El primer semestre del año se cierra con sólo 9.101 préstamos firmados, empeorando los datos del 2010
JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ El ejercicio 2011 ha rebasado su ecuador estadístico confirmando el dicho de que siempre se puede ir a peor, al menos en el sector inmobiliario, que es el que se está llevando las bofetadas más grandes en esta crisis que no acaba. El número de hipotecas firmadas en Málaga hasta el mes de junio, en total 9.101 según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), supone ya una caída acumulada de casi el 30% en relación a los números del pasado año, que ya de fue de por sí pésimo.
La cifra es aún más irrisoria si la comparamos con el volumen de hipotecas que Málaga movía en los años 2006 y 2007, antes de que la burbuja inmobiliaria estallara en mil pedazos: la concesión de hipotecas ha bajado un 70% con respecto a esos años en los que comprar un piso eran tan asequible como hacer la compra.
Desde 2008 el descenso de las hipotecas ha sido continuado, una tendencia que sólo se revirtió artificialmente a finales de 2010 con compradores que buscaban beneficiarse de las desgravaciones fiscales por compra de vivienda, suprimidas por el Gobierno para la mayoría de las rentas.
El 2011, sin embargo, ha impuesto de nuevo la dura realidad de un mercado casi parado y con un stock de entre 20.000 y 50.000 viviendas terminadas y sin vender (el dato varía según la fuente). ¿El futuro? Incierto, cuando menos.
La Asociación de Constructores y Promotores de Málaga (ACP) reitera que ha sido la restricción del crédito por parte de los bancos y cajas la que ha precipitado el desplome de las ventas; fuentes del sector financiero, por su parte, recuerdan que es lógico que el crédito se haya restringido, ya que la solvencia de los clientes ha caído en picado. «¿Cómo va a pedir una hipoteca una persona que se ha quedado en el paro o que no tiene asegurado su puesto de trabajo?», comentan.
Sea como fuera, los datos sí reflejan un drástico descenso del dinero prestado para hipotecas por las entidades financieras en estos seis primeros meses del año: en total han sido 1.057,6 millones de euros, un 34,5% menos que hace un año y cerca de un 80% por debajo de lo que se prestaba en los tiempos del boom de vivienda. Unos simples cálculos revelan que la hipoteca media que se concede ahora mismo en Málaga ronda los 116.200 euros, unos 50.000 por debajo del máximo que se alcanzó en 2007, cuando el préstamo tipo superaba los 165.000.
Una parte de este descenso podría explicarse por la bajada de precio de algunas viviendas en el mercado, aunque parece más real pensar que son los bancos y cajas los que están imponiendo unas hipotecas ajustadísimas para correr los más mínimos riesgos, apenas con el 80% del valor de tasación de la vivienda y lejos, muy lejos, de las locuras de antes de la crisis, cuando se sobretasaban las viviendas para dar al comprador el 100% del dinero para la compra y, ademas, dinero para muebles y reformas.
Esa alocada tendencia, en que la que se concedieron hipotecas por encima de las posibilidades económicas de las familias, ha terminado cobrándose un severo peaje social: las ejecuciones hipotecarias en los juzgados malagueños, que en 2007 registraban sólo 1.140 casos, alcanzaron en 2010 las 4.534 órdenes de embargo, con una subida del 281%. En los últimos cuatro años ha habido casi 12.000 ejecuciones, entre particulares y promotores que tampoco pudieron hacer frente a sus préstamos hipotecarios, según el CGPJ.
No hay comentarios:
Publicar un comentario