domingo, 13 de diciembre de 2009

MALAGA. Jaque a la torre. (MALAGAHOY)

¿Rompería la imagen consolidada de Málaga? ¿Sería una oportunidad para la investigación? ¿Subvertiría el curso de la historia? Expertos opinan sobre la propuesta del obispo

E. M. / MÁLAGA | ACTUALIZADO 13.12.2009 - 01:00
El gobernador de Luisiana Bernardo de Gálvez logró convencer a Carlos III para que el dinero disponible para terminar la Catedral de Málaga se destinara a apoyar la Guerra de Secesión de Estados Unidos. La historiadora Marion Reder, profesora de Historia Contemporánea de la Universidad de Málaga (UMA), sostiene que no se trató de apoyo militar claro y evidente, sino de facilitar armas, alimentos, medicinas y mantas a las tropas levantadas contra el imperio británico. Esta es, al menos formalmente, la razón de que a la Catedral malagueña le falte la torre sur y de que la sociedad local haya invertido los últimos lustros en debatir si debería construirse o no.

La última edición del debate acaba de ser servido. El obispo, Jesús Catalá, ha anunciado que trabaja en un plan director para completar el proyecto original, en el que figuraban además de la segunda torre, otros elementos nunca ejecutados como una sacristía. La propuesta ha vuelto a prender las emociones. El concejal de Turismo y presidente del PP, Elías Bendodo, no puede ocultar que el tema le gusta. Defiende que esta vez el debate se haga desde " posiciones individuales" al margen de las posturas o decisiones políticas, porque las catedrales son "monumentos vivos" que se construyen "a lo largo de los siglos". Está convencido de que la Catedral, levantada entre los siglos XVI y XVIII y finalizada en 1782, con su segunda torre "quedaría muy bonita" y que este va a ser "el debate definitivo" no una reedición más después de más de dos siglos de polémica.

La catedrática de Historia del Arte de la UMA Rosario Camacho no lo tiene tan claro. Como "estudiosa de la ciudad" opina que "se hizo un gran proyecto arquitectónico" y lo ideal hubiera sido "que entonces se hubiera ejecutado". Ahora, la imagen de Málaga con su templo y una única torre "ha cobrado fuerza y se ha consolidado". Además, apunta que el casco histórico ha crecido y se ha conformado de acuerdo con esa realidad y agregar en este momento la inexistente torre "desequilibraría" la Plaza del Obispo.

El arquitecto Rafael Martín Delgado analiza el asunto en estos mismos términos. Este experto en rehabilitación que ha puesto su firma en la restauración de la Alcazaba, el Teatro Romano, el Museo Picasso y la propia Plaza del Obispo, entiende que levantar ahora la segunda torre no encontraría acomodo en un "trazado urbano" adaptado a la singularidad de la Catedral. No en vano, "la Plaza del Obispo es asimétrica".

El director de la Escuela de Arquitectura de la UMA, José Ramón Moreno, advierte, en cambio, que "desde el punto de vista patrimonial" la propuesta lanzada por el obispo "es coherente". "Teniendo en cuenta que las catedrales se construyen al pos de la historia no me parece mal completar un edificio. No es una locura, otra cosa es cómo se haga". Recuerda, por ejemplo, que la Catedral de Sevilla "es un edificio vivo en el que todavía hoy se están sustituyendo pilares de piedra". Para el director de Arquitectura partir de que "los edificios se hacen para toda la vida" es "una idea equivocada. Las arquitecturas góticas y renacentistas estaban en obras constantemente unas veces porque se aplazaban los trabajos cuando faltaba dinero y se retomaba cuando había fondos y otras veces por otras cuestiones". Agrega que se acaban de terminar las obras de la cubierta sin crear ningún sofoco en la opinión pública a pesar de que "no es una mera obra de rehabilitación" al provocar "una nueva imagen" del templo.

Al tiempo, observa que implicaría "recuperar técnicas constructivas que fueron importantísimas en España y Andalucía. Por ejemplo, Andalucía era una gloria internacional por sus sistemas de cantería con maestros como Andrés de Vandelvira", que también participó en algunos estudios de la catedral malagueña. Por último, resalta la oportunidad que representaría el proyecto para "mejorar la innovación y la investigación".

El geógrafo de la UMA Alfredo Rubio cree que no se debe torcer el curso de la historia: "No se puede subvertir lo que la historia ha hecho. Si la Catedral no se acabó, pues no se acabó. Además, me parece muy hermosa la explicación de por qué". Rubio defiende que hay necesidades perentorias "en el patrimonio local, incluido el de la iglesia, que se deben resolver. Incluso es necesario hacer buenas iglesias en los desarrollos urbanos actuales".

En cualquier caso, la decisión de qué hacer con la Catedral está en manos de la Junta al tratarse de un bien de interés cultural (BIC). El delegado de Cultura, Manuel García, apunta cauto que cuando llegue la documentación a su departamento "los técnicos la valorarán y estudiarán". Su opinión personal es que se trata de un "monumento terminado de un modo inacabado" circunstancia que forma parte de la identidad y de la "historia consolidada de esta ciudad".

Pero, ¿realmente existe demanda social? Thomas Genton, consejero de Cultura de la Embajada de Estados Unidos en España, aseguró hace unos días en una mesa redonda organizada por la asociación cultural Bernardo de Gálvez que años más tarde EEUU quiso devolver el gesto a la ciudadanía de Málaga y contribuir económicamente para terminar la torre sur, pero " la gente dijo que no, que se había acostumbrado a verla sin finalizar".

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