Nunca creyó que sería complicado venderlo por 86.000 euros
ASÍ ES EL PISO
Cuando Juan García se planteó vender el piso de su madre en Portada Alta no podía pensar que los precios hubieran caído tanto. La vivienda se ha quedado vacía porque ella ya no puede vivir sola y se ha mudado con una hermana. Y es precisamente el hecho de que no haya nadie y que alguien pueda ocuparla ilegalmente lo que animó a la familia a tratar de darle salida cuanto antes.
«No creía que fuera tan complicado», explica. «La enseñamos una vez a través de una inmobiliaria, pero ya no nos llama nadie. Sólo nos la han pedido para alquilar, pero no me fío. La gente destroza los pisos, te pueden dejar a deber el dinero o quedarse dentro sin pagar».
Y eso que el precio es de los más bajos que se pueden encontrar estos días en la capital: 86.000 euros por dos dormitorios (58 metros cuadrados) en una primera planta.
Desde que empezaron a buscar comprador, ya lo han bajado en tres ocasiones: «Empezamos pidiendo 96.000 euros en venta directa, a través de Internet; luego bajamos a 90.000 y la inmobiliaria nos propuso volver a rebajar porque le parecía caro. ¿Hasta cuándo tendremos que seguir bajando antes de que se venda? Ya casi mejor lo regalamos».
A su juicio, la mala fama de esa zona es el principal obstáculo para encontrar comprador. «Hay barrios que la gente no quiere». García desmiente esos prejuicios y recalca que la zona es tranquila, está cerca del futuro metro y de toda clase de servicios.
Además, han invertido casi 3.000 euros en una reforma sustancial, con las ventanas y el baño nuevo. «No nos corre prisa, pero tenemos miedo a que se sepa que está vacía y se metan 'okupas'», reitera.
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