El Patronato de Turismo de la Costa del Sol y la Asociación de Promotores y Constructores se han reunido con inversores búlgaros y rusos, dos países que están superando bien la crisis
ÁNGEL RECIO / MÁLAGA | ACTUALIZADO 28.05.2012 - 01:00
Si los compradores de vivienda no van a las inmobiliarias y a las casetas de ventas ubicadas en la provincia hay que ir a buscarlos directamente a sus casas. A sus países. Máxime cuando, según la Asociación de Promotores y Constructores de Málaga (ACP), hay unos 13.000 inmuebles terminados y vacíos a la espera de un dueño a lo largo de toda la costa y que su falta de comercialización ahoga económica y financieramente a las promotoras locales, hasta el punto que muchas de ellas ya han tirado la toalla, han presentado concurso de acreedores, despedido a miles de empleados y dejado su patrimonio en manos de las entidades financieras.
La ACP y el Patronato de Turismo de la Costa del Sol han decidido coger el toro por los cuernos y, como los antiguos empresarios turísticos que impulsaron la Costa del Sol en la década de los 60 pateándose Europa a la caza de posibles clientes para sus hoteles con la única compañía de una maleta y una sonrisa, han estado esta semana en Bulgaria y Rusia hablando con inversores, agencias inmobiliarias, medios de comunicación, políticos y todo aquel que ha tenido a bien recibirlos.
En la carpeta llevaban el proyecto Living Costa del Sol, cuyo objetivo es dar a conocer la oferta residencial enstock en la provincia, sus precios, sus características y, sobre todo, demostrar que el comprador potencial de alguno de estos inmuebles puede tener la tranquilidad de que esa vivienda es completamente legal. De hecho, un despacho de abogados ha verificado todo el proceso y ha autentificado la documentación administrativa, urbanística y técnica de cada vivienda bajo la tutela del propio Patronato de Turismo.
Los artífices de este proyecto, tras hacer varios estudios de mercado y analizar las posibilidades, fijaron como mercados prioritarios para buscar inversores a Alemania, Rusia y los países del este. En un segundo plano quedan Reino Unido, Irlanda y los países nórdicos. La delegación malagueña, encabezada por Elías Bendodo, presidente del Patronato de Turismo, y José Prado, presidente de la ACP, aprovechó la visita a la ITB de Berlín el pasado mes de marzo para reunirse con agentes especializados y firmar un acuerdo con la cadena inmobiliaria alemana Dahler & Company. Hace unos días han vuelto a hacer las maletas y han viajado hasta Bulgaria y Rusia, dos países en pleno crecimiento y a los que la crisis económica no les está afectando de manera tan directa.
En ambos países han suscrito un acuerdo con la agencia inmobiliaria Home for You, una firma que está muy presente en los dos mercados y que colabora con medio millar de agencias de todo el continente. La primera parada fue Sofía, la capital búlgara. Bulgaria, como España, tuvo un fuerte crecimiento económico entre 2000 y 2008 gracias a la construcción de infraestructuras y al aprovechamiento de fondos estructurales europeos. Durante esos años el PIB búlgaro se incrementó a una media anual del 4,5% y en 2007 incluso llegó al 6,4%. Empezó a notar la crisis en 2008 aunque el palo le vino en 2009, cuando la economía nacional descendió un 5,5%. La inflación y su alto déficit por cuenta corriente son su talón de Aquiles, aunque han escapado de la crisis antes y mejor de lo esperado y ya en 2011 hubo un incremento del PIB del 1,7%.
La economía búlgara marcha, pero su PIB per cápita en 2011 sigue siendo muy bajo (apenas 5.174 euros). No obstante, en Sofía hay delegaciones de importantes multinacionales relacionadas con la banca o la abogacía y sus profesionales sí tienen un alto poder adquisitivo. Se estima que unas 20.000 personas podrían ser compradores potenciales de viviendas en la Costa del Sol.
¿Qué es lo que busca el cliente búlgaro? El embajador de España en Bulgaria, José Luis Tapia, destacó que los búlgaros se sienten atraídos principalmente por el clima, el sol y la playa aunque también valoran muy positivamente la oferta cultural, de golf, la gastronomía o el medio ambiente. La Costa del Sol no es, por ahora, uno de los destinos prioritarios para el mercado búlgaro, aunque está creciendo poco a poco. El año pasado, según datos del Patronato de Turismo, entraron por el aeropuerto de Málaga 8.066 viajeros de esta nacionalidad, lo que supuso un aumento del 23,6% respecto a 2010. En lo que va de ejercicio ha habido un descenso próximo al 10%.
En el proyecto Living Costa del Sol se incluyen todo tipo de viviendas y de precios, por lo que se pueden encontrar inmuebles desde menos de 150.000 euros. Confiando en que el mensaje hubiera calado entre los búlgaros -tanto para la venta de pisos como para un aumento de posibles turistas-, la delegación siguió camino a Moscú acompañada por los máximos representantes de Home for You. Los rusos conocen sobradamente la Costa del Sol y está aumentando de forma considerable el número de turistas hacia este destino. El año pasado se contabilizaron en el aeropuerto algo más de 36.000 -un 28,9% más- y en los cuatro primeros meses de este año el número de pasajeros se ha disparado un 50%. Sus volúmenes son también bajos y no se pueden comparar con los de británicos, alemanes o franceses, pero la tendencia es al alza y positiva.
Rusia es enorme y hay un amplio abanico de multimillonarios y, en general, personas adineradas que quieren invertir fuera de su país y el sector inmobiliario de la Costa del Sol puede ser una buena opción ya que conocen perfectamente que los precios están bajos y que el empresario está un poco desesperado. El Patronato y la ACP estiman que la demanda rusa está creciendo y que hay desde ciudadanos que buscan inmuebles de lujo con un coste medio de tres millones de euros a otros que estarían dispuestos a invertir entre 200.000 y 400.000 euros.
Todo dependerá de cómo funcione la economía rusa y, por ahora, no les está yendo mal. Entre 1999 y 2007 su PIB creció a una tasa media del 7% anual gracias a una recuperación del consumo privado y al aumento del precio del petróleo. Como ocurrió en Bulgaria, los primeros síntomas de la crisis financiera aparecieron en el tercer trimestre de 2008 pero el gobierno ruso inyectó liquidez en el sistema financiero del país y vendió a empresas extranjeras algunos activos. Salvaron los muebles en 2008 y el PIB aumentó un 5,6%, aunque muchos se asustaron y empezaron a sacar capital. Se estima que hasta 130.000 millones de dólares abandonaron el país en ese año, por lo que la caída económica en 2009 fue espectacular. El PIB se redujo un 7,9%. Sin embargo, en 2010 volvieron a recuperar el pulso y las arcas se incrementaron un 4% gracias al estímulo de la demanda interna, el desarrollo de infraestructuras o de las pymes.
Moscú es la gran capital aunque la delegación malagueña no se quedo ahí. A 1.667 kilómetros al este se alza la ciudad de Ekaterimburgo y hasta allí se desplazaron el jueves los profesionales del Patronato y la ACP, ya sin Elías Bendodo que regresó el miércoles a Málaga. Es la cuarta ciudad más poblada de Rusia con 1,4 millones de habitantes pero la segunda por PIB. Miles de habitantes tienen dinero y están invirtiendo en Bulgaria, Chipre o Dubai y ahora están girando sus ojos hacia España. Primero a Cataluña y luego a la Costa del Sol, gracias a su conocimiento de Marbella. Eso sí, las condiciones de las entidades bancarias españolas a la hora de ofrecer una hipoteca a los rusos son mucho más estrictas que con otro grupo de clientes por el miedo al blanqueo de capital. También necesitan tener un visado para poder residir en España y es necesario agilizar y simplificar los trámites.
Los habitantes de Ekaterimburgo, como los moscovitas, valoran la seguridad, la oferta de ocio para mayores y pequeños, el sol, la playa y, sobre todo, poder bañarse en el mar sin congelarse. Ambas ciudades están en medio del continente, con temperaturas extremas en invierno y a miles de kilómetros del mar Caspio, Negro o el de Barents. Disfrutar del Mediterráneo a una buena temperatura en invierno o verano es un sueño para ellos que, si adquieren una vivienda, pueden conseguir para todo el año o para pasar temporadas.
Despertar esa ilusión, mostrarle lo que no tienen y las opciones que les ofrece Málaga es el objetivo que se han marcado el Patronato y la ACP con este proyecto. No se sabe si al final se venderán todos esos pisos en stock a los extranjeros o si finalmente recularán. En junio vendrán inversores búlgaros y rusos a Málaga para ver las viviendas. El contacto personal ya se ha hecho. Falta que la magia de Málaga haga el resto.
La ACP y el Patronato de Turismo de la Costa del Sol han decidido coger el toro por los cuernos y, como los antiguos empresarios turísticos que impulsaron la Costa del Sol en la década de los 60 pateándose Europa a la caza de posibles clientes para sus hoteles con la única compañía de una maleta y una sonrisa, han estado esta semana en Bulgaria y Rusia hablando con inversores, agencias inmobiliarias, medios de comunicación, políticos y todo aquel que ha tenido a bien recibirlos.
En la carpeta llevaban el proyecto Living Costa del Sol, cuyo objetivo es dar a conocer la oferta residencial enstock en la provincia, sus precios, sus características y, sobre todo, demostrar que el comprador potencial de alguno de estos inmuebles puede tener la tranquilidad de que esa vivienda es completamente legal. De hecho, un despacho de abogados ha verificado todo el proceso y ha autentificado la documentación administrativa, urbanística y técnica de cada vivienda bajo la tutela del propio Patronato de Turismo.
Los artífices de este proyecto, tras hacer varios estudios de mercado y analizar las posibilidades, fijaron como mercados prioritarios para buscar inversores a Alemania, Rusia y los países del este. En un segundo plano quedan Reino Unido, Irlanda y los países nórdicos. La delegación malagueña, encabezada por Elías Bendodo, presidente del Patronato de Turismo, y José Prado, presidente de la ACP, aprovechó la visita a la ITB de Berlín el pasado mes de marzo para reunirse con agentes especializados y firmar un acuerdo con la cadena inmobiliaria alemana Dahler & Company. Hace unos días han vuelto a hacer las maletas y han viajado hasta Bulgaria y Rusia, dos países en pleno crecimiento y a los que la crisis económica no les está afectando de manera tan directa.
En ambos países han suscrito un acuerdo con la agencia inmobiliaria Home for You, una firma que está muy presente en los dos mercados y que colabora con medio millar de agencias de todo el continente. La primera parada fue Sofía, la capital búlgara. Bulgaria, como España, tuvo un fuerte crecimiento económico entre 2000 y 2008 gracias a la construcción de infraestructuras y al aprovechamiento de fondos estructurales europeos. Durante esos años el PIB búlgaro se incrementó a una media anual del 4,5% y en 2007 incluso llegó al 6,4%. Empezó a notar la crisis en 2008 aunque el palo le vino en 2009, cuando la economía nacional descendió un 5,5%. La inflación y su alto déficit por cuenta corriente son su talón de Aquiles, aunque han escapado de la crisis antes y mejor de lo esperado y ya en 2011 hubo un incremento del PIB del 1,7%.
La economía búlgara marcha, pero su PIB per cápita en 2011 sigue siendo muy bajo (apenas 5.174 euros). No obstante, en Sofía hay delegaciones de importantes multinacionales relacionadas con la banca o la abogacía y sus profesionales sí tienen un alto poder adquisitivo. Se estima que unas 20.000 personas podrían ser compradores potenciales de viviendas en la Costa del Sol.
¿Qué es lo que busca el cliente búlgaro? El embajador de España en Bulgaria, José Luis Tapia, destacó que los búlgaros se sienten atraídos principalmente por el clima, el sol y la playa aunque también valoran muy positivamente la oferta cultural, de golf, la gastronomía o el medio ambiente. La Costa del Sol no es, por ahora, uno de los destinos prioritarios para el mercado búlgaro, aunque está creciendo poco a poco. El año pasado, según datos del Patronato de Turismo, entraron por el aeropuerto de Málaga 8.066 viajeros de esta nacionalidad, lo que supuso un aumento del 23,6% respecto a 2010. En lo que va de ejercicio ha habido un descenso próximo al 10%.
En el proyecto Living Costa del Sol se incluyen todo tipo de viviendas y de precios, por lo que se pueden encontrar inmuebles desde menos de 150.000 euros. Confiando en que el mensaje hubiera calado entre los búlgaros -tanto para la venta de pisos como para un aumento de posibles turistas-, la delegación siguió camino a Moscú acompañada por los máximos representantes de Home for You. Los rusos conocen sobradamente la Costa del Sol y está aumentando de forma considerable el número de turistas hacia este destino. El año pasado se contabilizaron en el aeropuerto algo más de 36.000 -un 28,9% más- y en los cuatro primeros meses de este año el número de pasajeros se ha disparado un 50%. Sus volúmenes son también bajos y no se pueden comparar con los de británicos, alemanes o franceses, pero la tendencia es al alza y positiva.
Rusia es enorme y hay un amplio abanico de multimillonarios y, en general, personas adineradas que quieren invertir fuera de su país y el sector inmobiliario de la Costa del Sol puede ser una buena opción ya que conocen perfectamente que los precios están bajos y que el empresario está un poco desesperado. El Patronato y la ACP estiman que la demanda rusa está creciendo y que hay desde ciudadanos que buscan inmuebles de lujo con un coste medio de tres millones de euros a otros que estarían dispuestos a invertir entre 200.000 y 400.000 euros.
Todo dependerá de cómo funcione la economía rusa y, por ahora, no les está yendo mal. Entre 1999 y 2007 su PIB creció a una tasa media del 7% anual gracias a una recuperación del consumo privado y al aumento del precio del petróleo. Como ocurrió en Bulgaria, los primeros síntomas de la crisis financiera aparecieron en el tercer trimestre de 2008 pero el gobierno ruso inyectó liquidez en el sistema financiero del país y vendió a empresas extranjeras algunos activos. Salvaron los muebles en 2008 y el PIB aumentó un 5,6%, aunque muchos se asustaron y empezaron a sacar capital. Se estima que hasta 130.000 millones de dólares abandonaron el país en ese año, por lo que la caída económica en 2009 fue espectacular. El PIB se redujo un 7,9%. Sin embargo, en 2010 volvieron a recuperar el pulso y las arcas se incrementaron un 4% gracias al estímulo de la demanda interna, el desarrollo de infraestructuras o de las pymes.
Moscú es la gran capital aunque la delegación malagueña no se quedo ahí. A 1.667 kilómetros al este se alza la ciudad de Ekaterimburgo y hasta allí se desplazaron el jueves los profesionales del Patronato y la ACP, ya sin Elías Bendodo que regresó el miércoles a Málaga. Es la cuarta ciudad más poblada de Rusia con 1,4 millones de habitantes pero la segunda por PIB. Miles de habitantes tienen dinero y están invirtiendo en Bulgaria, Chipre o Dubai y ahora están girando sus ojos hacia España. Primero a Cataluña y luego a la Costa del Sol, gracias a su conocimiento de Marbella. Eso sí, las condiciones de las entidades bancarias españolas a la hora de ofrecer una hipoteca a los rusos son mucho más estrictas que con otro grupo de clientes por el miedo al blanqueo de capital. También necesitan tener un visado para poder residir en España y es necesario agilizar y simplificar los trámites.
Los habitantes de Ekaterimburgo, como los moscovitas, valoran la seguridad, la oferta de ocio para mayores y pequeños, el sol, la playa y, sobre todo, poder bañarse en el mar sin congelarse. Ambas ciudades están en medio del continente, con temperaturas extremas en invierno y a miles de kilómetros del mar Caspio, Negro o el de Barents. Disfrutar del Mediterráneo a una buena temperatura en invierno o verano es un sueño para ellos que, si adquieren una vivienda, pueden conseguir para todo el año o para pasar temporadas.
Despertar esa ilusión, mostrarle lo que no tienen y las opciones que les ofrece Málaga es el objetivo que se han marcado el Patronato y la ACP con este proyecto. No se sabe si al final se venderán todos esos pisos en stock a los extranjeros o si finalmente recularán. En junio vendrán inversores búlgaros y rusos a Málaga para ver las viviendas. El contacto personal ya se ha hecho. Falta que la magia de Málaga haga el resto.
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