La obra de la segunda fase del Plan Turístico de Málaga comenzará a principios de año y afectará a seis calles de la zona
RAQUEL GARRIDO / MÁLAGA | ACTUALIZADO 20.09.2011 - 01:00
La mejora del entorno de la Catedral de Málaga y la reurbanización de seis calles aledañas cambiarán la fisonomía de la zona conocida hasta ahora en apenas un año. La segunda fase del Plan Turístico de la capital ya está lista para comenzar y en ella la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de la ciudad invertirán 4,1 millones de euros en una obra que comenzará previsiblemente a principios de año, en un anuncio público entre las dos administraciones sólo unos días después de la polémica surgida en torno al retraso que experimentará la obra del Metro.
Esta segunda fase incluye la reforma de los jardines y la peatonalización de todo el viario del entorno de la Catedral y afectará a las calles Molina Lario desde la Plaza del Obispo a la Plaza de la Marina, a Cortina del Muelle en el acerado norte donde se pretende poner en valor el tramo de muralla que discurre por la misma, Postigo de los Abades, Cañón, Juan de Málaga y Charlie Rivel.
Tras el fin de la primera fase de este plan de intervención en el centro histórico, el consejero de Turismo de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso, y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, visitaron ayer las calles que ya han sido reurbanizadas y recorrieron las que serán objeto de la nueva actuación.
La prioridad será crear nuevos espacios para el peatón y en esta fase del plan lo que se hará será unir la Plaza de la Marina y el Paseo del Parque a través de la calle Molina Lario con la Plaza del Obispo y Postigo de los Abades, además de conectar e integrar el parque a través de la glorieta en la que se ubica el monumento al Comandante Benítez y que se integra con el entorno de la calle Cañón.
Una de las consecuencias de esta actuación será la reordenación del tráfico en toda la zona. Así, el tráfico que ahora rodea la parte sur de la Catedral cambiará por completo, ya que se eliminarán las paradas de los autobuses turísticos, de los coches de caballos y de los taxis que hay ahora, y se trasladarán a la calle Cortina del Muelle. Además, se restringirá el tráfico en la calle Molina Lario con sólo un carril que podrán usar únicamente los residentes o los vehículos de servicio público.
Pero no será hasta principios del año que viene cuando se prevé que comiencen, ya que el proceso de adjudicación se prolongará durante unos tres meses. Sí se hará antes el trasplante de los árboles que hay en el entorno por ser ésta la época más apropiada para hacerlo.
El consejero de Turismo señaló que este plan es "un antes y un después en la competitividad turística de Málaga" y advirtió de que "no vamos a parar y seguiremos ofertando lo mejor para el crecimiento de la industria de la felicidad, que es el turismo".
También el alcalde de la ciudad alabó el crecimiento turístico que ha experimentado la capital malagueña en los últimos años y recalcado que estas actuaciones fruto del Plan Turístico son "un ejemplo" de cómo las administraciones públicas pueden colaborar.
Todo comenzó en 2009 cuando la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento suscribieron este plan que tenía cuatro años de vigencia y que preveía una inversión superior a los 22 millones de euros, de los que el Ejecutivo autonómico sufraga el 60% y el Consistorio malagueño el resto.
Las obras ya finalizadas de la primera fase, que han costado 2,9 millones de euros, han supuesto la mejora del entorno del Museo Picasso y de las calles Alcazabilla, Pozo del Rey, San Agustín, Cister, Duque de la Victoria y el primer tramo de Molina Lario.
El tercero de los ejes contempla actuaciones para reactivar el espacio litoral con intervenciones singulares en las zonas de El Palo y Pedregalejo, como la construcción de miradores en la playa, la prolongación y ampliación de paseos marítimos a través de pasarelas o la revitalización de la plaza del Mar.
Como cuarta línea de actuación figura la creación y potenciación de clubes de producto a partir del turismo cultural e idiomático o los de congresos e incentivos, gastronomía, cruceros y grandes eventos deportivos, además de un plan de marketing específico asociado a los diferentes productos.
Esta segunda fase incluye la reforma de los jardines y la peatonalización de todo el viario del entorno de la Catedral y afectará a las calles Molina Lario desde la Plaza del Obispo a la Plaza de la Marina, a Cortina del Muelle en el acerado norte donde se pretende poner en valor el tramo de muralla que discurre por la misma, Postigo de los Abades, Cañón, Juan de Málaga y Charlie Rivel.
Tras el fin de la primera fase de este plan de intervención en el centro histórico, el consejero de Turismo de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso, y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, visitaron ayer las calles que ya han sido reurbanizadas y recorrieron las que serán objeto de la nueva actuación.
La prioridad será crear nuevos espacios para el peatón y en esta fase del plan lo que se hará será unir la Plaza de la Marina y el Paseo del Parque a través de la calle Molina Lario con la Plaza del Obispo y Postigo de los Abades, además de conectar e integrar el parque a través de la glorieta en la que se ubica el monumento al Comandante Benítez y que se integra con el entorno de la calle Cañón.
Una de las consecuencias de esta actuación será la reordenación del tráfico en toda la zona. Así, el tráfico que ahora rodea la parte sur de la Catedral cambiará por completo, ya que se eliminarán las paradas de los autobuses turísticos, de los coches de caballos y de los taxis que hay ahora, y se trasladarán a la calle Cortina del Muelle. Además, se restringirá el tráfico en la calle Molina Lario con sólo un carril que podrán usar únicamente los residentes o los vehículos de servicio público.
Pero no será hasta principios del año que viene cuando se prevé que comiencen, ya que el proceso de adjudicación se prolongará durante unos tres meses. Sí se hará antes el trasplante de los árboles que hay en el entorno por ser ésta la época más apropiada para hacerlo.
El consejero de Turismo señaló que este plan es "un antes y un después en la competitividad turística de Málaga" y advirtió de que "no vamos a parar y seguiremos ofertando lo mejor para el crecimiento de la industria de la felicidad, que es el turismo".
También el alcalde de la ciudad alabó el crecimiento turístico que ha experimentado la capital malagueña en los últimos años y recalcado que estas actuaciones fruto del Plan Turístico son "un ejemplo" de cómo las administraciones públicas pueden colaborar.
Todo comenzó en 2009 cuando la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento suscribieron este plan que tenía cuatro años de vigencia y que preveía una inversión superior a los 22 millones de euros, de los que el Ejecutivo autonómico sufraga el 60% y el Consistorio malagueño el resto.
Las obras ya finalizadas de la primera fase, que han costado 2,9 millones de euros, han supuesto la mejora del entorno del Museo Picasso y de las calles Alcazabilla, Pozo del Rey, San Agustín, Cister, Duque de la Victoria y el primer tramo de Molina Lario.
El tercero de los ejes contempla actuaciones para reactivar el espacio litoral con intervenciones singulares en las zonas de El Palo y Pedregalejo, como la construcción de miradores en la playa, la prolongación y ampliación de paseos marítimos a través de pasarelas o la revitalización de la plaza del Mar.
Como cuarta línea de actuación figura la creación y potenciación de clubes de producto a partir del turismo cultural e idiomático o los de congresos e incentivos, gastronomía, cruceros y grandes eventos deportivos, además de un plan de marketing específico asociado a los diferentes productos.
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