domingo, 27 de mayo de 2012

El Ayuntamiento de Málaga vive su mayor parálisis inversora (La Opinión)


El equipo de gobierno tiene graves dificultades para ejecutar incluso lo que ya está comprometido






En la Judería de la calle Granada están las únicas cuatro VPO que construye actualmente el Ayuntamiento en Málaga.
En la Judería de la calle Granada están las únicas cuatro VPO que construye actualmente el Ayuntamiento en Málaga.  Arciniega

JAVIER GARCÍA RECIO Con el grifo del crédito totalmente cerrado, con los ingresos en caída libre, sin la cobertura que los dos últimos años aportaron los planes Proteja y Zapatero, y con un presupuesto de inversiones raquítico que además tiene serias dificultades para ejecutarse, el Ayuntamiento de Málaga vive una de las mayores parálisis de su historia, al menos de su historia reciente como ayuntamiento democrático.
El equipo de gobierno del PP, a punto de cumplir un año de mandato desde que tomó posesión en junio de 2011, ha ido sobrellevando con cierto éxito la situación de penuria y la falta de recursos. Ha podido sacar pecho en algunos asuntos, pero en general ha chocado con la dureza de la crisis, que ha llevado a la gestión municipal a un parón alarmante ante la escasez de medios y de ideas.

Inversión estancada
Tanto el alcalde, Francisco de la Torre, como sus principales concejales presumen de que el Ayuntamiento es buen pagador: se paga religiosamente a los empleados públicos (más de 6.000) y a los clientes y proveedores. Es decir, se mantiene la maquinaria administrativa y el día a día de la ciudad: limpieza, parques y jardines, seguridad, tráfico, que no es poco. Pero no hay más. Desde hace meses ya no hay llaves de VPO que entregar, ni plazas de aparcamientos públicos que adjudicar, ni jardines que inaugurar o bibliotecas o centros sociales.
El problema, y de ahí la parálisis, es que no existe perspectiva de que esos acontecimientos vuelvan a verse en un futuro cercano. La actividad municipal en cuanto a inversiones está prácticamente en estado de estancamiento.
Para darse cuenta de ello basta con echar un ojo al perfil del contratante del Ayuntamiento donde están anunciados todos los concursos públicos y licitaciones que se ponen en marcha tanto desde el propio Ayuntamiento como desde sus empresas y organismos autónomos.
La Gerencia de Urbanismo y el Instituto Municipal de la Vivienda son las dos entidades inversoras por excelencia. La Gerencia, con un presupuesto de inversión de 33,8 millones de euros, apenas ha puesto en marcha media docena de concursos para la ejecución de obras por valor de 2,3 millones. Destacan dos trabajos a punto de adjudicarse: la ejecución de un tercer carril en el Paseo de los Curas, por 450.000 euros, y las obras de la tercera fase del proyecto de pistas de skate en Arroyo el Cuarto por 676.239 euros.
Sólo las obras del bulevar
En Vivienda, con un presupuesto de 44 millones de euros, ahora mismo hay convocados cuatro concursos para otras tantas promociones, que suman en total 27 viviendas y algo más de 2 millones de euros.
Y el Ayuntamiento como tal, con un presupuesto de inversión de casi 4 millones de euros, aún no ha sacado a concurso ninguna ejecución de obras. Todos los concursos promovidos en lo que va de año por el Ayuntamiento se refieren a prestaciones de servicios como el de mensajería, el control de acceso en las dependencias municipales de Tabacalera, servicio de limpieza de varias dependencias de la Policía Local o del Museo Municipal.
El resto de áreas, organismos y empresas municipales están mano sobre mano en cuanto a inversión se refiere.Frente a ello, la joya de la corona, el ejemplo para ilustrar es la ejecución de las obras del bulevar o nueva avenida parque sobre el soterramiento de las vías del AVE en su primera fase, unas obras que comenzaron en enero y que marchan a buen ritmo con un coste de 12.226.706 euros.
Pero también los fracasos se acumulan en la cuneta del camino. Proyectos como la rehabilitación de la casa de Cánovas del Castillo o la recuperación de la manzana de los viejos Astoria y Victoria, la construcción de un funicular a Gibralfaro, el todavía parado Soho o el museo de las gemas, se enrocan en sí mismos y de vez en cuando se airean como posibles proyectos de futuro, pero que no terminan de cuajar.

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