domingo, 26 de abril de 2009

Manuel Gallego Jorreto: «La búsqueda de un edificio como gran icono no siempre es positiva» (La Opinión)

El prestigioso arquitecto Manuel Gallego destaca la importancia de cuidar los proyectos en el litoral y advierte contra la tendencia a crear bloques espectaculares sin contenido
MIGUEL FERRARY. MÁLAGA Manuel Gallego Jorreto es uno de los arquitectos más prestigiosos de España. Premio Nacional de Arquitectura en 1997 por el Museo de Bellas Artes de La Coruña, también es catedrático del departamento de Proyectos Arquitectónicos y Urbanismo de Escuela Superior de Arquitectura de la Universidad de La Coruña desde el año 2002. El viernes ofreció una conferencia en el Ateneo de Málaga bajo el título ‘Arquitecturas del litoral’ dentro de las jornadas ‘Málaga, territorio y arquitectura para el turismo’, patrocinada por la Diputación Provincial y la Escuela de Arquitectura de Málaga.

–¿Ha estado anteriormente en la ciudad? 
–Sí, he estado en ocasiones anteriores y me gusta mucho, porque la encuentro muy viva y dinámica, con posibilidades muy interesantes al tener potencialidades por explotar y no ser una ciudad cerrada.
–¿Qué edificios de Málaga le gustan más?
–No conozco demasiados y algunos los he visto pero no en su contexto. De los nuevos, destacaría la nueva sede de la Diputación Provincial, que me parece excelente. También me gustan las chimeneas que permanecen en la playa. Creo que son una referencia histórica y también del paisaje. Es un patrimonio industrial muy interesante.
–Un debate que ha estado y está vivo en Málaga es cómo debe ser el frente litoral, con la discusión sobre si se debe apostar por una arquitectura de fuerte presencia o por otra de perfil más bajo.
–Depende de lo que haya detrás, aunque nunca debe ser una arquitectura excesivamente potente. De todas formas la presencia de los edificios se decidirá si lo requiere el lugar, las circunstancias, y el contexto del paisaje, el uso funcional y social. El frente litoral debe reflejar la nueva ciudad del siglo XXI y atraer el turismo, en especial el urbano, dentro de la competencia que tiene el sector, por eso se recurre a la ‘arquitectura-espectáculo’ y a tener un icono que llame la atención. 
–El edificio de la ópera de Sidney es quizá uno de los primeros iconos de la arquitectura en el litoral. ¿No ha producido una cierta obsesión por conseguir ese edificio que sea icono de una ciudad?
–La búsqueda de un edificio como icono no siempre es positiva. Si hay muchos, eso produce ruido informativo y caos. Debe buscarse cierta racionalidad y contemplar lo que se hace en relación con el conjunto. Algunos edificios pueden tener carácter icónico, pero no puede haber uno en cada pueblo o ciudad, porque eso sería el caos.
–¿Se abusa de esa ‘arquitectura-espectáculo’ a la que aludía antes?
–Toda buena arquitectura es espectacular, pero no porque lo busque como fin. El objetivo de un edificio debe ser cubrir una necesidad social y la espectacularidad debe ser la consecuencia, no el fin a obtener.
–¿Cómo se debe plantear la arquitectura en el litoral? ¿Existen unas líneas comunes?
–Los proyectos deben responder siempre a una necesidad que demande la sociedad, pero de forma crítica. No hay que responder a una supuesta demanda social que destruya el paisaje por un uso especulativo. Por eso debe tener una visión crítica, pero resolviendo problemas y con una poética de creación arquitectónica.
–¿Cuál es el límite entre resolver una demanda social y el uso especulativo o destructivo?
–En el uso racional. No es un problema de legislación, es un problema de un uso racional del espacio y determinar hasta qué punto beneficia alterar un paisaje. Porque toda obra debe tener en cuenta valores sociales y valorar el sitio.
–¿Influye el emplazamiento marítimo de un edificio en su diseño final?
–El lugar del emplazamiento influye y el litoral está muy presente y debe integrarse en ese entorno. Pero también lo hace la topografía de la zona e incluso el tipo de mar, porque no es el mismo el Atlántico o el Mediterráneo, ni siquiera en el color.
–¿Es aconsejable que la arquitectura no altere demasiado el litoral?
–Toda obra modifica su entorno. Puede ser poco importante y destruir un territorio, o muy importante y reforzar su características. Al final cualquier edificio reorganiza el espacio a su alrededor y eso es una responsabilidad a tener en cuenta cuando se desarrolla un determinado proyecto.
–¿Habría que replantear el diseño de los paseos marítimos tal y como están concebidos en la actualidad? ¿No son demasiado agresivos?
–Ya se están replanteando y hay un estudio importante sobre el diseño de los paseos marítimos, planteando actuaciones más blandas y delicadas, para que no afecten tanto al medio natural.

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