martes, 20 de noviembre de 2007

Un edificio recuperado de Strachan con los colores subidos (La Opinión)

La Subdelegación del Gobierno se ha portado de forma racional y, tras dejar la Aduana a los malagueños, se establece en el 18 de julio
La Subdelegación del Gobierno ya está en el antiguo hotel Caleta Palace y sanatorio 18 de julio. Pasarán algunos años hasta que los malagueños se refieran a este edificio de Guerrero Strachan como la sede de la Subdelegación, aunque para entonces el `ex gobierno civil´ puede que haya vuelto a cambiar de nombre.Si en algo ha conectado esta Subdelegación con los malagueños ha sido en su deseo de quitarse de en medio y abandonar la Aduana, algo que hay que aplaudir. Hacer comprender a los políticos que deben dejar sitio al arte y la historia de Málaga ha costado unos 10 años. Por en medio, declaraciones montaraces y hasta una minicumbre europea en la Aduana para dejar claro que el palacio era como el barco de Chanquete: No nos moverán. Pero al final se movieron. La lástima es que en el traslado, al antiguo Caleta Palace le hayan aplicado una capa `kistch´, que si bien resalta el edificio, supone un corte de mangas al respeto por el patrimonio arquitectónico de Málaga. Hace un par de años que los malagueños disfrutamos del colorido de la iglesia de San Agustín, una fachada que durante mucho tiempo estuvo oculta por una desgraciada intervención, que le regaló un tono gris plomizo. La restauración lo que hizo fue recuperar el color original de la fachada. Como ya comentamos en su día, con el antiguo 18 de julio la Junta de Andalucía ha hecho justo al revés: en lugar de respetar el color blanco original, ha optado por un albero muy en boga en `El mueble´ y publicaciones similares. Comparemos los esfuerzos de la oficina de rehabilitación del Centro, y por tanto de la Unión Europea, por recuperar los colores originales del Centro Histórico de Málaga y el trabajo realizado en el Caleta Palace. Parece hecho para algún famoso de las revistas del corazón. Si algún día la Junta se ofrece a restaurar la Farola de Málaga, algunos nos opondremos. Chapuzas aparte, una retirada de la Aduana a tiempo es una victoria, en este caso para toda la ciudad.

Nuevo estilo

La estatua del pensador de Rodin está propiciando en Málaga un estilo de hacer fotos inédito hasta ahora. La pasada semana, una niña de tres años posaba para sus padres agachada y pensativa, delante de la famosa obra.

Intransigencia

La iglesia de la Concepción, en la calle Nueva, continúa padeciendo las agresiones de algunos aborígenes, que gustan de dejar pintadas tribales en el lateral de la calle Francisco de Rioja. Como resultado, estos días puede verse una gigantesca `A´ en esta calle que desemboca en la plaza de las Flores, símbolo anarquista pero, en este caso, signo de desprecio por el patrimonio de Málaga y por tanto, de intransigencia.

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