domingo, 10 de agosto de 2008

Menudo plan (Málaga Hoy)

El "mejor plan para Málaga" no excita más que una fiesta para tomar el té, se ha elaborado con desprecio al consenso y pensando más en la caja que en el futuro. Pero la oposición no es inocente
AUN a riesgo -bastante probable, visto lo visto- de que al alcalde le haya dado por firmar en las últimas horas un nuevo convenio y quedemos como una chata, estas líneas sobre el PGOU se escriben el viernes. Atrás quedan una presentación en la que poco más o menos que se nos prometieron Londres, París, Vancouver o Manhattan, y unas declaraciones de la oposición en la que se augura más bien una Gotham, la oscura ciudad en la que Batman hace lo que puede contra los malhechores.De la Torre está seguro de que este plan pondrá a Málaga "a la vanguardia de Europa" e impulsará una ciudad "más sostenible y moderna, con mejor calidad de vida para sus habitantes". También debía de estar seguro, en su no tan lejana etapa de concejal de Urbanismo, de que el desarrollo del nuevo paseo de Poniente y del Parque Litoral era el mejor de los posibles, y sin embargo hasta en las notas de prensa municipales se reconoce ahora, por fin, que se dibujó y aprobó una mediocridad insulsa: "En un lugar donde el modelo urbano es exclusivamente residencial con formas urbanas y tipos edificatorios que se repiten de forma mimética y monótona, se crea un nuevo tejido urbano que adquiera singularidad, formalizado en un gran edificio manzana". ¿Le estará el edil haciendo un guiño a Steve Jobs, creador de los Mac y los ipods y nosotros sin darnos cuenta?De la Torre sostuvo, asimismo, que en el desarrollo del nuevo plan que sienta las bases de la ciudad al menos para la próxima década, el equipo de gobierno "ha estado abierto y hemos tratado de atender lo más posible" a la oposición. Otra de esas mentirijillas, o medias verdades, que el regidor dice con esa cara de buena persona que Dios le dio y por la que parece que jamás ha roto un plato. Aunque bien podría llevar una vajilla. La realidad es que PSOE e IU recibieron los papeles el mismo jueves por la tarde, mientras la prensa conocía el PGOU, y que la comisión de Urbanismo que debe aprobarlo se celebra mañana y el pleno, el viernes. Una broma de mal gusto si, como se ha repetido hasta la saciedad desde las filas del PP, se buscaba el consenso para el plan. Y ese consenso debería ser una condición democrática sine qua non si de lo que se está hablando es del futuro de la ciudad y un horizonte temporal en el que puede que no gobiernen sólo los populares. Así que nos arriesgamos, todos los malagueños, a que al próximo equipo municipal, dentro de tres años, le dé por cambiar otra vez el maldito planeamiento. Y paramos de nuevo la ciudad.Que conste que la oposición tampoco es inocente. Gran parte de los desaguisados de esta ciudad se deben a la demagogia e incoherencia practicada por PSOE e IU. Desde su rechazo cerril, apriorístico, a la construcción en altura, a los rascacielos, que ha generado un urbanismo plano y de mazacotes continuos de seis plantas, hasta su carta a los reyes magos de Guadalmar. Con su torpedeo continuo al proyecto de la Marina de Arraijanal vía Junta y Gobierno central, lo único que han conseguido es que la ciudad pierda allí un buen puerto deportivo, pero no eliminar el plan inmobiliario para la zona, con más de 600 nuevas viviendas. Es cierto que ese lugar debería ser un parque litoral de verdad, y no como el que hay a la otra orilla del Guadalhorce. Pero también que su suelo se dibujó urbanizable en el 83, con un ayuntamiento socialista, y que el PSOE volvió a votar a favor de desarrollar la parcela en el PGOU del 97. Y mientras dan una rueda de prensa sí y otra también denunciando la elevada deuda municipal, piden por otro lado que el Ayuntamiento expropie unos terrenos que pertenecen a Vallehermoso y por los que habría que empeñar hasta la Casona del Parque, dado el precio fijado por el metro cuadrado en la zona por el ¡Ministerio del Interior!Pero volvamos al PGOU que se aprueba el viernes. Lo de Plan General de Ordenación Urbana es un decir, porque entre los arquitectos y promotores se lo conoce como el Plan General Contable o la Tabla de Excel del urbanismo malagueño. El documento que debía de haber dado un paso adelante en términos de calidad urbana y ambición, tras el premiado PGOU del 83 que ya tuvo bastante con ordenar el caos anterior y el anodino plan de las oportunidades perdidas del 97 (Teatinos, Paseo de Poniente), éste se nos vende con la apariencia de un bonito y elegante traje, pero todos sabemos que se ha cosido a base de parches, de remiendos. Es como irse a comprar un Armani al rastro de Martiricos. Y el plan que convertirá Málaga en una "gran metrópoli", el documento que se anuncia oficialmente desde el Ayuntamiento con el eslogan de "El mejor plan para Málaga", no excita más de lo que lo haría el té o el poleo menta de las cinco con pastitas y galletas danesas. Lo que se dice revolucionario no es.Si nos ponemos cubistas, no se trata de un planeamiento analítico en el que se ha partido de una idea general y unos objetivos claros que se han ido desmenuzando para hacerlos realidad. No, tendremos un plan sintético construido a base de ir sumando los diferentes convenios con los que el ayuntamiento ha hecho caja, mucha caja. A veces rozando la extorsión, como le ha ocurrido al pobre promotor del edificio Astoria, al que obligaron a ceder dos plantas para ampliar la Casa Natal de Picasso y ahora se encuentra de bruces con el rechazo de la Junta y con la dura crisis por la ineficacia municipal. Realmente, la autoría del PGOU es más de la economista de Urbanismo María Dolores Martos, que es la que ha ido negociando actuación tras actuación en base a "estudios de mercado" seguramente caducados que fijaban el valor del metro cuadrado por zona, que del urbanista Damián Quero, que a estas alturas debe estar más que acostumbrado a convertirse en el chivo expiatorio de las cutrerías que salen con frecuencia de la Gerencia. Como símbolo del nuevo plan, del espirítu urbanístico de este Ayuntamiento, quedará la futura sede municipal, el edificio de Tabacalera. Especialmente el atentado visual que suponen los edificios de viviendas en su parte trasera, recortando el cielo. Es lo que tiene ser una ciudad de vanguardia.

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