miércoles, 16 de febrero de 2011

El negocio del turismo residencial está 10 veces por debajo que hace un lustro (La Opinión)

En 2010 se vendieron sólo 1.000 pisos a extranjeros y el sector ve una imagen de "inseguridad jurídica"


Expositores de viviendas en una de las últimas ediciones del Salón Inmobiliario del Mediterráneo (SIMed) de Málaga.
Expositores de viviendas en una de las últimas ediciones del Salón Inmobiliario del Mediterráneo (SIMed) de Málaga. Arciniega

JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ. MÁLAGA El negocio del turismo residencial, que llegó a dejar en Málaga un negocio de casi 2.300 millones de euros con la compra de unas 12.400 viviendas en la Costa del Sol por parte de inversores extranjeros a mitad de la pasada década, ha mejorado sus números interanuales en el año 2010, aunque sigue en cifrasun 90% inferiores a la de aquella época. En concreto, el pasado año registró la venta de unas 1.080 viviendas en toda la provincia, con un montante superior a los 200 millones de euros, según explicó ayer el presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga (ACP), José Prado.

Los datos no están sacados de los registros públicos de compraventas de viviendas, sino calculados por la ACP a partir de las cifras que el Banco de España maneja sobre las inversiones directas efectuadas por ciudadanos no residentes en la compra de inmuebles. La parte buena del asunto es que la mejora en los últimos meses de las economías británica y alemana han permitido un repunte del sector, que en 2009 había marcado cifras paupérrimas con apenas unos pocos centenares de viviendas vendidas.

No obstante, este ascenso no satisface a los promotores, que entienden que la atonía de compras por parte de los, en otro tiempo, activos compradores extranjeros obedece no sólo a la crisis económica, sino a factores como la recurrente imagen de inseguridad jurídica que puede seguir dando el urbanismo español y la lentitud en la revisión de los diferentes planes generales de ordenación urbana (PGOU) de muchos municipios.

Análisis del sector
«Los datos siguen siendo insignificantes. A Málaga, la crisis le ha afectado doblemente; primero, por la caída de las ventas entre los propios españoles y, segundo, por la desaparición del mercado de los compradores extranjeros en segunda residencia», comenta el responsable de la ACP. A su juicio, la provincia está perdiendo una gran oportunidad de negocio, ya que, de los 10 millones de turistas que visitaron Málaga el pasado año, un 0,5% al menos puede plantearse comprar vivienda en la zona, lo que equivaldría a 50.000 viviendas comercializadas. «Hay ganas de comprar, pero existe miedo. Muchos turistas que se quedan en hoteles y les encanta la zona nos preguntan por las viviendas, pero detectamos mucha inseguridad entre ellos, fruto de la mala imagen que hemos dado en los últimos años. El caso Malaya, sin ir más lejos, sigue siendo actualidad todavía con el desarrollo del juicio», apuntó.

Prado también es crítico con las instituciones, a las que acusa de mantener burocráticamente paralizado algo tan vital para relanzar el mercado inmobiliario como es la reforma de los PGOU. «La mayoría de los planes siguen sin estar terminados, y recuerdo que para empezar a construir nuevas viviendas tras las aprobación de un PGOU pueden pasar hasta dos años. «Es posible que en 2013 y 2014, si el actual stock de 20.000 vivienda ha podido tener salida, nos encontremos con la paradoja de que se reactive la demanda y no tengamos viviendas listas. Y eso tampoco es bueno, porque obligaría al sector a sobreproducir y a recalentarse de nuevo», dijo.

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