domingo, 19 de octubre de 2008

Alfonso Gómez Ocón: «Hay pueblos que todavía hacen la vista gorda con las edificaciones ilegales» (SUR)

«Aunque parezca increíble aún dan licencias para almacenes agrícolas que acaban siendo chalés de hasta tres plantas con piscina y pista de tenis», subraya Gómez

En su despacho, de pared blanca inmaculada, sólo resaltan tres cosas: una foto del Rey, un mapa de la provincia y una estantería cargada de libros. Y al curiosear entre ellos, los títulos le delatan: Ecología (10 volúmenes), 'Arboleda singular de Andalucía', 'Mariposas de la península Ibérica', 'Libro Rojo de los Vertebrados de España'... En fin, todo muy verde, como el uniforme que lleva el teniente del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. En su cinco años de andadura como máximo responsable de este servicio en Málaga, Alonso Gómez Ocón ha marcado un antes y un después en el medio ambiente malagueño. Sumó a su Cuerpo a la lucha ilegal contra los inmaduros, inició una campaña brutal contra las construcciones ilegales y contra la tenencia de especies exóticas peligrosas, e inició de forma pionera en España el control contra las sustancias que agotan la capa de ozono. Si se le pregunta si quiere cambiar algo, contesta rotundo: «Me gustaría que algunos municipios colaboraran más contra las construcciones ilegales; aunque hay muchos que lo hacen bien, otros hacen la vista gorda».



Cinco años al mando del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. ¿Qué balance hace de este lustro?

Mi valoración es muy positiva. Lo que más satisfacción me da es la colaboración ciudadana, que cada vez nos ayuda más a luchar contra los delitos ambientales. Así logramos poner coto a las actuaciones ilícitas, sobre todo en materia de construcciones.

En los primeros años que iniciaron la lucha contra las construcciones ilegales denunciaron más de mil edificaciones en un ejercicio. ¿Cómo estamos ahora?

Al principio, efectivamente, hubo años en los que tramitamos más de mil denuncias, pero hoy día la actividad frenética de construcción en el campo ha parado, afortunadamente. Pese a todo, este año y aunque estamos en crisis, ya hemos puesto doscientas denuncias por edificaciones ilegales.

¿En qué zonas?

Sobre todo, en la segunda línea de municipios tras la Costa, como son los pueblos de la Axarquía, el Guadalhorce y el arco de municipios sobre Estepona. Todavía se siguen dando licencias para almacenes agrícolas que acaban siendo chalés de tres plantas con piscina y pista de tenis.

Y los ayuntamientos, ¿qué hacen ante esto?

Pues algunos colaboran mucho con nosotros y otros hacen la vista gorda con las construcciones ilegales.

¿De qué ayuntamientos habla?

Son datos que no puedo revelar, ya que la mayoría están bajo vigilancia y sus expedientes están en la Fiscalía.

Su equipo destapó la que iba a ser una construcción ilegal de dos milviviendas en Tolox. ¿Cómo sigue el caso?

Esa construcción está paralizada y tiene un seguimiento judicial.

Su unidad también se sumó a la lucha contra la pesca de inmaduros. ¿Por qué no se acaba de raíz con este problema?

Han bajado enormemente los niveles de comercialización de pescado inmaduro gracias al trabajo de la Inspección Pesquera, que lleva la parte más importante de esta labor. Nosotros sólo colaboramos con ellos y le prestamos apoyo.

Pero, ¿por qué se le decomisan las barcas y vuelven con otras, una y otra vez?

Porque hay gente que se ha criado en la arena de la playa y es muy difícil reconvertirlos a otra actividad. Es más, con la situación actual de crisis habrá gente que piense que puede ser una actividad a la que dedicarse, y eso nos preocupa.

La patrulla urbana del Seprona de Málaga cumple un año, como publicó este periódico. ¿Qué tal el balance?

Esta patrulla urbana de la capital de Málaga y área metropolitana se creó por la necesidad de servir a la quinta ciudad de España en ordenación del territorio, protección del medio natural y evitar las agresiones a ese medio y al patrimonio histórico. Su trabajo ha sido magnífico, y sobre todo ha dado respuesta a las peticiones de los ciudadanos, que nos llamaban haciendo denuncias, que ahora estamos mucho mejor preparados para atender.

¿Por qué hay tantos vertidos de residuos peligrosos, casi la mitad de las 1.400 actuaciones?

La mayoría de las denuncias corresponden, efectivamente, a una ciudad que genera muchos residuos por su volumen, por sus polígonos industriales. Pero es lo lógico en una ciudad tan grande.

Pero, ¿hay o no concienciación en cuanto al tema de los residuos?

Sí, creo que cada vez estamos más concienciados, pero siempre hay alguien que se salta las normas y por eso tenemos que seguir ahí para evitar que se lleguen a estos extremos, sobre todo porque los residuos peligrosos son eso, residuos peligrosos que pueden contaminar el aire, el agua, provocar el colapso de las depuradoras en el caso de los aceites sin tratar, y por tanto afectar al mar, pueden agotar la capa de ozono que nos protege, provocar episodios sanitarios por alguna infección provocada por restos de materias orgánicas de personas o animales. En fin, con estas cosas hay que estar muy atentos.

Una pregunta didáctica: ¿qué residuos peligrosos tenemos en casa y cómo debemos tratarlos?

En casa tenemos las pilas, los residuos electrodomésticos, sobre todo los frigoríficos, que tienen gases que agotan la capa de ozono. Para tratarlos, hay que ponerse en contacto con el ayuntamiento del municipio en el que se viva, que generalmente orienta a los ciudadanos a sus puntos limpios.

Málaga es, desgraciadamente, un lugar donde se trafica con especies exóticas y amenazadas, además de peligrosas. ¿Cómo está la situación actualmente en este campo?

Gracias al decreto 42/06 se ha puesto coto a la tenencia de animales potencialmente peligrosos, y al descontrol que había con las especies exóticas. La Delegación de Gobernación de la Junta está trabajando en esto. Afortunadamente, ya no se pueden tener, por ley, animales peligrosos como son reptiles, algunos anfibios, primates, ni tarántulas, y otros bichos de lo más raro y peligroso. También están los monos que pueden contagiar desde piojos hasta el sida, pasando por el ébola, así que no es ninguna tontería.

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