El régimen libio pretendía levantar en la finca La Resinera de Benahavís un complejo residencial de 2.000 viviendas, un campo de golf de 18 hoyos y un hotel · El dictador era el mayor terrateniente de la Costa del Sol
MARCEL VIDAL / MARBELLA | ACTUALIZADO 23.08.2011 - 01:00La victoria de los rebeldes libios contra coronel Muammar Gadafi puede terminar con algo más que con sus cuarenta años de dictadura. Puede también echar por tierra sus proyectos inmobiliarios en La Resinera, la mayor finca de la Costa del Sol, que se extiende por los municipios de Benahavís, Estepona, Pujerra y Júzcar y que el régimen libio controlaba a través del banco público Lybian Arab Foreign Bank (LAFB).
El gobierno de Gadafi pretendía levantar en la finca un complejo residencial de casi 2.000 viviendas, un campo de golf de 18 hoyos y un hotel. Otras informaciones añaden también equipamientos docentes, como un palacio de congresos, y sociales, como un geriátrico o una clínica. La propuesta llegó a la mesa del despacho del concejal de Urbanismo de Benahavís a principios de febrero, pocos días antes de que comenzaran las revueltas en Libia. Hoy, sin embargo, todo está paralizado, a la espera del desenlace del conflicto libio. El Consejo de Ministros de la Unión Europea publicó a mediados de marzo en el Diario Oficial de la UE un reglamento por el se ampliaban las medidas de bloqueo a los fondos de origen libio en la zona comunitaria y que afectó a la LAFB. La Organización de las Naciones Unidas también emitió sus propias directrices para prohibir las acciones del régimen libio. Días después, la Junta de Andalucía suspendió la iniciativa. "Desde entonces, todo está igual, sin resolverse, sin avanzar ni retroceder", admite el representante legal de la familia Gadafi en la Costa del Sol, el abogado Ignacio Pérez de Vargas. También influye que el PGOU de Benahavís se encuentra en la actualidad en fase de elaboración. "Mientras no haya un documento jurídico no se toman decisiones ni sobre este asunto ni sobre ningún otro", zanjó ayer el responsable del ramo, Lars Ake Olofsson.
La Resinera abarca unas 6.500 hectáreas de suelo, la mayor parte de las cuales están protegidas por su alto valor ambiental. Solo 500 hectáreas, las que se ubican entre los términos municipales de Benahavís y Estepona, son urbanizables. "Ésa es la zona de mayor atractivo de la finca, la parte sur. En el resto hay poca edificabilidad", señala el coordinador de Equo Marbella, Javier de Luis, quien desconfía del proyecto que pretendía construir Gadafi. "Una cosa es lo que dicen, lo que dibujan sobre el plano. Otra cosa son las modificaciones que se hacen sobre la marcha y lo que se acaba haciendo en la realidad", apunta.
Ante los momentos convulsos que vive Libia, De Luis también prefiere mantener la cautela antes de pronosticar qué puede ocurrir con el proyecto inmobiliario en La Resinera: "Primero tenemos que ver en qué situación queda el gobierno de Libia. Ahora mismo es imposible saber quién va a ser el titular de la propiedad. Yo creo que no se conocerá hasta dentro de un año o dos por lo menos". Sin embargo, a su juicio, lo más probable es que se acabe vendiendo porque la parcela es "un peso muerto" para el gobierno de Libia: "Aparecerá otro jerifalte y se la llevará".
Gadafi, el mayor terrateniente de la Costa del Sol, también posee otras propiedades. En Marbella disponen de dos viviendas de lujo, que suelen ser utilizadas por la hija del coronel, Aisha, y el hijo, Seif al Isaf, a quien los rebeldes libios aseguran haber secuestrado. Durante la visita de Muamar a España en 2007, Seif, presumiblemente, se hospedó en este inmueble. "La propiedad de las casas ya es más compleja. Esto ya depende de la forma en que adquirieron las propiedades y no sé si los tribunales libios se las pueden embargar llegado el caso", señala el coordinador de Equo.
Otras voces apuntan que Seif mantuvo en el 2003 en el hotel Las Dunas, de Estepona, encuentros con intermediarios británicos y estadounidenses para tratar aspectos relacionados con las indemnizaciones a las familias de las víctimas del atentado aéreo de Lockerbie (Escocia). Al entorno de los Gadafi también se le atribuyen propiedades en Sabinillas (Manilva), Sotogrande (Cádiz) y, en menor medida, en Sevilla y Granada.
El gobierno de Gadafi pretendía levantar en la finca un complejo residencial de casi 2.000 viviendas, un campo de golf de 18 hoyos y un hotel. Otras informaciones añaden también equipamientos docentes, como un palacio de congresos, y sociales, como un geriátrico o una clínica. La propuesta llegó a la mesa del despacho del concejal de Urbanismo de Benahavís a principios de febrero, pocos días antes de que comenzaran las revueltas en Libia. Hoy, sin embargo, todo está paralizado, a la espera del desenlace del conflicto libio. El Consejo de Ministros de la Unión Europea publicó a mediados de marzo en el Diario Oficial de la UE un reglamento por el se ampliaban las medidas de bloqueo a los fondos de origen libio en la zona comunitaria y que afectó a la LAFB. La Organización de las Naciones Unidas también emitió sus propias directrices para prohibir las acciones del régimen libio. Días después, la Junta de Andalucía suspendió la iniciativa. "Desde entonces, todo está igual, sin resolverse, sin avanzar ni retroceder", admite el representante legal de la familia Gadafi en la Costa del Sol, el abogado Ignacio Pérez de Vargas. También influye que el PGOU de Benahavís se encuentra en la actualidad en fase de elaboración. "Mientras no haya un documento jurídico no se toman decisiones ni sobre este asunto ni sobre ningún otro", zanjó ayer el responsable del ramo, Lars Ake Olofsson.
La Resinera abarca unas 6.500 hectáreas de suelo, la mayor parte de las cuales están protegidas por su alto valor ambiental. Solo 500 hectáreas, las que se ubican entre los términos municipales de Benahavís y Estepona, son urbanizables. "Ésa es la zona de mayor atractivo de la finca, la parte sur. En el resto hay poca edificabilidad", señala el coordinador de Equo Marbella, Javier de Luis, quien desconfía del proyecto que pretendía construir Gadafi. "Una cosa es lo que dicen, lo que dibujan sobre el plano. Otra cosa son las modificaciones que se hacen sobre la marcha y lo que se acaba haciendo en la realidad", apunta.
Ante los momentos convulsos que vive Libia, De Luis también prefiere mantener la cautela antes de pronosticar qué puede ocurrir con el proyecto inmobiliario en La Resinera: "Primero tenemos que ver en qué situación queda el gobierno de Libia. Ahora mismo es imposible saber quién va a ser el titular de la propiedad. Yo creo que no se conocerá hasta dentro de un año o dos por lo menos". Sin embargo, a su juicio, lo más probable es que se acabe vendiendo porque la parcela es "un peso muerto" para el gobierno de Libia: "Aparecerá otro jerifalte y se la llevará".
Gadafi, el mayor terrateniente de la Costa del Sol, también posee otras propiedades. En Marbella disponen de dos viviendas de lujo, que suelen ser utilizadas por la hija del coronel, Aisha, y el hijo, Seif al Isaf, a quien los rebeldes libios aseguran haber secuestrado. Durante la visita de Muamar a España en 2007, Seif, presumiblemente, se hospedó en este inmueble. "La propiedad de las casas ya es más compleja. Esto ya depende de la forma en que adquirieron las propiedades y no sé si los tribunales libios se las pueden embargar llegado el caso", señala el coordinador de Equo.
Otras voces apuntan que Seif mantuvo en el 2003 en el hotel Las Dunas, de Estepona, encuentros con intermediarios británicos y estadounidenses para tratar aspectos relacionados con las indemnizaciones a las familias de las víctimas del atentado aéreo de Lockerbie (Escocia). Al entorno de los Gadafi también se le atribuyen propiedades en Sabinillas (Manilva), Sotogrande (Cádiz) y, en menor medida, en Sevilla y Granada.
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