domingo, 22 de julio de 2007

El Consistorio restringirá el acceso de vehículos al centro en cinco calles (Málaga Hoy)

Entrar con el vehículo privado en el centro histórico de Málaga sin ser residente se va a convertir en los próximos años en un imposible. El área de Movilidad, Tráfico y Metro del Ayuntamiento ha decidido dar una vuelta de tuerca a los procesos de peatonalización desarrollados hasta la fecha en el casco antiguo y apuesta por controlar el acceso a esta parte de la ciudad con la instalación de sistemas de visión inteligente en cinco calles. El fin: disuadir a los conductores de usar estos ejes para atravesar la urbe.
El proyecto impulsado por el departamento dirigido por el concejal Juan Ramón Casero supone la implantación de esta medida de restricción en las calles Cisneros, evitando el tránsito hacia la plaza de la Constitución; Nosquera; Tejón, justo en la intersección con las calles Méndez Núñez, Comedias y la plaza del Teatro; Zorrilla, con el fin de obstaculizar el paso hacia el Teatro Cervantes y el entorno de la plaza de la Merced, y Postigo de los Abades, en las proximidades del Palacio de la Aduana, cuyo entorno se prevé sea peatonal en unos años.
Todas estas vías aparecen señalados en la documentación elaborada por el equipo de gobierno para disponer de financiación de la Unión Europea en el marco del programa Feder 2007-2013. En concreto, el catálogo para este marco, cuyo montante económico es de 705 millones de euros, incluye el denominado Plan Municipal de Movilidad Sostenible, en el que se habla directamente del control del acceso a las zonas peatonales del centro.
El efecto de la medida será nulo para aquellos que acrediten vivir en el centro o que tengan una plaza de aparcamiento y para los vehículos de emergencia que tengan que atravesar el centro ante una urgencia, pero no así con el resto de conductores. El sistema planteado, denominado de visión inteligente, que ya funciona en otras ciudades españolas, lleva incluida una base de datos con las matrículas de los coches de los residentes de la zona, por lo que cualquiera que no esté incluido en la misma será sancionado por el Ayuntamiento.
El desarrollo de esta iniciativa, que los responsables municipales vienen anunciando desde hace varios años, cuenta ya una parte de la financiación necesaria. En concreto, el pasado mes de marzo el área de Economía aprobó destinar 300.000 euros de los remanentes municipales para comenzar a desarrollar esta actuación.
Tras numerosos análisis y conocer in situ la práctica del programa en Vitoria y Barcelona, los técnicos de Tráfico optaron por este mecanismo en detrimento de las pilonas retráctiles, cuya aplicación provocó ciertas suspicacias y temores entre los vecinos y comerciantes del casco antiguo ante posibles errores de funcionamiento. Uno de los casos más llamativos fue el de la Clínica Gálvez, situada en calle Císter, que se opuso a la colocación de pilonas ante la posibilidad de que una avería impidiese el acceso de ambulancias al centro médico.
Con el impulso a esta medida, el equipo de gobierno da salida a una intervención prometida desde 2005 y que no ha salido a la luz hasta la fecha. Presumiblemente entre lo que resta de 2007 y el próximo ejercicio se culmine la implantación de este nuevo mecanismo. No obstante, antes de iniciar su aplicación la posición expresada por el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre es la de dialogar con los comerciantes y residentes del centro. "Vamos a intentar lograr el máximo consenso posible", afirmó el regidor a finales del pasado mandato.
De hecho, el temor a que la medida provocase el malestar de estos sectores hizo que el gobierno municipal atrasase la implantación del proyecto, a pesar de disponer de un estudio que supuso un gasto de 300.000 euros. En este sentido, el entonces concejal de Movilidad, Javier Berlanga, afirmó que la ejecución del proyecto se aplazaba a la segunda mitad de 2007.

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