todavía eran campo hace diez años, aunque ya estaban dibujados los planos de las viviendas que se iban a construir allí. Esas dos zonas forman parte de la nueva ciudad que ha surgido en la última década, cambiando las dimensiones y la imagen de Málaga de forma radical y contundente. La actividad de la construcción ha sido tal desde el año 2000 que una cuarta parte de los edificios de la ciudad han sido construidos en esta década, lo que supone 96.346 edificios.
Málaga ha vivido una segunda gran expansión tras la experimentada en los años 60 y 70, aunque en esta ocasión con características muy diferentes. Frente a cierto caos urbanístico, falta de calidad y de orden en décadas pasadas, durante los últimos años se ha aplicado un desarrollo urbanístico más pensado y de más calidad en los edificios.
Sin embargo, han llevado a Málaga a casi el límite de su capacidad de suelo urbanizable. El nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) se centra en el desarrollo del extrarradio, en lo que serán los últimos suelos para crecer. A partir de ese momento, dentro de una nueva década, el reto será renovar los grandes barrios de la ciudad y disgregar el crecimiento en los municipios del Valle del Guadalhorce, siempre que se consigan unas infraestructuras de transporte suficientes.
La evolución de Málaga capital entre el año 2000 y 2010 no es ajena a lo que ha ocurrido en otras grandes ciudades españolas. Sin embargo, Málaga destaca como el segundo municipio que más ha crecido, con un 25,8% de sus edificios construidos en la últimas década. Sólo es superada por Murcia, que ha sumado casi un tercio más de edificios en el mismo periodo. No obstante, Málaga sigue por delante de otras ciudades que se han expandido a buen ritmo, como Alicante, Valladolid o Madrid. Baste como ejemplo que, en número de viviendas construidas, Málaga supera a Barcelona y Zaragoza, y prácticamente empata con Valencia, ciudades las tres mucho mayores.

Nuevos espacios

El concejal de Urbanismo, Manuel Díaz, destaca que los nuevos barrios que se han construido «tienen una mayor calidad de vida, equipamientos sociales, zonas verdes y deportivas». Para el futuro adelanta que el crecimiento será más moderado, aunque acabe la crisis, y con un mayor peso de las VPO, que representarán el 36% de las futuras viviendas.
El Puerto de la Torre, Campanillas y parte de Churriana serán las nuevas zonas de expansión de la ciudad. Para éstas, el Ayuntamiento plantea en el nuevo PGOU un crecimiento moderado, con edificios que no superen las seis plantas y evitar que se saturen de población. Manuel Díaz asegura que se primarán las zonas verdes y se empezarán a regenerar espacios urbanos, como los entornos industriales desfasados de Repsol, la Térmica y Citesa. Allí se apuesta por edificios en altura para liberar superficie.
El arquitecto Ángel Asenjo reconoce que el desarrollo de la última década «ha sido bastante aceptable, pese a que no se tuvieron en cuenta algunos parámetros medioambientales». Para el futuro, apunta la necesidad de descentralizar el crecimiento y apoyarse en los municipios del área metropolitana, aportando soluciones al transporte.
El gran reto para el futuro, según Asenjo, será renovar los grandes barrios de los 60 y 70: «Habrá que plantearlo dentro de poco, porque se creció de forma desordenada y con edificios de poca calidad, que habrá que demoler y reconstruir».
El presidente del Colegio de Arquitectos de Málaga, Antonio Vargas, coincide en la necesidad de regenerar los barrios, «no sólo porque se agota el suelo, es una necesidad por la falta de criterios de sostenibilidad». Vargas apuesta por rehabilitar barriadas enteras y modernizar su ordenación.
Respecto al PGOU, el presidente del Colegio afirma que está bien planteado sobre el papel, pero teme que las modificaciones posteriores rompan la coherencia del planeamiento y alteren el equilibrio con incrementos de densidad, como ha ocurrido con el actual plan.

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