jueves, 12 de julio de 2012

Concursantes del Guadalmedina discrepan sobre el peligro que supone la presa (SUR)


Los autores del primer y segundo premio rechazan un desvío del caudal del río que resulta indispensable para el cuarto galardonado
12.07.2012 - 
J. HINOJOSA /N. R. NAVAS
 
MÁLAGA.

Concursantes del Guadalmedina discrepan sobre el peligro que supone la presa
El salón de actos delCACacogió ayer la exposición de las propuestas presentadas al concurso de ideas del Guadalmedina. :: Alvaro Cabrera
La exposición de los proyectos presentados por un total de 16 equipos de expertos al concurso de ideas para el Guadalmedina, convocado por la Fundación Ciedes, sirvió ayer para comprobar que existen notables discrepancias entre los que han conseguido los primeros premios sobre qué hacer con la presa del Limonero. En las bases del concurso se fijaba como una de las premisas que las propuestas deberían «mantener la seguridad de la ciudad frente a riesgos de avenidas e inundaciones», y en este punto no existe unanimidad.
Para el director del equipo ganador del concurso, el arquitecto José Seguí, la clave reside en la gestión de la presa. Defiende que modificando sus normas de explotación puede dejarse un nivel de embalse mínimo, que permita mantener una pequeña lámina de agua en el cauce del río durante todo el año para el parque fluvial en que propone convertirlo. Su teoría, avalada por el ingeniero Manuel Aldeanuela, rechaza que sea necesario desviar el cauce del río mediante un trasvase que lo llevaría por la zona este de la ciudad hasta desembocar en la zona del Peñón del Cuervo. «El desvío es un problema que no existe si la presa s entiende como aliviadero y no como un embalse de reserva», argumentó Seguí.
En el mismo sentido, el ingeniero Juan José Soto, director del equipo que se ha alzado con el segundo premio del concurso, considera que no es necesario desviar el río «ni al este ni al oeste porque con ello estamos incrementando el riesgo de inundación en otras zonas de la ciudad». Soto propone la construcción de un cajón desde la base de la presa hasta el puente de Armiñán para canalizar el agua del Guadalmedina, y construir sobre ese cajón instalaciones deportivas y de ocio sin realizar una inversión excesiva, porque podría darse el caso de que cada treinta o cuarenta años fueran dañadas por una avenida. Desde el puente de Armiñán al de la Aurora el río vuelve a cielo abierto, aunque a una cota de mayor profundidad que la actual, y delimitado por dos grandes muros a los que podrían ir adosados sendos túneles para soterrar el tráfico rodado.
Trasvase al Peñón del Cuervo
Sin embargo, el equipo que ha quedado en cuarta posición, al obtener el primero de los siete accésits del concurso, encabezado por Francisco San Martín, asegura sin tapujos que, si no se acomete el trasvase del río con un túnel de 11,4 kilómetros hasta la zona del Peñón del Cuervo, tal y como se planteó en el año 2000 en los estudios impulsados por la exalcaldesa Celia Villalobos, no se puede actuar en el cauce urbano. San Martín explicó que su propuesta es una de las más caras -alcanza los 400 millones de euros- porque más de la mitad del presupuesto, unos 222 millones, se destinan al desvío al mar de los caudales del Guadalmedina. «Si la seguridad no queda garantizada, no tiene sentido plantear cinco kilómetros de espacios públicos», afirmó este arquitecto, al tiempo que insistió en que «no estamos ante un río manso», porque el agua pasa por él «de forma peligrosa».
Miguel Ángel de la Rúa, ingeniero del equipo de San Martín, que también propone embovedar parcialmente el cauce entre el puente de Tetuán y el de la Aurora, recalcó que «no se trata de una hipótesis, sino de una tesis» porque, a su juicio, «el problema de las avenidas no está resuelto con la presa».
Para Antonio Álvarez, cuyo equipo ha logrado el segundo accéssit, el río parte como eje vertebrador de la ciudad y para ello plantea varios escenarios con escasa intervención urbana. «Hay que gestionar el agua entendiendo que en poco tiempo será un bien muy preciado», destacó. Su equipo propone colectores laterales y apunta «que solo con los bordes del río se podrían recuperar 12.000 metros cuadrados peatonales a la altura del Centro».
El proyecto del tercer accésit, encabezado por José Luis Gómez defiende la integración de los barrios en el río. «Es esencial y hace falta una administración que no se ocupe del río cada 20 años», dijo. La última presentación corrió a cargo de Isabel Castiñeira. Sin apenas tiempo, propuso un canal de aguas bajas que garantiza la calidad medioambiental.

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