miércoles, 13 de octubre de 2010

Prioridad: Guadalmedina (Málaga Hoy)

Representantes de la sociedad malagueña reclaman un paso adelante para dar respuesta al debate sobre el río y critican la parálisis que sufre el proyecto cinco años después de que se anunciase un acuerdo

SEBASTIÁN SÁNCHEZ | ACTUALIZADO 13.10.2010 - 09:39
¿Quién se acuerda del Guadalmedina? Ésta fue la pregunta que formuló ayer este periódico, sustentada sobre los últimos acontecimientos acaecidos en torno a una de las grandes asignaturas pendientes de Málaga y, más aún, en los últimos olvidos. Ni la cuestión ni el debate pasan desapercibidos para una amplia muestra de la sociedad de la capital de la Costa del Sol que defiende la necesidad de que las administraciones den pasos adelante en pos llevar a la realidad lo que hasta la fecha ha sido teoría.
Algunos, como el reputado ingeniero José Alba, son claros al demandar la creación de una estructura administrativa sencilla que dé imagen a esa apuesta, en la línea de lo que ya se hiciera en Bilbao para la regeneración de su ría. Pero en lo que casi todos coinciden es en la prioridad que Málaga debe dar a una cuestión casi eterna y ligada a su propia historia, si bien no tanto en el aspecto económico, sí en la formulación de las bases sobre las que erigir esta iniciativa.
Pero lo que era prioritario hace varios años, ahora ha caído en el olvido de muchos. Entre los que estaban en la fotografía de las tres instituciones anunciando el encargo al Cedex del estudio hidrológico del Guadalmedina hace casi tres años estaba José Luis Marcos, en ese entonces delegado del Gobierno andaluz. “Ese acuerdo fue bueno, pero es verdad que ha pasado bastante tiempo desde ese momento”, recuerda. “Para mí era, es y seguirá siendo un proyecto fundamental; una ciudad como ésta no puede llevar tantos años con el debate abierto”, añade, al tiempo que aboga por que todas las administraciones “pongan toda la carne en el asador para darle una solución”.
Frente a estos deseos, la realidad. “Sobre el Guadalmedina siempre ha habido un debate falso, porque la cuestión no es si tiene o no que ser embovedado, sino si se debe actuar o no”, apunta Alba, uno de los integrantes del grupo encargado de revisar el II Plan Estratégico de Málaga. “Para mí es un proyecto esencial, pero es necesario que el tema se estudie con rigor y se planteen alternativas, que hay muchas”, apostilla, al tiempo que recalca: “Son actuaciones que si se hacen de una administración frente a otra no salen adelante”.
Aunque a todo ello suma la necesidad de conocer la opinión de los ciudadanos. “Si, como creemos algunos, hay un 90% que dice que no le gusta cómo está el río, habremos dado un paso importante, porque es necesario consolidar una masa crítica favorable y que la ciudad identifique ese proyecto como de interés”, sentencia.
La que fuera alcaldesa de Málaga e impulsora del conocido Plan Guadalmedina, Celia Villalobos, asegura que desde 2004 este asunto “ha desaparecido de las prioridades de todo el mundo”. “Para mí es fundamental porque hay que romper ese horror que significa esa herida abierta, que solo aporta suciedad y división”, comenta. Pone el acento en la negativa de las administraciones socialistas a impulsar esta obra, pero cuando se le pregunta por la posición del Ayuntamiento y de De la Torre, responde: “No sé lo que se estará haciendo en el Ayuntamiento y los obstáculos con los que se ha topado; le he oído hablar de solventar este tema, ¿con la misma urgencia que yo quería?, pues no; pero cada uno tiene sus formas de hacer las cosas”.
Para el decano del Colegio de Arquitectos de Málaga, Antonio Vargas, el Guadalmedina es “un anhelo” de la ciudad y “una necesidad actuar sobre el cauce, ya que parte importante de su longitud tiene un aspecto bastante abandonado”. A su juicio, no obstante, no se trata de una intervención prioritaria en el actual escenario económico, aunque “es un tema que si se quiere abordar algún día hay que tratarlo ya”. “Si no lo empezamos ahora no se acabará nunca”, precisa. En una línea parecida se pronuncia el arquitecto Carlos Hernández Pezzi, para el que una inversión de este tamaño no es prioridad. Y apunta, como lo hiciera Alba, en la necesidad de un pronunciamiento claro por parte de la ciudadanía.
Otro de los organismos integrantes de la Fundación Ciedes es la Confederación de Empresarios de Málaga. Su secretario general, Javier González de Lara, cree que el Guadalmedina es “importante para la ciudad”. “Hay que darle más apoyo, no tanto en la financiación, pero sí en un acuerdo para proyectarlo”, señala.
Uno de los más claros en su pronunciamiento es Felipe Romera, director del PTA (patrono de Ciedes). “Nunca se han tomado con la intensidad necesaria este asunto, ha habido mucho anuncio pero nunca ha estado de verdad en la agenda de Málaga”, apostilla, al tiempo que estima que la actual crisis debe posibilitar que “empecemos a estudiarlo, asumiendo que es una actuación a medio y largo plazo”. También integra Ciedes el sindicato CCOO, cuyo secretario provincial, Antonio Herrera, denuncia que las administraciones opten por “favorecer los intereses partidistas por encima de los generales”, lo que perjudica al desarrollo de intervenciones como la del Guadalmedina.
La trascendencia que se otorga a esta iniciativa es compartida por las principales federaciones vecinales de Málaga, Unidad y Cívilis. Ramón Carlos Morales, presidente del primer colectivo, califica esta actuación de “vital” y cree “insostenible” que se trate de un proyecto que se alargue tanto en el tiempo. “Para mí es una actuación prioritaria pero no tengo esperanzas que de que eso vaya a cambiar porque cada vez que hay dos administraciones de diferente signo político se ponen chinitas en las ruedas del carro”, dice Antonio Fuentes, máximo representante de Cívilis. El urbanista Damián Quero, responsable de todos los planes generales urbanísticos aprobados en la etapa democrática de la ciudad, usa la palabra “sangría” para definir el estado del cauce y recuerda que en la actual revisión del planeamiento se puso sobre la mesa una opción de actuación, consistente en la creación de “una avenida de plazas, con las que unir las dos márgenes del río”. Sea ésta u otra acción, lo que tiene claro es que “hay que meterle el diente, hay que coger el toro por los cuernos”. “No es normal que llevemos tanto tiempo sin una solución”, apostilla.
El historiador Manuel Olmedo Checa subraya la importancia de intervenir sobre el río, no solo por una cuestión estética, sino también de seguridad. “Hay un retraso manifiesto de las administraciones central y autonómica, que son las competentes en el asunto, porque en esta procesión el Ayuntamiento no tiene ninguna vela”, añade, al tiempo que sentencia: “Es la mayor asignatura pendiente de Málaga , y la segunda, los Baños del Carmen”.

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