domingo, 17 de octubre de 2010

MARBELLA Melvin Villarroel. El arquitecto que dibujó la Costa del Sol. (SUR)

Marbella despide a Melvin Villarroel, artífice de proyectos turísticos claves en el desarrollo de la zona.

El premiado creador firmó, entre otras, las obras del hotel Puente Romano o la remodelación del Marbella Club.

Cuando Melvin Villarroel (La Paz, Bolivia 1931- Houston, EE UU 2010) llegó a Marbella, donde se afincó en la década de los 70, ya traía consigo un equipaje de prestigio. Una fama que se afianzaría cuando realizó una de sus primeras obras, el hotel Puente Romano. El príncipe Alfonso Hohenlohe le encargó los planos del establecimiento que no tardaría en convertirse en uno de los buques insignes del turismo de calidad. Un sello que imprimiría desde entonces a cada una de sus creaciones. Y la lista es larga.

El que ha sido el arquitecto más premiado de la Costa del Sol, era también licenciado en Física y Matemáticas por la Universidad de Santiago de Chile. Una preparación que da idea de su privilegiada cabeza y que llevó a este melómano empedernido, nacido en un país sin salida marítima, a diseñar, paradojas de la vida, algunos de los más grandes proyectos a pie de mar. Cada una de sus creaciones hizo crecer su prestigio como arquitecto diferenciado. Fiel siempre a una unión indisoluble entre arquitectura y naturaleza, una idea con la que forjó un estilo propio.

En la Costa del Sol firmó, entre otras, las obras de Marina del Puente, Alcazaba Beach, La Alzambra, Mansion Club, la remodelación del Marbella Club o el hotel Kempinski Bahía de Estepona. Fuera también rubricó proyectos claves como Marina del Este en la costa granadina o El Jardín Tropical de Tenerife, donde asimismo alumbró el Gran Hotel Abama o el Sheraton La Caleta, y así un largo etcétera al que hay que unir su premiado proyecto de urbanización Fair Lakes en Shanghai, que le abrió las puertas del continente asiático.

Rompiendo barreras

Su extenso currículum incluye también incursiones en los diseños de campos de golf o comunidades deportivas. Pero fue el hotel Puente Romano la creación históricamente más significativa para Melvin. «En él se probaron muchos conceptos que fueron la base para otros proyectos que vinieron después», reconoce Matías, hijo del artífice boliviano, que junto a sus tres hermanos, continúa hoy la labor de su progenitor desde el estudio de arquitectura marbellí.

Tras las paredes de su gabinete, Villarroel desarrolló plenamente el concepto del 'vacío'. Defendía que la arquitectura no termina con el cerramiento de los edificios, sino que incluye los espacios abiertos: pérgolas, terrazas, plazas, zona de piscina, lagos o jardines. En Puente Romano, Melvin consiguió convencer al promotor de incluir, por primera vez en la Costa del Sol, el 8% del coste total de la obra para el desarrollo del 'vacío', creando uno de los jardines más premiados de toda la zona.

«Melvin introdujo un concepto de arquitectura creativa y novedosa», incide al respecto Rudolf Graf von Schönburg, conde Rudi, amigo del genial creador. «Reinventó el 'pueblo andaluz', adaptándolo a las necesidades actuales y enfatizando los elementos básicos de la vida mediterránea, de la que se consideraba devoto», asegura el conde Rudi. Puente Romano fue la base para el desarrollo de estas tipologías urbanísticas y el catalizador de toda una generación de proyectos que evitó, a juicio de muchos, la masificación de Marbella al estilo de otras ciudades como Benidorm.

Una gran familia

El prestigioso arquitecto falleció de leucemia el pasado 4 de octubre, a los 79 años, después de luchar dos contra la enfermedad que se volvió invencible. «En ese tiempo siguió trabajando hasta los últimos meses, viajando contra la recomendación médica a Dubai, China, Marruecos y Cuba», recuerda Matías, quien también revela que su progenitor siempre trabajaba con música. Mozart, Vivaldi, Beethoven o Mahler le acompañaban en su estudio, pero también de puertas adentro en su hogar. «Nuestro padre empezaba todos los días con música clásica. Si escuchabas la 'Pastoral' y todavía estabas en la cama, sabías que tenías menos de cinco minutos para ducharte y estar presentable en la mesa para desayunar. Para él la familia era muy importante. No solo nosotros, sino también la gran familia que incluía su oficina, los promotores de sus obras, y toda la gente que involucraba en la creación de sus proyectos», evoca Matías.

Esa gran familia rendirá el último adiós al creador el próximo 22 de octubre con una misa en la Iglesia de la Encarnación que se oficiará a las 12.00 horas. Será la despedida a una persona «humanamente muy interesante», dice el conde Rudi. «Amigo verdadero y muy fiel a las personas con las cuales trabajó», abunda.

Dicen en Marbella que Villarroel tenía mucha sangre india por su fuerte carácter, pero al mismo tiempo comentan que era tremendamente justo. Una armonía interior que supo plasmar en su obra. En cierta ocasión refirió: «La arquitectura es un equilibrio entre lo construido y lo que contiene, entre el ambiente y los límites físicos creados por las paredes, espacios que en última, son el hábitat del ser humano».

El arquitecto que dibujó la Costa del Sol

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