Advierten de que establecer la voluntariedad de este trámite mermará la seguridad en las construcciones La supresión del control colegial pone en pie de guerra a arquitectos e ingenieros
16.05.2010 -
M. ÁNGELES GONZÁLEZ
MÁLAGA.
Nació en 1931, tras el derrumbe de varios edificios en Madrid. La falta de control sobre los profesionales que intervinieron en estas construcciones y sobre los proyectos de obra provocaron una alarma social que obligó a la Administración a tomar cartas en el asunto. Se instituyó así el visado colegial como un instrumento destinado a garantizar la seguridad y la adecuación de los trabajos a la normativa vigente, así como a comprobar la capacitación de los técnicos implicados. En vista de su utilidad, de los colegios de arquitectos y aparejadores se extendió a otras profesiones.
Cuarenta años después, este acto administrativo vuelve a cobrar actualidad. La Ley Ómnibus, que regula el libre acceso a las actividades de servicios mediante la transposición de una directiva europea, sólo mantiene la obligatoriedad del visado de proyectos para diez supuestos, frente a los 82 que requieren la expedición de este documento en la actualidad. Los colegios profesionales podrán seguir ofreciéndolos para quien los solicite de forma voluntaria, algo que, según los ingenieros, peritos y arquitectos, mermará la calidad y seguridad de edificaciones, carreteras, proyectos de transportes ferroviarios, instalaciones eléctricas y otras infraestructuras urbanas, rurales e industriales.
El borrador del real decreto que establece estos cambios, y que se encuentra en periodo de alegaciones, ha puesto en pie de guerra a los profesionales de las carreras técnicas afectadas. La pasada semana, diez mil personas de toda España se manifestaron en Madrid por este motivo y hace unos días los presidentes y decanos de nueve colegios de la provincia (Aparejadores y Arquitectos Técnicos; Ingenieros Agrónomos; Arquitectos; Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos; Ingenieros Industriales; Ingenieros Técnicos de Obras Públicas; Ingenieros Técnicos de Topografía; Ingenieros de Telecomunicación e Ingenieros Técnicos Industriales) entregaron un manifiesto conjunto en defensa del visado al subdelegado del Gobierno en Málaga, Hilario López Luna, en el que rechazaron que se restrinja este control preventivo y no se proponga una alternativa para «garantizar la seguridad y calidad a los ciudadanos».
Líneas de alta tensión
Así, dejarán de exigirse visados para líneas de alta tensión, parques eólicos, instalaciones eléctricas y de climatización de edificios, redes inalámbricas o antenas de móviles, según los colegios de Ingenieros de Telecomunicaciones y Técnicos Industriales. Los aparejadores, por su parte, critican que el real decreto no hace referencia al tema de seguridad y salud laboral y que se elimina la obligatoriedad del visado en la dirección de ejecución de la obra, es decir, «la supervisión de la calidad de los materiales, así como la ejecución del proyecto con las condiciones técnicas adecuadas», según explica José Carlos Nieto, secretario técnico del colegio provincial.
Sobre el argumento esgrimido por el Ejecutivo, que defiende que la eliminación de este trámite supondrá un ahorro importante para empresas y particulares, los colegios profesionales responden que, según diferentes estudios realizados, el coste del visado no supera el 0,03% del presupuesto total del trabajo ejecutado, «que en cualquier caso es asumido por el profesional contratado», según apunta la presidenta del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Málaga, Leonor Muñoz, que insiste en que «el visado no es sólo poner un sello, conlleva una responsabilidad detrás».
Este cambio legal supondrá un duro varapalo para las arcas de los entes profesionales, ya que, según algunos consultados por este periódico, alrededor del 60% de los ingresos que perciben proceden de la expedición de visados. En el caso del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales el año pasado estos documentos supusieron unos 800.000 euros, según detalla el decano, Antonio Serrano, que estima el coste medio de un visado en 47 euros.
El importante volumen de trabajo en los años del 'boom' inmobiliario obligó a determinados colegios a ampliar sus infraestructuras y sus plantillas, que ahora se ven en peligro, como explica Muñoz, que advierte de que casi la totalidad de la veintena de trabajadores del Colegio de Aparejadores de Málaga podrían verse afectados por esta reforma. Lo mismo ocurre en el Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales, donde 16 de sus 21 empleados se dedican al tema de los visados.
La supresión de la obligatoriedad de este trámite, además, favorecerá el intrusismo, según denuncian los ingenieros y arquitectos, ya que desaparecerá el control sobre las personas que realicen los trabajos. «Una de nuestras labores es constatar que el profesional no está inhabilitado y que tiene un seguro de responsabilidad civil», apunta Muñoz.
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