La alcaldesa defiende el sistema de compensaciones y asegura que los empresarios entregarán terrenos a la ciudad aunque sea «a regañadientes»
La tramitación del Plan General de Ordenación Urbana que pondrá fin a más de 15 años de caos urbanístico en Marbella ha entrado en su recta final. El equipo redactor entregó esta semana el documento al Ayuntamiento, que deberá aprobarlo antes de fin de mes.
Cuando el Ayuntamiento dio la aprobación inicial al Plan General un mes después de ganar usted las elecciones dijo que lo hacía por responsabilidad política, pero que éste no era su Plan. ¿Después de más de un año de tramitación y modificaciones ya lo es?
Es más plan que el anterior, pero sigue sin tener recogidas todas las aspiraciones que como equipo de gobierno yo entiendo que tiene que tener el Plan General de Marbella. También es cierto que nosotros nos comprometimos tanto con la Junta como con el equipo redactor a tener el consenso de todos, y para lograr el consenso no puedes aspirar al cien por cien de tus reivindicaciones. Hay algunos asuntos que todavía están pendientes, como puede ser todo el tema de las reivindicaciones de la zona de El Potril, algunas de las viviendas habitadas que siguen quedando fuera y algunos equipamientos que el equipo redactor entiende que tienen que estar en un sitio y a mí me gustaría que estuvieran en otro. Pero en cualquier caso es un documento mucho más acorde con las propuestas que hubiera hecho el equipo de gobierno.
¿Qué es lo que ha cambiado?
Lo que más importancia ha tenido es el sistema de compensaciones, ya que los compradores no tendrán que hacerse cargo. Es lo que más alegaciones ha conllevado. El hecho de que cinco mil vecinos se dieran cuenta de un día para otro que tendrían que ser ellos los que pagaran esas compensaciones fue una auténtica conmoción. A la hora de la verdad eso es lo más importante, porque muchas familias iban a tener de por vida hipotecado su patrimonio. Estamos hablando de cantidades importantes. El cambio de filosofía ha sido fundamental y difícilmente hubiéramos podido aprobar el Plan si no se hubiera producido ese cambio. El Plan conlleva además una serie de modificaciones en cuanto a equipamiento e infraestructuras más acordes con las necesidades de Marbella que además se han visto beneficiadas porque cuando se hizo inicialmente el Plan no participó el Ayuntamiento ni sus técnicos, y tampoco se le dio traslado al conjunto de los ciudadanos. Sólo hubo algunas consultas con algunos colectivos, pero la filosofía del Plan la impulsó el equipo redactor.
Existen dudas de que se puedan cobrar las compensaciones a los promotores. Muchos de ellos se niegan a pagarlas porque consideran que no están obligados, y ahora se les avisa que se les cobrarán dentro de un año. ¿No se les está dando demasiado tiempo para que en en este periodo muchas de esas sociedades desaparezcan?
Hay una circunstancia que está clara: tenemos que cumplir la ley. La ley marca unos plazos y por lo tanto hay que cumplirlos. También es verdad que en un número muy importante de casos hay promotores que quieren regularizar su situación y se están acercando para firmar y para llegar a acuerdos en positivo donde ceden las compensaciones a las que se les obliga a cambio de que de manera inmediata se puedan dar las licencias de primera ocupación. Es verdad que hay otros que han desaparecido y que va a ser complicado. Pero en ese caso va a ser el propio Ayuntamiento el que asuma las cargas. En caso de que no exista el promotor, el Ayuntamiento como parte implicada en lo que ha sido este proceso, será el que asuma las compensaciones con los nuevos desarrollos de suelo. Yo creo que van a ser muchos los promotores que asuman las compensaciones. A regañadientes, pero lo van a hacer.
Se habla mucho de los compradores de buena fe, pero no de los otros vecinos a quienes un edificio ilegal les ha privado de vistas o de equipamientos en el entorno de sus viviendas legales. ¿Cómo se les va a compensar?
Es verdad. Aquí estamos en una situación en la que había que tomar una determinación y asumir una línea coherente. Y la línea coherente era que las compensaciones fueran en el área más próxima posible al suelo donde se ha levantado un edificio, y eso es lo que pretende todo el Plan: intentar buscar esas compensaciones en las áreas próximas. Desgraciadamente, cuando se ha construido un edificio delante de otro edificio sólo hay una posibilidad: la demolición o intentar buscar compensaciones en otro lado. Y entendíamos que para Marbella y su futuro, empezar a hablar de demoliciones a mansalva -porque estábamos hablando de 18.000 viviendas- era una auténtica barbaridad. Por eso vimos que era necesario buscar compensaciones en algunos casos en la propia parcela y en otros casos en las parcelas colindantes.
Demoliciones
¿Va a haber alguna demolición?
Sí, habrá. Claro que habrá demoliciones. Pero demoliciones donde no va a haber personas implicadas directamente, sino que la carga principal irá destinada al promotor. Será en aquellas edificaciones que se hayan levantado en suelo destinado a otro uso, que no estén habitadas, donde se puedan llevar a cabo sin que ello suponga un trastorno importante y donde además hayamos visto que es necesario ese suelo y que no hay otro alternativo.
Usted estuvo durante muchos años en la primera línea de oposición al GIL y vio los desmanes que se hicieron. ¿No tiene ahora una cierta sensación de injusticia al ver que se imponen los hechos consumados?
Creo que por primera vez se le va a exigir a todos esos promotores que compensen. Y en muchas ocasiones con compensaciones importantísimas en cuanto a suelo y en cuanto a lo que les va a costar a ellos. El Ayuntamiento no va a ingresar dinero, sino suelo para equipamientos. Es una buena fórmula para la ciudad, y todos somos conscientes de que se le va a exigir a esas personas las compensaciones necesarias. Yo creo que se va a hacer justicia. Nos hubiera gustado tener otra situación y estar en otro momento y que no hubiéramos estado donde estamos ahora. Hay que buscar el equilibrio. Es impensable que podamos alcanzar el cien por cien de nuestras aspiraciones. Hay que mirar por el interés de los vecinos.
Amnistía
¿Si prácticamente se legaliza todo, no es esto una amnistía encubierta?
No. De ninguna manera. El Plan es el desarrollo futuro de la ciudad, y además hay importantes compensaciones porque no es una amnistía. El sistema de regularización carga contra los promotores, que tendrán que aportar suelo para equipamientos públicos, y ello hace que no sea una amnistía.
¿El Plan actual ha perdido zonas verdes y de equipamientos en relación con el que trajo la Junta hace un año?
No ha perdido. En términos absolutos y en números, en cuanto a zonas verdes y equipamientos incluso se supera. Lo que se hace es una distribución diferente en cuanto a esos equipamientos y lo que está claro es que se cambia quién va a pagar esos equipamientos. No se disminuyen equipamientos ni zonas libres. Pasamos de 27 metros cuadrados de espacios libres por habitante a 27,72, y en equipamientos antes había 10 metros cuadrados por habitante, ahora hay 10,76. Es verdad que al haber cambiado el criterio de la Consejería en cuanto al número de habitantes por vivienda, que ha disminuido, se puede cambiar también la planificación en ese sentido. En todo caso, son cifras que están en lo que marcaba el anterior Plan. Lo que hay es una mejor distribución: por ejemplo en San Pedro hay una nueva zona para el parque cementerio, con lo cual la zona prevista para ese fin será un centro logístico de transporte; donde estaba la ampliación del cementerio de Marbella se propone otra otra zona de equipamiento y zonas libres. Yo creo que hay una mejor distribución.
Hasta ahora no se han revisado licencias porque no se había aprobado el Plan. ¿Ahora se comenzará a hacerlo?
Empezaremos a revisar licencias cuando esté aprobado definitivamente el Plan, que yo espero que sea a principios del próximo año. Si vemos que existe alguna edificación que queda fuera de ordenación, revisaremos la licencia y haremos toda la tramitación que sea necesaria.
Cuando en las ciudades se discute el planeamiento el debate es en torno al modelo, las alturas, las zonas de expansión o los grandes proyectos de futuro. ¿No le resulta frustrante que en Marbella la discusión haya sido sobre cómo arreglar el desastre y no sobre el futuro?
Efectivamente, a nosotros nos hubiera gustado que el planeamiento de la ciudad hubiera contado con otros criterios. Incluso con criterios municipales, porque estamos viendo aquí cómo algunos desarrollos vienen marcados por el equipo redactor. Pero ahí nosotros también hemos estado haciendo un planteamiento en cuanto a los dos cascos históricos, la ubicación de los equipamientos o los desarrollos futuros. Aunque a efectos de opinión pública haya tenido menos interés, ha habido mucho trabajo por nuestra parte en ese sentido.
¿Qué es lo que más destacaría?
Se ha hecho un ejercicio importante para ubicar nuevos equipamientos sanitarios, educativos o deportivos. Se le ha dado un giro que podrá verse en muy corto plazo porque muchas de las ubicaciones que proponía en principio el equipo redactor no eran viables.
Puerto Banús
¿Y en cuanto a los grandes proyectos de la ciudad como el ferrocarril o la ampliación de los puertos?
Ahí no lo hemos modificado, porque es verdad que había un planteamiento donde no sólo interviene la autoridad municipal, sino otras administraciones. La ampliación de Puerto Banús no se contempla; en el tema del puerto de Marbella, se puede llevar a cabo, ya que no es necesario que el Plan lo incluya; tenemos el problema del traslado del polígono de La Ermita, pero este es otro de los temas que yo traté personalmente con el consejero, y él se comprometió a hacer un estudio en profundidad de ese tema. Dentro de los proyectos estratégicos que tiene la ciudad, aparte de los crecimientos y las dotaciones que vamos a tener de manera inmediata, está también todo el desarrollo industrial de la zona norte de San Pedro, incluido el centro logístico y de comunicaciones.
La tramitación del Plan General de Ordenación Urbana que pondrá fin a más de 15 años de caos urbanístico en Marbella ha entrado en su recta final. El equipo redactor entregó esta semana el documento al Ayuntamiento, que deberá aprobarlo antes de fin de mes.
Cuando el Ayuntamiento dio la aprobación inicial al Plan General un mes después de ganar usted las elecciones dijo que lo hacía por responsabilidad política, pero que éste no era su Plan. ¿Después de más de un año de tramitación y modificaciones ya lo es?
Es más plan que el anterior, pero sigue sin tener recogidas todas las aspiraciones que como equipo de gobierno yo entiendo que tiene que tener el Plan General de Marbella. También es cierto que nosotros nos comprometimos tanto con la Junta como con el equipo redactor a tener el consenso de todos, y para lograr el consenso no puedes aspirar al cien por cien de tus reivindicaciones. Hay algunos asuntos que todavía están pendientes, como puede ser todo el tema de las reivindicaciones de la zona de El Potril, algunas de las viviendas habitadas que siguen quedando fuera y algunos equipamientos que el equipo redactor entiende que tienen que estar en un sitio y a mí me gustaría que estuvieran en otro. Pero en cualquier caso es un documento mucho más acorde con las propuestas que hubiera hecho el equipo de gobierno.
¿Qué es lo que ha cambiado?
Lo que más importancia ha tenido es el sistema de compensaciones, ya que los compradores no tendrán que hacerse cargo. Es lo que más alegaciones ha conllevado. El hecho de que cinco mil vecinos se dieran cuenta de un día para otro que tendrían que ser ellos los que pagaran esas compensaciones fue una auténtica conmoción. A la hora de la verdad eso es lo más importante, porque muchas familias iban a tener de por vida hipotecado su patrimonio. Estamos hablando de cantidades importantes. El cambio de filosofía ha sido fundamental y difícilmente hubiéramos podido aprobar el Plan si no se hubiera producido ese cambio. El Plan conlleva además una serie de modificaciones en cuanto a equipamiento e infraestructuras más acordes con las necesidades de Marbella que además se han visto beneficiadas porque cuando se hizo inicialmente el Plan no participó el Ayuntamiento ni sus técnicos, y tampoco se le dio traslado al conjunto de los ciudadanos. Sólo hubo algunas consultas con algunos colectivos, pero la filosofía del Plan la impulsó el equipo redactor.
Existen dudas de que se puedan cobrar las compensaciones a los promotores. Muchos de ellos se niegan a pagarlas porque consideran que no están obligados, y ahora se les avisa que se les cobrarán dentro de un año. ¿No se les está dando demasiado tiempo para que en en este periodo muchas de esas sociedades desaparezcan?
Hay una circunstancia que está clara: tenemos que cumplir la ley. La ley marca unos plazos y por lo tanto hay que cumplirlos. También es verdad que en un número muy importante de casos hay promotores que quieren regularizar su situación y se están acercando para firmar y para llegar a acuerdos en positivo donde ceden las compensaciones a las que se les obliga a cambio de que de manera inmediata se puedan dar las licencias de primera ocupación. Es verdad que hay otros que han desaparecido y que va a ser complicado. Pero en ese caso va a ser el propio Ayuntamiento el que asuma las cargas. En caso de que no exista el promotor, el Ayuntamiento como parte implicada en lo que ha sido este proceso, será el que asuma las compensaciones con los nuevos desarrollos de suelo. Yo creo que van a ser muchos los promotores que asuman las compensaciones. A regañadientes, pero lo van a hacer.
Se habla mucho de los compradores de buena fe, pero no de los otros vecinos a quienes un edificio ilegal les ha privado de vistas o de equipamientos en el entorno de sus viviendas legales. ¿Cómo se les va a compensar?
Es verdad. Aquí estamos en una situación en la que había que tomar una determinación y asumir una línea coherente. Y la línea coherente era que las compensaciones fueran en el área más próxima posible al suelo donde se ha levantado un edificio, y eso es lo que pretende todo el Plan: intentar buscar esas compensaciones en las áreas próximas. Desgraciadamente, cuando se ha construido un edificio delante de otro edificio sólo hay una posibilidad: la demolición o intentar buscar compensaciones en otro lado. Y entendíamos que para Marbella y su futuro, empezar a hablar de demoliciones a mansalva -porque estábamos hablando de 18.000 viviendas- era una auténtica barbaridad. Por eso vimos que era necesario buscar compensaciones en algunos casos en la propia parcela y en otros casos en las parcelas colindantes.
Demoliciones
¿Va a haber alguna demolición?
Sí, habrá. Claro que habrá demoliciones. Pero demoliciones donde no va a haber personas implicadas directamente, sino que la carga principal irá destinada al promotor. Será en aquellas edificaciones que se hayan levantado en suelo destinado a otro uso, que no estén habitadas, donde se puedan llevar a cabo sin que ello suponga un trastorno importante y donde además hayamos visto que es necesario ese suelo y que no hay otro alternativo.
Usted estuvo durante muchos años en la primera línea de oposición al GIL y vio los desmanes que se hicieron. ¿No tiene ahora una cierta sensación de injusticia al ver que se imponen los hechos consumados?
Creo que por primera vez se le va a exigir a todos esos promotores que compensen. Y en muchas ocasiones con compensaciones importantísimas en cuanto a suelo y en cuanto a lo que les va a costar a ellos. El Ayuntamiento no va a ingresar dinero, sino suelo para equipamientos. Es una buena fórmula para la ciudad, y todos somos conscientes de que se le va a exigir a esas personas las compensaciones necesarias. Yo creo que se va a hacer justicia. Nos hubiera gustado tener otra situación y estar en otro momento y que no hubiéramos estado donde estamos ahora. Hay que buscar el equilibrio. Es impensable que podamos alcanzar el cien por cien de nuestras aspiraciones. Hay que mirar por el interés de los vecinos.
Amnistía
¿Si prácticamente se legaliza todo, no es esto una amnistía encubierta?
No. De ninguna manera. El Plan es el desarrollo futuro de la ciudad, y además hay importantes compensaciones porque no es una amnistía. El sistema de regularización carga contra los promotores, que tendrán que aportar suelo para equipamientos públicos, y ello hace que no sea una amnistía.
¿El Plan actual ha perdido zonas verdes y de equipamientos en relación con el que trajo la Junta hace un año?
No ha perdido. En términos absolutos y en números, en cuanto a zonas verdes y equipamientos incluso se supera. Lo que se hace es una distribución diferente en cuanto a esos equipamientos y lo que está claro es que se cambia quién va a pagar esos equipamientos. No se disminuyen equipamientos ni zonas libres. Pasamos de 27 metros cuadrados de espacios libres por habitante a 27,72, y en equipamientos antes había 10 metros cuadrados por habitante, ahora hay 10,76. Es verdad que al haber cambiado el criterio de la Consejería en cuanto al número de habitantes por vivienda, que ha disminuido, se puede cambiar también la planificación en ese sentido. En todo caso, son cifras que están en lo que marcaba el anterior Plan. Lo que hay es una mejor distribución: por ejemplo en San Pedro hay una nueva zona para el parque cementerio, con lo cual la zona prevista para ese fin será un centro logístico de transporte; donde estaba la ampliación del cementerio de Marbella se propone otra otra zona de equipamiento y zonas libres. Yo creo que hay una mejor distribución.
Hasta ahora no se han revisado licencias porque no se había aprobado el Plan. ¿Ahora se comenzará a hacerlo?
Empezaremos a revisar licencias cuando esté aprobado definitivamente el Plan, que yo espero que sea a principios del próximo año. Si vemos que existe alguna edificación que queda fuera de ordenación, revisaremos la licencia y haremos toda la tramitación que sea necesaria.
Cuando en las ciudades se discute el planeamiento el debate es en torno al modelo, las alturas, las zonas de expansión o los grandes proyectos de futuro. ¿No le resulta frustrante que en Marbella la discusión haya sido sobre cómo arreglar el desastre y no sobre el futuro?
Efectivamente, a nosotros nos hubiera gustado que el planeamiento de la ciudad hubiera contado con otros criterios. Incluso con criterios municipales, porque estamos viendo aquí cómo algunos desarrollos vienen marcados por el equipo redactor. Pero ahí nosotros también hemos estado haciendo un planteamiento en cuanto a los dos cascos históricos, la ubicación de los equipamientos o los desarrollos futuros. Aunque a efectos de opinión pública haya tenido menos interés, ha habido mucho trabajo por nuestra parte en ese sentido.
¿Qué es lo que más destacaría?
Se ha hecho un ejercicio importante para ubicar nuevos equipamientos sanitarios, educativos o deportivos. Se le ha dado un giro que podrá verse en muy corto plazo porque muchas de las ubicaciones que proponía en principio el equipo redactor no eran viables.
Puerto Banús
¿Y en cuanto a los grandes proyectos de la ciudad como el ferrocarril o la ampliación de los puertos?
Ahí no lo hemos modificado, porque es verdad que había un planteamiento donde no sólo interviene la autoridad municipal, sino otras administraciones. La ampliación de Puerto Banús no se contempla; en el tema del puerto de Marbella, se puede llevar a cabo, ya que no es necesario que el Plan lo incluya; tenemos el problema del traslado del polígono de La Ermita, pero este es otro de los temas que yo traté personalmente con el consejero, y él se comprometió a hacer un estudio en profundidad de ese tema. Dentro de los proyectos estratégicos que tiene la ciudad, aparte de los crecimientos y las dotaciones que vamos a tener de manera inmediata, está también todo el desarrollo industrial de la zona norte de San Pedro, incluido el centro logístico y de comunicaciones.
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