El 2011 sigue consolidándose con un año pésimo para el sector inmobiliario tras el espejismo de los dos primeros meses motivado por el efecto arrastre del fin de las desgravaciones fiscales por vivienda. Si la semana pasada el Ministerio de Fomento atestiguaba una caída interanual de las ventas del 30% en el primer semestre del año en Málaga, ahora es el Instituto Nacional de Estadística (INE) –que utiliza otra metodología– el que arroja un descenso del 7,4% en los siete primeros meses del ejercicio, con sólo 11.861 operaciones de compraventa en la provincia.
Según el INE, el mercado ha estado especialmente parado en este mes de julio, cuyas ventas están un 32% por debajo de las del mismo mes del año pasado. Brutal es, como siempre, la comparación con los datos de 2007, el último antes de que llegara la actual crisis: los ritmos de ventas actuales están casi un 70% por debajo de los de entonces, cuando Málaga vendió en julio casi 4.150 viviendas y cerca de 26.400 en los siete primeros meses del año.
No está las cosas mucho mejor a nivel nacional, más bien todos lo contrario. En España, la compraventa de viviendas cayó un 34,8% en julio respecto al mismo mes del año anterior, hasta un total de 28.391 operaciones, arrastrada por el descenso de las transacciones en la vivienda libre, que bajaron un 35,5%. En Andalucía, la caída fue del 13,7 %, hasta sumar en total 6.481 operaciones.
El sector constructor y promotor se muestra consternado con los datos. El grupo de las principales inmobiliarias españolas G-14 esperaba que las compraventas de viviendas se normalizarían con la llegada del segundo semestre del año, pero la caída del 34,8% en julio evidencia según su presidente, Pedro Pérez, «una nueva situación de desplome generalizado del mercado» que va más allá de lo meramente coyuntural y a la que no se ve pronta solución.
Pérez mostró a Europa Press la preocupación de los promotores ante las perspectivas negativas que abre este nuevo dato. Según dijo, el G-14 ya contaba con un descenso global a lo largo del año de entre el 10% y el 15% tras otro efecto ficticio: la anticipación de las compraventas de viviendas que hubo a mitad de 2010 para evitar la subida del IVA en julio de ese año.
Sin embargo, sobrepasado el ecuador del año 2011, «lo que se ve es que más allá de los factores coyunturales se está en una nueva situación de desplome generalizado del mercado».
Además, preguntado sobre si la reducción del IVA al 4% hasta diciembre en la compra de viviendas nuevas hará de contrapunto, Pérez aseguró que «no va a ser suficiente» para recuperar los niveles de operación del pasado año.
La razón es que los factores que están detrás del desplome –falta de financiación, malas perspectivas económicas y paro– no remiten y «desgraciadamente eso pesa más en el ámbito del que tiene que tomar una decisión de comprar una vivienda que el que durante unos meses se pueda aprovechar de un IVA reducido».
«¿Quién va a comprar una vivienda si en su entorno está viendo que la gente está quedándose desempleada? Los que tienen un empleo blindado, que son unos pocos y que en su mayoría ya tienen vivienda», señaló pesimista. La subida del IVA, a su juicio, no permitirá recuperar la actividad en el sector aunque, al menos, va a favorecer una «suavización de la caída».
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