La ampliación de La Bajadilla comenzará en el primer semestre de 2012 tras la firma del contrato entre la Junta y la empresa adjudicataria
02.12.2011 -
La alcadesa de Marbella, Ángeles Muñoz, y la consejera de Obras Públicas, Josefina Cruz Villalón. :: SUR
Comienza la cuenta atrás para que Marbella entre en el único mercado de lujo que hasta la fecha le estaba vedado: el de los turistas que llegan en crucero. La Junta de Andalucía rubricó ayer el contrato para comenzar los trabajos de ampliación de la marina con la unión temporal de empresas que resultó adjudicataria, compuesta por la sociedad del jeque catarí propietario del Málaga Club de Fútbol, Abdullah Ben Nasser Al-Thani, y el Ayuntamiento de Marbella.
Tras la firma del documento, se abre un periodo de seis meses para que los adjudicatarios presenten al Gobierno autonómico el proyecto de obra, tras cuya aprobación se pondrá la primera piedra. Así lo anunció la consejera de Obras Públicas, Josefina Cruz Villalón, que estampó su firma en el contrato de esta importante infraestructura para la provincia junto a la del representante legal del jeque, José Carlos Pérez; el director gerente de la Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA), Sergio Moreno; y la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz.
«Esta obra es una apuesta para la recuperación de la actividad económica, y particularmente, del turismo de calidad en el litoral», reconoció la consejera. No en vano, la inversión prevista por el grupo de empresas del jeque Al-Thani asciende a 400 millones, de los que 109 (en realidad 84 millones más 25 de IVA) se destinarán a la mejora de la infraestructura portuaria, con la ampliación del número de amarres hasta 803 puntos y con el esperado muelle, de unos 200 metros de longitud y 7,5 metros de calado, para que los cruceros puedan fondear de una vez por todas en aguas marbellíes. El resto de la inversión se destinará a equipamientos comerciales y turísticos de alto copete, con la inclusión de un hotel de cinco estrellas.
Riqueza y empleo
«Es más que un proyecto de envergadura», aseguró, por su parte, la regidora marbellí. «Va a suponer -continuó Muñoz- mucho más que la transformación de la ciudad, va a ser un antes y un después, y va a ser un revulsivo económico que atraiga otros proyectos que harán más grande, si cabe, la ciudad».
Nadie pone en duda que la ampliación de la marina servirá para crear riqueza y empleo. Se calcula que 750 trabajadores serán contratados durante los cuatro años que se prevé dure la obra, aunque la aspiración de los adjudicatarios es acortar en un año este plazo.
Una vez que la nueva marina dibujada por las firmas Berenguer Ingenieros, Axel Logis y el estudio de arquitectura Seguí empiece a funcionar, las previsiones estiman 1.500 contrataciones directas.
El recinto portuario contribuirá además a enriquecer la oferta turística de la provincia. Al tratarse de embarcaciones de eslora media (hasta 175 metros), un sector que no compite con el de cruceros de grandes dimensiones, la oferta del puerto de Marbella y la del puerto de Málaga, lejos de competir entre ellas, resultarán complementarias.
La UTE concesionaria se encarga de financiar y ejecutar los trabajos y a cambio recibe los ingresos por su explotación durante 40 años, si bien se mantiene el carácter público de la marina y se garantiza la actividad pesquera junto a la náutica.
Pese a que la actuación estaba adjudicada desde la pasada primavera se mantenía en marina seca en virtud de un recurso contencioso administrativo interpuesto por el consorcio de empresarios que compitió con el jeque por llevar a puerto la ejecución de los trabajos, Marina Internacional de Marbella. Los empresarios pidieron la paralización del proyecto hasta que los tribunales se pronunciaran. El TSJA tomó la palabra a principios del mes pasado, y en su auto estimó que no está acreditado que continuar con el proceso produzca daños irreparables a la sociedad que presentó el recurso aun en el hipotético caso de que la Justicia les acabara dando la razón.
Los empresarios mantenían en su recurso que la adjudicación al jeque catarí y su socio municipal no respetaba las bases que fijaba el pliego de condiciones. Sobre este extremo se detuvo ayer a la consejera, que defendió con vehemencia los pasos dados por el Gobierno de Griñán. «Tenemos la absoluta seguridad de que hemos adjudicado la obra a la mejor oferta en términos técnicos y económicos», señaló.
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