domingo, 20 de mayo de 2012

Linde: ´Es el momento de replantearse el supermercado del muelle 1´ (La Opinión)



El presidente de la Autoridad Portuaria destaca que sigue pendiente el acceso al palmeral desde la plaza de la Marina






Enrique Linde en el palmeral del muelle 2, que ha cumplido unaño de su inauguración.

Enrique Linde en el palmeral del muelle 2, que ha cumplido unaño de su inauguración. Carlos Criado
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La integración de los muelles 1 y 2 del puerto en la vida ciudadana, la llegada de los primeros contenedores y la consolidación de los cruceros son algunos hitos que van a estar unidos a Enrique Linde, que tras 14 años está a la espera de dejar, en los próximos días, la presidencia del puerto de Málaga. Aunque satisfecho con el resultado, reconoce que su sustituto tiene muchos retos pendientes.

MIGUEL FERRARY ­Tras catorce años al frente del puerto de Málaga, Enrique Linde vive estos días pendiente del teléfono, de recibir la llamada que le anuncie su relevo como presidente y el nombramiento de un sustituto, algo que ha solicitado por escrito al presidente de la Junta, José Antonio Griñán. A partir de ese momento llegará el tiempo de descansar, dedicarse a la política como militante del PSOE y buscar nuevas ocupaciones. Hasta entonces es hora de hacer balance de su gestión, durante la que se ha vivido la transformación del puerto en su tráficos y la apertura a la ciudad.
¿Tiene ya fecha para que el presidente andaluz nombre a un sustituto?
No se cuándo será, pero es seguro que me voy porque llevo catorce años y he cumplido un ciclo, aunque nada se cierra o se termina completamente, sí creo que se cierra un ciclo. También se lo he pedido al presidente expresamente y creo que es una buena decisión.
Su llegada al puerto coincidió con un momento en que se empezaba a plantear una redefinición de los tráficos. ¿Qué balance hace de estos cambios?
El balance nunca es blanco o negro. En estos 14 años hay un cambio sustancial en la configuración del puerto y creo que a mejor, ya que se ha terminado la apertura a la ciudad y se han consolidado tráficos alternativos al petróleo que son menos amenazantes. Aunque hay sombras, el balance es positivo.
¿Tiene futuro el tráfico de mercancías o se debe apostar más por los cruceros?
No hay un puerto dedicado a una cosa u otra. Siempre están dedicados a actividades múltiples. Evidentemente los puertos son reflejo del hinterland –área de influencia económica– que tienen detrás. En la medida en que vaya evolucionando el hinterland, evoluciona el puerto. Los contenedores tienen futuro como transbordo, porque eso no depende del hinterland.
Pero hay voces que abogan por ganar más espacio de cruceros a costa de las mercancías.
No hay un puerto dedicado sólo a una cosa. El puerto de Miami, que es el número uno del mundo en cruceros, mueve 3 millones de contenedores al año y en el mismo puerto. Es lo normal. Barcelona es el primero de Europa en cruceros, pero tiene tráficos de productos químicos, graneles, contenedores... Los puertos no se pueden dedicar sólo a una cosa. En la medida que estemos bien situados para transbordo de contenedores, recibiremos contenedores. Cuando se reactive la construcción y las cementeras empiecen a consumir clinker, vendrá clinker. Puedes poner más el acento en una cosa que en otra, pero pensar que sólo se dedique a una cosa sólo pasa en los puertos deportivos y pesqueros.
¿Qué idea tenía del puerto de Málaga cuando llegó hace catorce años?
Sabía dos cosas fundamentales. Una que había un embrión de la operación Puerto-Ciudad que había que desarrollar; y otra que estaba la amenaza de que el petróleo se marchara. La amenaza se cumplió a los dos años y nos pusimos a trabajar en el Plan Especial desde el principio.
¿Y qué se va a encontrar la persona que le suceda en el puesto?
Pues se va a encontrar un puerto que está consolidado en cruceros, no tanto en contenedores, y con la parte más importante de la operación Puerto-Ciudad terminada, aunque queden algunos temas pendientes como es el Muelle de Heredia, que por la coyuntura económica actual no ha podido culminar. Además, tiene el reto de mantener la competitividad en cruceros y contenedores.
Pero la integración con la ciudad no estará terminada hasta que no se complete el Muelle de Heredia y los planes para la plataforma de San Andrés.
La parte más simbólica, emblemática e importante de la operación Puerto-Ciudad son los muelles 1 y 2, sin duda. El Muelle de Heredia supondrá la utilización de una parte del puerto para la ciudad, pero no es lo mismo que la integración. El auditorio no depende de la Autoridad Portuaria, porque los terrenos se enajenaron y es el consorcio quién debe fijar los ritmos. Queda el puerto deportivo de San Andrés, donde se debe empezar la obra.
La negociación y gestión de los proyectos de remodelación de los muelles 1 y 2 ha sido muy larga, compleja y con muchos cambios. ¿Ha merecido la pena?
Ha merecido la pena totalmente. El palmeral es un logro de primera magnitud para la ciudad y el Muelle Uno es una zona de expansión desconocida, con un éxito y aceptación tremenda, muy buenas calidades y una oferta interesante. Creo que ha merecido la pena. La imagen que tenía de cómo debía ser el plan especial era lo que ha sucedido y esa imagen me ha permitido aguantar catorce años, porque el proceso ha sido polémico, difícil, con parones... Al final ha merecido la pena porque lo que había imaginado no es muy distinto de lo que es.
¿Ha cambiado mucho respecto a cómo lo veía hace diez años?
El muelle 1 está prácticamente igual, pero ha habido muchos proyectos de la esquina. El muelle 2 se configuró como espacio público en 2003 y no es muy diferente en los contenidos a lo que me imaginaba.
El miércoles pasado se presentó en la sede del OMAU (Observatorio de Medio Ambiente Urbano) un libro que analizaba distintas operaciones de integración del puerto y la ciudad. Del caso de Málaga echaba en falta mejores accesos y que continuaran determinadas barreras físicas, como las carreteras.
Queda una cuestión pendiente que es el acceso por la plaza de la Marina. En el proyecto primitivo –de Jerónimo Junquera– había una cosa, que tiene sus dificultades de implementación, como es una pasarela en alto desde la plaza de la Marina hasta el puerto. Eso no está resuelto y lo más inmediato debe ser resolver el acceso desde la plaza de la Marina, que tiene su dificultad por el uso actual de este espacio. Ésta, en vez de ser una zona de uso ciudadano, no se usa salvo porque se ponen carpas continuamente y eso divide mucho. También creo necesaria una comunicación en la mitad del Parque con el palmeral. Creo que hace falta hacer más permeable esos accesos.
Pero entre el Parque y el muelle 2 hay una barrera física clara con la verja.
¿Está el Retiro integrado en Madrid? ¿O el Parque del Oeste en Málaga? Creo que hemos hecho una obsesión de un tema imaginario. Ahora es verdad que hay poca gente que vaya del Rectorado al puerto, pero habrá más cuando esté el Museo de la Aduana y hay que buscar una forma de llegar al palmeral. De todas formas, el objetivo de la operación era que los ciudadanos utilizase el puerto y esto se ha conseguido con un número enorme de personas, con lo que la integración existe.
¿Qué es lo que más le satisface de los muelles 1 y 2?
Me satisface la estética del palmeral y la vida del muelle 1.
¿Necesita el muelle 1 un supermercado para dinamizar comercialmente la zona?
No sé si es imprescindible o no en la cuenta de resultados de la empresa. Lo que pasa es que se entendió mal, se explicó mal y se hizo con enemigos que no esperaban. Sin ser una pieza imprescindible, nunca entendí esa satanización que se hizo del supermercado. Se formó un movimiento contra él y, como dentro del pliego se daba la opción de aceptar o no, el consejo de administración lo rechazó. A mí no me gustaba, prefería restaurantes buenos y tiendas, pero hay que pensar que el momento económico de este país es muy difícil y elevar el listón de las exigencias en un momento como éste puede tener sus problemas.
Comenta que se explicó mal y que se satanizó, pero usted tampoco estaba de acuerdo en que se instalase el supermercado y lo expresó públicamente.
Tenemos que ser un poco permeables a la opinión pública. Lo hemos sido en todo el proyecto y en este punto, también.
¿Había un rechazo amplio de la opinión pública o eran unos intereses concretos?
Bueno, era la opinión publicada, que es la que afecta y la que parece que existe. Ahora estamos en un momento de replanteárselo. Si somos razonables, la situación económica es muy difícil para todos y poner listones de exigencias difíciles de cumplir, nos puede traer más problemas.
Las negociaciones con el alcalde fueron siempre motivo de fricción en la negociación del Plan Especial. ¿Se trabajó siempre con lealtad y transparencia?
Mi relación personal con el alcalde es buena, otra cosa es la discrepancia. Decir que ha sido desleal es muy fuerte. El Ayuntamiento tuvo un problema del año 2000 al 2004, que era que no sabía lo que quería. Presenté seis proyectos, todos previamente pactados con representantes del Ayuntamiento y Urbanismo. Nunca presenté un plan o modificación sin haberlo hablado y acordado antes. Y los seis fueron rechazados. ¿Qué pasaba? Había en el mundo del urbanismo y del Ayuntamiento criterios contradictorios o no se tenía una idea muy clara o el alcalde no tenía un criterio y era muy permeable a las presiones. Algo pasó para que seis proyectos fueran rechazados. ¿Eso es deslealtad? El resultado es desleal, pero la motivación a lo mejor no. El periodo de 2000 a 2004 fue de incertidumbre y desconcierto.
Ese desencuentro se volvió a vivir en 2010 cuando se planteó la modificación del diseño de la esquina entre los muelles 1 y 2, proponiendo un edificio en altura.
Hubo un cambio de opinión brutal del Ayuntamiento sobre aquel edificio, del que expresé mis reservas desde el primer momento. Advertí de los riesgos al Consistorio y a Unicaja, de que era difícil explicar un edificio allí. Aunque no me disgustaba la idea, veía que era muy difícil llevarla a la práctica. Me dijeron que sí, que adelante. Y después de presentarlo junto con el Ayuntamiento, de la noche a la mañana, el alcalde dice que no.
Dio una rueda de prensa en que se le vio muy molesto con el alcalde.
Fue tan claro el cambio, me sentí tan traicionado, que me pareció un signo de deslealtad. Advertí todo lo que podía pasar y me dijeron que no pasaba nada. No me disgustaba, pero comprendía que era muy difícil de explicar y mantenerlo. Todos insistieron en que sí, el alcalde el primero, y de pronto me enteró por el periódico que había cambiado de opinión.
El tráfico de contenedores parece que se ha recuperado tras un año y medio muy malo. ¿Es coyuntural? ¿Volverá a caer?
El problema de los contenedores es que hay que ser competitivo siempre, no es un tráfico cautivo. Algeciras tiene cautivo casi todo menos contenedores. Aquí los cruceros no son cautivos, porque pueden ir a Cádiz o quedarse en Alicante, y con los contenedores pasa igual, que pueden desviarse a Algeciras o Tánger. Hay que estar en la brecha de la competitividad constantemente. Este puerto tiene esta característica y puede ser una maldición o no, pero es así. No es pensable que Noatum –que gestiona la plataforma de contenedores- se vaya. Hay épocas mejores y peores, pero tienen una concesión por 35 años.
¿Por qué van a venir aquí los barcos de contenedores si Tánger es más barato?
Porque lo hacemos mejor. Tánger es más barato, pero no mucho más, pero en Málaga tenemos rendimientos que no tiene Tánger. Hay que buscar la competitividad en precio, pero también en eficiencia, tiempo y más cosas.

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