domingo, 30 de mayo de 2010

MÁLAGA La fábrica de los puentes. (SUR)

La nave, de 120.000 metros cuadrados y que da empleo a setenta personas, se desmontará cuando termine la carretera. Una factoría junto a las obras se encarga de realizar las vigas de la autopista de Las Pedrizas

30.05.2010 -
IGNACIO LILLO ilillo@diariosur.es
MÁLAGA.
La fábrica de los puentes
Un operario prepara el armazón de una viga en el interior de la planta habilitada junto a Puerto de la Torre. :: CARLOS MORET
La instalación tiene capacidad para producir dos vigas de 40 metros cada 24 horas
Esta opción evita los inconvenientes y el alto precio del transporte de material por carretera

LAS CIFRAS

450

piezas serán necesarias para completar los 17 viaductos previstos en la futura autopista de peaje de Las Pedrizas

1.000

toneladas de fuerza se aplican a cada viga para que adquiera la máxima resistencia y pueda soportar el peso
Cuando se trata de movilizar miles de toneladas de vigas de hormigón para tender puentes del porte de los que se están ejecutando en la autopista de Las Pedrizas y la segunda ronda, es más fácil construir una factoría completa de 120.000 metros cuadrados sobre el terreno que traer las piezas de otro lugar. Así ocurre en la nave que se ha creado en un solar junto a la venta San Cayetano, a escasos metros de la rotonda que a la vuelta del verano dará acceso a la hiperronda desde Puerto de la Torre.

Su cometido principal es abastecer a las obras de la futura AP-46, donde la concesionaria, Sacyr, está ejecutando 17 viaductos en 24,5 kilómetros -uno cada kilómetro y medio- aunque también construyen las piezas del puente que atravesará el río Guadalhorce, el más extenso de todo el trazado de la hiperronda. Ni más ni menos. Cuando ya no sea necesaria, en aproximadamente un año y medio, desmontará sus paredes de metal, recogerá la maquinaria pesada, plegará velas y se irá con el cemento a otra parte.

Cada pieza del puzzle, que encajará con otra para dar forma a un pilar, tiene unos 40 metros de media. La estructura de los dos viaductos más imponentes de la vía de peaje están formadas por pilares de más de 90 metros de altura (medirán cien metros cuando estén los tableros colocados) y 800 metros de longitud cada uno.

La construcción de la AP-46 necesitará unas 450 de estas estructuras, de entre cien y doscientas toneladas de peso, que se construyen a razón de dos piezas cada 24 horas, en dos bancos de 93 metros de longitud. El espacio se distribuye en tres naves unidas, donde trabajan hasta 70 trabajadores en simultáneo en los momentos de mayor actividad. Y dos campas exteriores, donde ya aguardan un centenar de unidades en acopio, preparadas para trasladarlas hasta su emplazamiento definitivo.

Los responsables del proyecto explican que se optó por esta fórmula ante el elevado precio del transporte en camiones y la cantidad de permisos necesarios para ocupar las carreteras con unas cargas de semejante envergadura, a lo que habría que sumar los retrasos por no poder mover el material en fechas de operaciones especiales de tráfico, por festividades y vacaciones.

Al contrario, de esta forma el material está disponible a escasos metros del tajo, y al alcance de la mano cada vez que sea necesario. Para ello, se transportan con grandes camiones, atravesando primero parte de la hiperronda que ya está construida, y después por los carriles de servicio y los tramos de la autopista que están operativos, en maniobras de gran complejidad.

Cables de tensión
Las armaduras de las vigas llegan desde una fábrica del grupo en Galicia ya elaboradas. Una vez en Málaga los equipos de ferralla las premontan, con lo que se unen para darles la forma que tendrán, lo que se conoce como la geometría de la viga. Se hace en varios módulos, de unos 12 metros, que después se ensamblan hasta los 40 metros.

El armazón, que parece una enorme jaula de varillas negras, se monta en un banco de trabajo para encofrar. Se colocan los separadores y los cables de acero, que son una parte fundamental de la maniobra y los responsables de que la viga tenga una altísima resistencia: a cada uno se le aplica una tensión de veinte toneladas de fuerza, lo que, multiplicado por unos 50 tensores, hace que el banco quede comprimido a mil toneladas. En las vigas de mayores dimensiones pueden llegar hasta los 150 cables y tres mil toneladas.

Al tiempo, se arma el encofrado y se hormigona. Adquiere la resistencia adecuada unas 24 horas después, momento en que se destensan los cables, que transfieren la fuerza a la pieza, de ahí que se denominen vigas de hormigón pretensado. Se emplea un sistema de calefacción en la base para acelerar el endurecimiento, a través de una caldera de vapor. Este proceso se lleva a cabo en dos bancos alternativamente, de manera que mientras una endurece la otra inicia el proceso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario