domingo, 16 de enero de 2011

MALAGA. El Auditorio de Málaga sale a la superficie. (SUR)

Por inversión, necesidad y ambición, el palacio de la música representa el equipamiento cultural más importante de la provincia a medio plazo

16.01.11 - 01:58 -
Las bambalinas ofrecen a veces un espectáculo digno del mejor escenario. Figurantes a la carrera, un músico tomando un aperitivo, las grandes figuras en tensa y concentrada espera, cambios de vestuario en cualquier parte... La vida de un gran teatro lírico, de un lugar destinado a la escena y la música, gira alrededor de su telón. Así que los responsables del proyecto del Auditorio de Málaga han querido cuidar cada detalle para que el edificio no solo sea cómodo para el visitante, sino que también ofrezca soluciones prácticas para los profesionales que allí realizarán su labor.
Por eso, el llamado 'camerino de transformación' -para los cambios rápidos de vestuario- está justo al lado del escenario, los pianos disponen de un almacén con la temperatura y la humedad controladas, algunos pasillos tienen hasta cinco metros de ancho o la sala principal, la de cámara y la sede de la orquesta cuentan con accesos independientes desde la calle.
Los ejemplos anteriores ilustran el grado de detalle del proyecto de ejecución del Auditorio de Málaga. Un documento elaborado por los estudios de los arquitectos Agustín Benedicto y Federico Soriano -apoyados por un buen número de empresas especializadas- que supera los 12.000 folios y los dos mil planos. Una iniciativa que no soporta la comparación -ni cualitativa ni cuantitativa- con cualquier otro equipamiento cultural que se acometa o proyecte en la provincia.
No en vano, se trata de una iniciativa que, en su conjunto, representa una inversión superior a los cien millones de euros, tal y como adelanta el director del consorcio del auditorio, Francisco López. El gestor apostilla que el informe atiende no solo al recinto cultural (presupuestado en unos 82 millones de euros), sino que también incluye la plaza anexa, un aparcamiento subterráneo para unos 430 vehículos, las infraestructuras periféricas (como túneles para el tráfico rodado que llegue desde la zona Oeste de la capital) o la urbanización del entorno.
El documento entregado el pasado 31 de diciembre ofrece cada actuación en un apartado diferente, de manera que los componentes del consorcio (ministerios de Fomento y Cultura, Junta de Andalucía y Ayuntamiento de la capital) deberán decidir ahora cómo licitar cada sección, si de manera conjunta o por separado.
Para esa cuestión quedan todavía algunos meses. El proceso es el siguiente. Entregado ya el proyecto de ejecución, ahora deben supervisarlo cuatro empresas nombradas por el consorcio para otros tantos epígrafes: arquitectura, estructura, instalaciones y equipamiento escénico. Y tras las posibles aportaciones de las compañías, llegaría el turno de los informes de Bomberos y de la Gerencia Municipal de Urbanismo.
Según los cálculos de los arquitectos, este proceso podría concluir en marzo. Para abril se vislumbra la siguiente reunión del Consejo Rector del Auditorio, que podría sacar a concurso la obra para que los trabajos en la explanada de San Andrés comiencen poco antes del otoño. Esos son los plazos técnicos. Habrá que ver los ritmos políticos.
En cualquier caso, el Auditorio de Málaga emerge poco a poco de los planos técnicos, enfila la recta final de su tramitación y encara la fase decisiva del comienzo de las obras. Unos trabajos que tienen un plazo de ejecución de 48 meses y que deben concluir en el equipamiento cultural más ambicioso (y esperado) no solo en la capital, sino de toda la provincia, ya que su radio de influencia abarca toda la Costa del Sol. Las siguientes líneas resumen cómo será el recinto musical, tomando como referencia el proyecto de ejecución entregado hace sólo unos días.
La fachada
Visto desde fuera, el Auditorio de Málaga ofrecerá en su mayor parte una apariencia azulada. Se la darán miles de piezas de cerámica vidriada sujetas a su fachada. Elementos de cuatro formas distintas y seis tonos diferentes que actuarán a modo de celosía, filtrando la luz exterior. El edificio crece desde las primeras previsiones que rondaban los 21.000 metros cuadrados hasta superar los 46.000 metros cuadrados construidos.
Tendrá una altura máxima de cuarenta metros, equivalente a una construcción de planta baja más doce superiores; sin embargo, no se puede hablar de 'plantas' convencionales en el palacio de la música, ya que el juego de volúmenes planteado por los arquitectos hace que cada espacio cuente con su propia distribución, atendiendo a los usos a los que esté destinado. Además, el vestíbulo general será transitable a través de una estructura en voladizo, sin pilares de sujeción, función que realizarán elementos como las escaleras mecánicas o los ascensores.
La sala principal
Se puede considerar la joya de la corona del auditorio o, al menos, su escaparate más evidente. Cuenta con un escenario de unos dos mil metros cuadrados y puede albergar hasta tres escenas completas ya montadas, capaces de aparecer y desaparecer de la vista del público en pocos instantes en virtud de la maquinaria escénica prevista, que baja hasta 18 metros para hacer 'desaparecer' o 'emerger' el montaje requerido. La sala principal se presenta como un espacio polivalente, capaz de ofrecer hasta cuatro disposiciones diferentes.
La primera responde al esquema del teatro lírico y tiene capacidad para 1.743 butacas. La segunda está pensada, sobre todo, para recitales de orquesta y cuenta con un aforo máximo de 1.622 personas. Una tercera posibilidad deja el espacio para los músicos en medio de dos zonas destinadas al público, que también podría situarse detrás del coro: esta opción contaría con hasta 1.803 espectadores. Por último, la cuarta disposición de la sala principal prevé la actuación de una orquesta sin coro, con el público también a ambos lados de los intérpretes y un aforo de 1.905 asientos.
El espacio de producción
Situado junto a la sala principal, se trata de una zona de especial relevancia para los diseñadores del equipamiento, ya que permitirá al Auditorio de Málaga convertirse en un generador de espectáculos de producción propia y no solo en un contenedor de propuestas venidas del exterior. La zona prevista cuenta con una superficie de 500 metros cuadrados y acceso directo desde el exterior. Además, se han previsto dos zonas diferentes de carga y descarga para que, mientras se monta una escena, pueda a la vez desmontarse otra.
La sala de cámara
El segundo espacio de uso escénico cuenta con medio millar de butacas, la mitad de ellas retráctiles para adaptar el aforo del recinto a las necesidades de cada espectáculo. Está pensada para representaciones de pequeñas óperas barrocas o conciertos de solistas, por citar algunos ejemplos. También dispone de acceso independiente, tanto desde la calle, como desde el aparcamiento subterráneo. Sobre la sala de cámara se ubicará el espacio didáctico y la fonoteca, diseñadas para desarrollar la faceta pedagógica de la institución. Como en los casos anteriores, también dispone de entrada propia desde el exterior.
Servicios de escena
Camerinos, vestuarios, zonas para maquillaje, atrezzo, así como espacios de sastrería y lavandería conectados entre sí quedan en esta zona destina a los intérpretes y otros grupos profesionales relacionados con la puesta en escena de las representaciones. Cuenta además con una sala para ensayo de danza.
Sede de la Orquesta Filarmónica de Málaga
Uno de los espacios que más enorgullece a los diseñadores del Auditorio de Málaga. Con él se salda una larga deuda con la formación musical. Cuando el recinto abra sus puertas, la OFM dispondrá de una sede con ocho niveles diferentes y acceso y funcionamiento independientes del resto del recinto. Está situada entre la chácena y el hombro de la sala principal. Los niveles inferiores actúan como almacén de instrumentos, a la altura de la escena queda el camerino para las figuras, mientras que los niveles superiores prevén dos plantas para los camerinos de la orquesta y otras dos para usos administrativos.
Por último, los pisos más elevados incluyen, entre otras zonas, una sala de ensayo general para la formación musical de unos 450 metros cuadrados, así como áreas para la ejercitación de las secciones. Cabe mencionar también, aparte de este espacio pero relacionado con él, las dependencias destinadas al coro. Un área con sala general de ensayo, zona de descanso y vestuarios, entre otros espacios.
Sala de ensayo de escena
Ubicada bajo la sala de producción, sus diseñadores han previsto en ella un suelo del tipo de las pizarras blancas sobre las que se puede pintar con rotulador y borrar al instante. Ese material permite hacer y deshacer las marcas en el suelo que fijan la posición de los intérpretes durante la representación, unos ensayos esenciales para articular la puesta en escena final. Con las mismas dimensiones que la parte central de la escena, está situada a la altura del suelo portuario y la lámina de agua. Unas vistas magníficas para trabajar.

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