El Ayuntamiento no ha sido capaz de poner en marcha en este tiempo la actuación que solucione de una vez la conexión peatonal con los muelles. El puerto se transforma para abrirse a la ciudad sin el proyecto para saltar la carretera litoral
07.08.2010 -
Algunas ciudades portuarias españolas y europeas la han aprobado ya, con mejor o peor nota, y otras tienen preparados los apuntes para examinarse, pero Málaga la tiene como asignatura pendiente desde hace ya más de una década y no sabe cuándo la superará. Mucho se ha discutido en los últimos diez años sobre la fórmula ideal para integrar el puerto en la ciudad algo que, como recordó el arquitecto Jerónimo Junquera el pasado domingo en una entrevista concedida a SUR, no se resuelve tirando una verja. Como ha reconocido el propio presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique Linde, entre la ciudad y sus muelles existe «una autovía» y todavía no hay un proyecto para que los ciudadanos puedan salvarla sin tener que jugarse la vida en un paso de peatones más o menos sofisticado. A pocos meses ya de que el Puerto suprima la denostada verja en la fachada de la plaza de la Marina y de que el palmeral levantado en el muelle del paseo de los Curas pase a ser un jardín más de la ciudad, Málaga todavía no sabe cómo va a llegar andando a estos nuevos espacios de los que va a disfrutar.
La solución al problema requiere de actuaciones contundentes y no de medidas transitorias -pasos de peatones, badenes para que frenen los coches, semáforos...- que, con la llegada de la crisis a las administraciones públicas, es muy probable que se conviertan en definitivas. Así se lo planteó la ciudad cuando, a finales de la década de los noventa, con Celia Villalobos en la Alcaldía, se puso como una de sus prioridades soterrar el tráfico en el paseo de los Curas para unir el Parque con el futuro espacio público del muelle 2.
Viciado
El proyecto estuvo viciado desde el principio. El Colegio de Arquitectos, que defendió que en el plan conjunto de transformación de los muelles se introdujera el paseo de los Curas como un espacio más a tratar, recurrió al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) la contratación de la consultora Typsa por parte del Consistorio para analizar la actuación. En el año 2000, el trabajo de esa empresa arrojó nueve alternativas y, con ellas, un coste aproximado de 48 millones de euros que a la postre supuso el principal osbtáculo para su ejecución. Se planteó que el Ministerio de Fomento pagara una parte, pero no cuajó. Con todo, ya con Francisco de la Torre como alcalde, se siguió hablando del proyecto de soterramiento, aunque sin dejar clara cuál es la mejor opción
El Ayuntamiento apostó primero por el soterramiento del paseo de los Curas pero ocupando sólo la mitad sur del vial y parte de los terrenos del muelle 2. De esta forma, se pretendía perjudicar lo menos posible a las raíces de los árboles del Parque. Luego descartó esa idea y planteó construir un túnel adosado al muelle que captaría el tráfico de la avenida de Manuel Agustín Heredia para llevarlo hasta el paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso por la calle Vélez-Málaga. El Puerto rechazó la medida.
Un año más tarde, en 2001, el alcalde señaló como mejor alternativa la que apostaba por un soterramiento parcial, es decir, deprimiendo el tráfico en la zona de la Marina y en el cruce de Cánovas del Castillo, los extremos del paseo de los Curas. Por aquel entonces también se lanzó la idea de reordenar el tráfico en toda la zona, dejando el paseo del Parque en un solo sentido de circulación y el paseo de los Curas en otro.
El asunto quedó en suspenso y cuatro años más tarde, a raíz del éxito de la peatonalización de la calle Larios, el Ayuntamiento se planteó extender ese modelo hacia la plaza de la Marina y el puerto. El proyecto municipal que recogió este objetivo es el de crear un intercambiador de transportes bajo la plaza, que permitiría hacerla peatonal.
El Consistorio incluyó tanto esta propuesta como la de soterramiento de la avenida de Cánovas del Castillo en el listado de proyectos para los que pretendía obtener la financiación de fondos europeos que gestiona la Junta de Andalucía. Cerrada la puerta de esos fondos, ambas medidas han quedado frenadas, si bien el equipo de gobierno municipal sigue apostando por el soterramiento de Cánovas y lo valora en 32,5 millones de euros a sufragar por su parte en el nuevo Plan General de Ordenación Urbanística de la ciudad.
Últimas propuestas
Uno de los últimos capítulos de esta historia lo acapara la propuesta lanzada hace dos años por el Ayuntamiento para soterrar el tráfico frente a la fachada de las columnas del puerto, un tramo de 160 metros que permitiría unir peatonalmente la plaza de la Marina con los muelles. Este proyecto ha sido incluido en los últimos cambios que se tramitan para el plan urbanístico del recinto portuario. Sin embargo, todavía no está claro cómo va a ser sufragado. El Puerto ya ha dejado claro que es la ciudad quien debe financiarlo.
Finalmente, justo esta pasada semana, el alcalde ha vuelto a apostar en el pleno por retomar la idea del soterramiento del paseo de los Curas, estudiando el comportamiento del nivel freático a raíz de las obras del metro. No obstante, reconoció que ahora no es el momento de acometer esta obra porque «no hay dinero» para soportarla. En resumen, que la solución a la continuidad puerto-ciudad todavía está lejos y la apertura de los muelles, muy cerca.
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