domingo, 26 de julio de 2009

Ana López, presidenta del consejo de administración de IELCO: Una mujer al frente de un mundo de hombres. (SUR)

Soy la mayor de siete hermanos / No estoy casada ni tengo hijos / Como buena libra, soy muy perfeccionista / Me considero malagueña hasta la médula / Guardo uno de los adoquines de la calle Larios, obra que realizó mi empresa / También presido la Asociación de Polígonos de Málaga y Provincia /


SER la mayor de siete hermanos le ha marcado de por vida. «He sido siempre como la jefa de todos y la que tenía que dar ejemplo. De hecho, de pequeña me decían que era Cleo, la mayor de la televisiva familia Telerín», recuerda Ana López, presidenta de Ielco, constructora que fundó junto con algunos de sus hermanos en 1988 y que en la actualidad cuenta con casi un centenar de trabajadores. La peatonalización de la calle Larios su obra más reconocida y de la que más orgullosa está por lo que estos trabajos supusieron para la ciudad.
Pero estar al frente de una empresa de este tipo no ha sido un camino de rosas, sobre todo debido a su género. «Es verdad que los comienzos fueron difíciles. A las mujeres nos cuesta más trabajo abrirnos paso en este mundo y hay que renunciar a muchas más cosas que un hombre. Además, tengo que reconocer que el machismo aún no ha desaparecido totalmente», apunta la también presidenta de la Asociación de Polígonos de Málaga y Provincia (Apoma). Aun así, asegura que los hombres le han servido de «acicate», porque se ha dado cuenta de que se ayudan mucho entre ellos, sin olvidar que tienen un ansia de superación que, a su juicio, no es tan habitual ver en las mujeres.
Y es que pese a que todo el mundo destaca de ella que es una mujer en un mundo de hombres, Ana López siempre matiza que cada vez hay más féminas preparadas en el sector de la construcción, un mundo que le llamaba la atención desde muy pequeña. «Siempre me preguntaba por cómo se llevaban a cabo las obras públicas, cómo se hacían las carreteras, los parques...», comenta. Sin embargo, se decantó por estudiar Empresariales porque vio que la gerencia era la suyo.
Al final unió ambas pasiones de la mano de Ielco, aunque sus comienzos fueron ayudando en la contabilidad de la empresa de electricidad de su padre y en la que su madre era un pilar fundamental al llevar gran parte del peso de la organización. «De mis padres hemos aprendido esas ganas de trabajar y que la familia tiene que ser una piña. Esto no quiere decir que no nos peleemos, pero es verdad que parece que somos la excepción que confirma la regla, ya que muchas personas nos recuerdan que es mejor no hacer negocios ni con la familia ni con los amigos. Todos los hermanos hemos luchado y sufrido mucho por sacar adelante Ielco. En ocasiones ni hemos cobrado», explica. Y sus esfuerzos han dado sus frutos, puesto que en 2007 facturaron 30 millones de euros.
Su secreto lo resume en una frase de Einstein que lleva por bandera: «La clave del éxito es un 80% de información y trabajo, un 10% de inteligencia y un 10% de suerte». Por eso, es habitual que alguna noche se quede delante del ordenador de su casa hasta altas horas de la madrugada adelantando informes pese a que en su empresa tienen impuesta que la hora de salida son las siete de la tarde para que sus trabajadores puedan conciliar mejor la vida laboral y familiar.
En su apretada agenda siempre intenta sacar dos días a la semana para ir al gimnasio con su entrenadora personal, puesto que considera necesario cuidar el cuerpo. Además, siempre le han gustado los deportes: «He hecho bicicleta, tiro con arco... Casi los he probado todos». También es una apasionada de la lectura, lo que le llevó a «devorar» en sólo tres noches 'Los hombres que no amaban a las mujeres', de Stieg Larsson. Y eso entre libros de economía, ya que también está estudiando quinto de Administración y Dirección de Empresas por la UNED. «Aunque no me he podido presentar a esta convocatoria porque me tuve que ir de viaje a Qatar en misión comercial con la Cámara de Comercio», recuerda.
Le encanta viajar por placer y ha estado en multitud de países como Jordania, Perú, Panamá... Incluso durmió en el desierto del Wadi Rum. «Es necesario viajar, ya que te ayuda a desconectar y así también ves lo bien que se vive aquí, que tenemos de todo, que nuestro país es fantástico y que disfrutamos de un clima privilegiado», puntualiza. También es una gran aficionada a la jardinería y muestra orgullosa sus 'heridas de guerra' tras pelearse hace unos días con una de sus buganvillas. Y es que es una experta en exprimir el tiempo, ya que no para nunca. Así, no es extraño que no duerma siesta y que siempre se levante muy temprano.

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