La Consejería de Fomento admite por primera vez que no tiene dinero aún para poner en marcha el tramo de Callejones del Perchel
29.05.2012 -
La estampa, a escasos metros de la avenida de Andalucía, refleja un abandono casi total. Tanto los arqueólogos como buena parte de la maquinaria han desaparecido, y apenas quedan cuatro trabajadores, dedicados a labores de vigilancia e inspección, frente a los 150 que llegó a tener el año pasado. Nada más. Los comerciantes y los vecinos venían advirtiéndolo desde finales de la semana pasada, y ayer sus peores pesadillas se hicieron realidad: las obras del suburbano en el tramo bajo la calle Callejones del Perchel, desde la plaza de la Solidaridad hasta la glorieta de Albert Camus, están prácticamente paralizadas. Y lo que es peor, sin fecha para su reactivación.
La Consejería de Fomento y Vivienda reconoció ayer lo que es evidente para cualquier transeúnte: si bien no está parado al 100% -porque ello tendría connotaciones legales para la constructora- sí está ralentizado hasta el extremo, y condicionado a la reprogramación presupuestaria en materia de obras públicas. Las fuentes consultadas también admitieron que aún no hay partida específica para seguir con los trabajos, a la espera de conocer los fondos de que dispondrá este organismo para inversiones en lo que resta de 2012 y 2013. Ello tiene una segunda lectura: no hay fecha para la reactivación de esta fase del túnel, que es la que permitirá llegar hasta las puertas del Casco Histórico de la capital.
El departamento que gestiona IU reiteró que esta situación se debe a los ajustes presupuestarios que vienen impuestos desde el Gobierno central, una situación que es común a todas las obras públicas que se están ejecutando en Andalucía y de las que algunas tendrán que ser reprogramadas en función de las prioridades. En este sentido, las fuentes consultadas destacaron que el metro de Málaga se considera un proyecto prioritario, y recordaron el firme compromiso de la consejera, Elena Cortés, con la finalización de los tramos que están en ejecución dentro de los plazos previstos. Para ello, se perfilará con la empresa constructora, Ortiz, el calendario para reanudar la actividad «con cifras realistas y transparentes», una vez que se cierren las cuentas para el segundo semestre del año y la previsión para el próximo.
Futuro incierto
Al contrario de lo que ocurrió durante el bloqueo en el metro de Granada, en este caso no se trata de un problema de deuda de la Junta con el contratista, sino de capacidad inversora y de resistencia para soportar una baja capacidad presupuestaria. Este periódico contactó con la constructora, que declinó valorar la situación. Por su parte, los comerciantes y empresarios de Callejones del Perchel están preparando nuevas movilizaciones para exigir una solución ante la asfixia que los retrasos están provocando en sus negocios. Francisco Ruiz, responsable de una clínica dental, aseguró que ayer no había nadie trabajando en toda la zona y criticó la falta de información por parte de los responsables del metro: «Primero nos engañaron sobre los plazos y ahora no nos dicen nada; no tenemos ninguna esperanza sobre los plazos para que esto termine». Los afectados volvieron a exigir que se reabra la calle al tráfico hasta que se concrete la financiación necesaria para completar el túnel.
El tramo que discurre entre la estación María Zambrano y la parada denominada Guadalmedina (junto a El Corte Inglés), de poco más de 700 metros, lleva casi un año y medio en entredicho, y su futuro es hoy más incierto que nunca. Este periódico se ha hecho eco en varios momentos de las quejas de los afectados por su escaso avance, pero en estos momentos ya casi se puede hablar de paralización. El origen de esta situación está en una conjunción de problemas. De una parte han aparecido importantes restos arqueológicos, que han obligado a un cambio de proyecto, además de frenar y encarecer la actuación.
A ello, se une el hecho de que el tramo lo ejecuta directamente la Consejería de Fomento, a través de una constructora seleccionada por concurso; por lo que depende por completo de las arcas del Gobierno andaluz. Este es un eje clave, puesto que de él depende la posibilidad de que los viajeros puedan acceder al Centro; y, por tanto, la rentabilidad económica de toda la infraestructura.
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