La Peña El Verdón reúne en tres días más de 300 firmas para evitar la demolición de un muro que el Ayuntamiento califica de «privativo»
11.05.2011 -
El presidente de La Peña El Verdón, Miguel Utrera, defiende que el patio andaluz «ha dado vida a un rincón deteriorado de Miraflores». :: N. R. N.
Esta vez la iniciativa vecinal se ha convertido en un serio problema. Todo comenzó a finales de febrero, cuando la Sociedad de Silvestrismo El Verdón, una peña de Miraflores de los Ángeles comenzó las obras de cerramiento del espacio público frente a su sede, al final de la calle Miramapola, una calle sin salida, que según los socios del local y vecinos de la zona se había convertido en su peor pesadilla.
«Esto era un rincón donde la gente se pinchaba, bebía y orinaba a cualquier hora del día, por eso decidimos adecentarlo construyendo un patio andaluz, pero parece ser que estamos haciendo un mal al barrio», explica Miguel Utreta, el presidente del colectivo.
Y es que el pasado 5 de mayo el dirigente de la peña se ha encontrado con una desagradable sorpresa, el Ayuntamiento estudiará la demolición del patio ante las reclamaciones de algunos vecinos que se oponen al «uso privado del mismo», algo que desmienten desde la Peña El Verdón.
«Desde el principio el presidente de la comunidad de vecinos y todas las familias están al tanto de esta obra, que ha dado caché a la calle Miramapola, pero siempre tiene que haber alguien que lo estropee. Son ganas de incordiar porque digan lo que digan, el barrio ha ganado con el patio y toda persona que pasa nos lo dice», dice Utrera.
La verdad por delante
El presidente no da crédito a la carta enviada desde Urbanismo, que les obliga a demoler el muro del patio y las rejas que lo cierran. «Es incomprensible porque tengo los permisos de obra y todo es legal, así que no tenemos miedo, vamos con la verdad por delante. Los vecinos están conmigo y desde el viernes pasado hemos reunido más de 300 firmas a favor del patio y ya veremos que pasa al final», manifiesta Utrera, quien asegura que tanto el presidente de la comunidad de propietarios como todos los pisos tienen una llave del recinto. «Además, esto sólo se cierra por la noche, durante todo el día abre para que entre público», recalca.
Por su parte, los vecinos discrepan sobre este asunto, aunque son mayoría las opiniones a favor del patio. «Para estar como antes, lleno de suciedad y de urinario público me parece lógica la solución de los vecinos, que son los verdaderos afectados. El Ayuntamiento puede decir que es un solar público pero no hay derecho que ofreciera la imagen de abandono anterior», considera Loli Gallardo, comerciante.
Falta de consenso
A otros sin embargo, les parece «una barbaridad cerrar una calle pública sin consentimiento municipal ni consenso, entonces todos nos apropiaríamos de las calles como nos venga en gana», declara Conchi Ruiz. Además, esta vecina desmiente que antes fuese un rincón sucio. «Se utilizaba para aparcar motos y los mismos vecinos lo limpiábamos», concluye.
Desde el Ayuntamiento se limitan a actuar en consecuencia al desacuerdo vecinal declarando en un escrito: «Que revoca la autorización de cierre concedida, debiendo procederse por la Peña El Verdón a la eliminación total del cerramiento, dejando el paso al fondo de la calle Miramapola libre y expedito».
El concejal de Bailén Miraflores, Mario Cortés, informó a SUR que ya ha manifestado al presidente de la peña, Miguel Utrera «que tiene que derribarse si no cuenta con el apoyo vecinal y de no hacerlo tendrá que hacerse cargo Urbanismo».
Cortés aclaró que aunque el Consistorio ya está estudiando la demolición no se descarta un acuerdo entre peña y residentes. «Si la comunidad de propietarias afectada decide en mayoría conservar el patio el Ayuntamiento no planteará ningún problema. No valen 300 firmas del barrio, sino de la comunidad afectada», aseguró el concejal, tras indicar el incumplimiento por parte de la peña de unas condiciones técnicas que amparaban el patio andaluz.
«La obra se autorizó por razones de salud e higiene, debiendo estar abierto al público de 10 a 22 horas con un cartel explícito del horario y siendo accesible para cualquier vecino de la comunidad, algo que según nos consta no se cumple», sentenció Cortés.
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