miércoles, 5 de septiembre de 2012

El bloque de Pescadores comienza su largo adiós (Málaga Hoy)


El edificio situado en El Bulto tardará dos semanas en caer en su totalidad a causa de un sistema de derribo más ecológico
LEANDRO PAVÓN / MÁLAGA | ACTUALIZADO 05.09.2012 - 01:00
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Primera de las esquinas derruidas del bloque de Pescadores

No hace falta remontarse muchos años atrás para visualizar a los pescadores saliendo de sus casas de El Bulto para ganarse la vida en la mar, con lo que podían pescar en las playas que tenían justo enfrente. Los años han pasado, el Paseo Marítimo apareció y los barrios adyacentes fueron modernizándose. Ayer comenzó la demolición de uno de los pocos viejos edificios que quedan en la zona, el bloque de Pescadores, con el objetivo de facilitar un futuro soterramiento de las vías del tren que pasan justo al lado de este edificio en dirección al Puerto. 

Hasta 36 familias fueron reubicadas para poder demoler la edificación construida en los años 60. Siete de ellas se trasladarán a García Grana en breve, dos a Soliva y 27 han sido viven ahora en viviendas de alquiler en zonas cercanas. Estos antiguos propietarios se arremolinaron ayer para ver como las máquinas iban demoliendo sus viviendas. Los pequeños hacían fotos y los mayores se lo tomaban con humor. Un vecino se acercó a otro riéndose y señalando a su antigua vivienda. "Ya sólo queda en pie la ventana de mi casa" reía Rafael Albanés, uno de los antiguos vecinos de este edificio. 

Él está alojado en una vivienda de alquiler cercana y admite cierto sentimiento de tristeza al ver caer el edificio, porque "llevo 48 años viviendo en él y uno crea muchos sentimientos en esa casa". Esta operación le parece bien, ya que cree que es bueno para Málaga, pero piensa "que al final, todo es un negocio. Se encuentran con un terreno justo en primera línea de playa". 

El derrumbe continuará hasta mediados de septiembre, ya que el sistema utilizado, denominado demolición selectiva, prevé un uso medioambiental de los materiales. Ahora se está procediendo a derrumbar poco a poco la estructura, para aprovechar el hormigón y los ladrillos en nuevas construcciones. 

La pérdida de este edificio no significa el final de El Bulto. Aún quedan varias casas justo detrás de estas viviendas, que no ven con buenos ojos como se realizan las obras. Paco vivía allí y se reunió con varios amigos del barrio para verlo desde estas pequeñas casas mata. Él cree que no le han dado demasiada información, ya que "no sé lo que harán con el terreno, ni cuanto durará la obra". 

Una de las vecinas que más cerca tiene la obra está preocupada por el momento en el que la maquinaria llegue a la otra esquina del edificio. "En la carta informativa que nos mandaron no ponían nada de quién se haría responsable si le pasa algo a mi casa" explicaba indignada esta vecina, que hubiera agradecido que durante la duración del derribo, a estos vecinos se les hubiera trasladado a otras viviendas "para no tragar polvo".

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