miércoles, 3 de julio de 2013

Tirón de orejas (Sur)

Fue un ofrecimiento. El del concejal de Movilidad, Raúl López, que se puso a disposición del que dejaba de ser delegado de Urbanismo, Diego Maldonado, para ocupar su puesto institucional como edil de área cuando la sentencia del Tribunal Constitucional dejaba fuera de la corporación a los delegados no electos. López, en una conversación en la que estuvo presente esta sección, dijo que estaría en su puesto para las cuestiones institucionales, pero que sería de 'figuración', ya que solo ostentaría el cargo y haría las veces 'de' en el pleno municipal, al que Maldonado ya estaba imposibilitado para asistir.
Con las mismas, Maldonado que llamaba sobrino a López, y éste a su vez al primero tito, le explicó al alcalde, Francisco de la Torre, su propuesta, y el regidor, en base a la confianza mutua que se tenían entre ambos, accedió. Los nombramientos se hicieron y López inició su trayectoria como concejal de Urbanismo, un área que conoce bien porque la de Movilidad, que ya dirigía y dirige, comparte comisión de pleno. Diego Maldonado seguiría, por tanto, llevando las riendas de Urbanismo a través de su coordinación general para lo que se debían cambiar los estatutos de empresas como la de la Vivienda, así como otros aspectos para que su firma tuviese peso específico en Urbanismo. Pero, mientras se acometían estos pasos meramente procesales, y según cuentan concejales del grupo popular asombrados, López empezó a coger la batuta de mando en el área, a reunirse con los técnicos, a poner trabas para estampar su firma en cosas que decía no ver e incluso intentaba tratar directamente con el gerente de Urbanismo, Javier Gutiérrez Sordo, sin que Maldonado estuviese al tanto.
Pues bien, todas estas acciones, que contravenían lo que López había acordado con Maldonado, y a su vez con el alcalde, llegaron a oídos de De la Torre, que decidió tomar cartas en el asunto. De hecho, y según explican fuentes populares, el primer edil le entregó a López un escrito en el que le explicaba sus competencias en Urbanismo, y le urgía a cumplirlo si quería seguir siendo delegado. Un buen tirón de orejas, como cuentan.
Más tarde, se aprobaron los diferentes estatutos de Urbanismo y de sus empresas públicas, y Maldonado asumió, por competencias delegadas, la gran parte de la gestión de los proyectos, los que actualmente puede firmar sin contar con López. No obstante, la actitud del edil de Movilidad ha sentado como un jarro de agua fría a varios componentes del grupo popular, que indican que no ha estado a la altura de las circunstancias y que ha sido claramente desleal con el veterano Maldonado, que es especialmente apreciado, no solo por sus compañeros, sino también por los miembros de la oposición. Cabe recordar la intervención de la portavoz socialista, María Gámez, en el pasado pleno, tras criticar todos los cambios después de la sentencia, en la que, no obstante, dijo que, en lo personal, a Maldonado se le profesaba gran cariño por los miembros de su grupo. Detrás de estos sucesos pasó lo inevitable: se rompió la 'entente cordiale'.

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