domingo, 23 de mayo de 2010

MALAGA. Las Pedrizas coge velocidad. (MALAGAHOY)

Tras permanecer casi un año parada, la obra de la autopista de peaje recupera el pulso y la actividad · Medio millar de operarios trabajan ya en los tajos, cifra que se duplicará en los próximos meses

SEBASTIÁN SÁNCHEZ / MÁLAGA | ACTUALIZADO 23.05.2010 - 01:00
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Vista de uno de los viaductos de la autopista de peaje ahora en construcción.

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Punto de conexión de la AP-46 y la hiperronda, a la altura de Puerto de la Torre.

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El tuerto es el rey en el país de los ciegos. Y eso deben pensar aquellos que ahora, en plena incertidumbre sobre el devenir de las grandes obras públicas en la provincia de Málaga, miran de soslayo a la autopista de peaje de Las Pedrizas, impulsada mediante una concesión privada (370 millones de inversión); esa misma en la que durante casi un año las máquinas estuvieron aparcadas y el tiempo se detuvo.

"Nosotros vamos a salir de la crisis", decían el viernes en pleno tajo algunos operarios de la actuación, que observan cómo la polvareda provocada por el movimiento de los camiones y la maquinaria pesada vuelve a ser realidad. Unas palabras que suenan raras tratándose de una intervención que debiera haber entrado en servicio a principios de 2010 y que se topó de lleno con el frenazo de la crisis económica y las dificultades de la empresa concesionaria, Sacyr.

La transformación de la quietud por la acción continuada, por el ruido de los motores y los gritos de los obreros. Ése es el gran contraste en las tierras próximas a Casabermeja y en aquellas donde la futura carretera se abraza con la hiperronda, a la altura del Puerto de la Torre. Seis meses atrás, la presencia fantasmal de viaductos y túneles; seis meses después, las grúas elevan sus brazos metálicos tratando de alcanzar las mismas cotas que los gigantescos pilares que en unos meses soportarán los tramos de la autopista.

La visita a la zona de trabajo permite comprobar justamente eso, que es zona de trabajo. Salpicados en los 24,5 kilómetros de trazado de la vía, que unirá el alto de las Pedrizas con la segunda ronda de circunvalación de Málaga, hay alrededor de medio millar de empleados, a los que en no más de dos o tres meses se sumarán otros tantos para avanzar en la infraestructura. Doce equipos de movimiento de tierras están desplegados en el territorio. Pero la previsión de Sacyr es que para agosto o septiembre, la obra, como si se tratase de un cuerpo vivo, esté a pleno rendimiento. Y será ese el momento en que se aglutinarán unas 300 máquinas, entre camiones, excavadoras... Algunas de ellas de más de cien toneladas de peso. Lo que nadie se atreve a precisar es una fecha de fin.

"Esto ahora mismo es una locura", señalaban fuentes próximas a la obra, en una expresión que da buena muestra del ritmo que empieza a tener el proyecto. Aunque para que eso haya sido posible han tenido que transcurrir algunos meses. De hecho, desde que el pasado 11 de enero Sacyr retomó la actuación, los operarios no pudieron entrar en los tajos hasta varias semanas después como consecuencia de las intensas lluvias caídas en la zona. "Como estaba el terreno no se podía hacer el movimiento de tierras", indicaron.

Tras pisar fango durante cierto tiempo y adecuar la extensa red de carriles de acceso a los tramos de actuación, la tierra volvió a moverse. Y lo que ello supone no es baladí. Los datos técnicos apuntan a que la construcción de la autopista va a obligar al movimiento de 12 millones de metros cúbicos (parte de los cuales se emplean posteriormente para el relleno). A ello contribuye el constante desnivel que presenta el terreno sobre el que se asienta esta infraestructura. "Cuando vinimos la primera vez nos preguntábamos por dónde iba a ir la carretera, porque no había ni caminos", apuntan las fuentes.

Justamente la complejidad del terreno ha obligado a que el proyecto de ejecución incluya la construcción de 17 viaductos, con una longitud total de siete kilómetros (alguno de ellos con algo más de 800 metros de longitud y con pilares de hasta 93 metros), y tres túneles, con dos kilómetros de extensión. De los puentes, ya hay dos terminados, con el tablero incluido, y uno acabado en estructura pero a falta del tablero. El grado de ejecución de la obra es variable. Mientras el movimiento de tierra se encuentra ya al 80%, la ejecución de los viaductos se sitúa en el 50% y los túneles, al 45%.

La estampa actual es la de una especie de mecano deslavazado, con una pieza inconexa con la siguiente, pero que acabarán uniéndose con el transcurrir de las semanas. De hecho, si no fuera por los grandes pilares de los puentes y los túneles, algún viajero despistado no sabría decir si el movimiento de máquinas que ve a su alrededor se debe a la construcción de una carretera.

"Pero los 24,5 kilómetros del trazado están ocupados", recuerdan, al tiempo que señalan que si todo este recorrido fuese observado desde el cielo "se podría ver la marca de la traza". Eso sí, la imagen directa de la autopista, con su capa de rodadura, probablemente no se verá hasta tres o cuatro meses antes de la fecha de inauguración.

Lo que esperan en Sacyr es que, cuando se abra al tráfico, las estimaciones de viajeros se conviertan en realidad. "Los cálculos apuntan a que pasarán unos 17.000 vehículos al día", apuntan. Una cifra que de concretarse supondría rebajar un 34% la intensidad media actual de la A-45, la autovía de Las Pedrizas, por la que a diario circulan alrededor de 50.000 coches. Y muchos optarán por la alternativa de la autopista, aunque ello conlleve pagar los alrededor de 1,8 euros del peaje, para evitar los numerosos problemas que suele sufrir la carretera pública.

En Sacyr se agarran además a las mejoras técnicas que tiene la autopista respecto a sucompetidora, puesto que tiene curvas mucho menos cerradas y pendientes menos pronunciadas. "En aquellos puntos en los que la pendiente es del 4% se incluye un tercer carril para que los camiones puedan desplazarse al mismo", destacaron las fuentes consultadas. Y ello con siete kilómetros menos de recorrido que la autovía.

El trazado de la AP-46, que será su nombre oficial, culminará en una compleja estructura con varios brazos de viales de conexión con la segunda ronda de Málaga capital. A apenas unos metros de este punto de fusión, la aridez de los suelos que descarnan las excavadoras contrasta con el negro del alquitrán de uno de los tramos de la hiperronda (el primero, que ha ejecutado precisamente Sacyr), ejemplo de un tiempo de bonanza de la obra pública que tiene fecha de caducidad.

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