jueves, 12 de enero de 2012

Las inquietantes grietas de Carranque (La Opinión)


Desde la Asociación de Vecinos y Vecinas de Carranque aseguran que el número de afectados por la inestabilidad del suelo aumenta diariamente







Una de las grietas más visibles de la vivienda de María del Carmen, en la fachada principal.
Una de las grietas más visibles de la vivienda de María del Carmen, en la fachada principal.  Gregorio Torres

JOSÉ TORRES María del Carmen Gallego lleva recorriendo un largo calvario en los últimos siete años. Es el tiempo que su casa mata lleva moviéndose literalmente en la calle Virgen de la Paloma, en el corazón de Carranque, y la razón por la que la Gerencia de Urbanismo le abrió un expediente de ruina que «milagrosa e inexplicablemente» se archivó el pasado verano junto al de su vecino Gabriel Cuevas.

No son las únicas viviendas con problemas. El presidente de la Asociación de Vecinos y Vecinas de Carranque, Miguel Rueda, asegura que ya contabilizan 48 viviendas con algún tipo de desperfecto. Grietas, solerías levantadas, puertas y ventanas desencajadas que no abren o cierran... Los más afectados son ellos, aunque las casas de enfrente tampoco desmerecen atenciones. Antonia Vizcaíno, José Moreno y Manuel Atencia no tienen problemas en señalar uno por uno los desperfectos que una y otra vez reparan a fondo perdido.

Hace diez años, María del Carmen compró la casa y la reformó por primera vez desde que se construyera allá en los años cincuenta. Según dice, la obra no tocó la cimentación y tres años después, cuando remataba la casa con falsos techos de escayola, comenzaron los problemas. Se rajaban en cuestión de horas y de forma transversal ante la incredulidad del escayolista, que los sustituía una y otra vez.

Poco después aparecieron grietas que a día de hoy recorren la casa. Raro es el tabique que no presenta pequeñas fisuras o grandes grietas de lado a lado, de ancho a ancho. «Muchas son horizontales o diagonales, lo que indica un movimiento vertical y que la casa se hunde por zonas», explica como una experta. Sus miedos la llevaron a Urbanismo pensando que las raíces de los árboles de la calle pudieran estar afectando a los cimientos. Los técnicos negaron esa posibilidad en octubre de 2007 sin ni siquiera entrar en las viviendas para valorar los daños.

Las grietas crecían y consiguió una segunda visita municipal en la que se reconocieron daños de cierta entidad. Decía el informe que «existen grietas en su mayor parte horizontales que apuntan a un vuelco del muro medianero con la vivienda colindante», la de Gabriel, que también hoy sufre daños visibles tras varias reformas.

Pero Carmen quería razones. Los técnicos municipales le dijeron que se produjo un asiento por un cambio de las condiciones hidrológicas del terreno o por cambios de presión provocados en la cimentación durante la reforma. A ella le cuadra la primera al recordar aquella zanja que el Ayuntamiento abrió hace curiosamente siete años y que recorría toda la calle. O una segunda que estuvo abierta «un año entero» frente a la casa de su vecino Pepe y que siempre presentó diferentes niveles de agua.

En diciembre de 2007, Urbanismo cambió el tono y le exigió a ella y a su vecino el refuerzo y consolidación del muro medianero y el control de las grietas durante al menos tres meses. «Nos amenazaron con una sanción de 60.000 euros si no hacíamos esa obra», apunta. Fue, según María del Carmen, cuando Urbanismo abrió esos expedientes de ruina que adjuntaban un presupuesto de casi 51.800 euros por vivienda para inyectar hormigón a los cimientos. Ese dinero que no tenían debía salir de sus bolsillos y hasta se habló de embargo.

Consiguieron ir retrasando la orden de ejecución de la obra alegando motivos económicos e incluso pidiendo una subvención a la Junta de Andalucía que, con la crisis económica encima, nunca llegó. Pagaron un estudio geotécnico de 2.000 euros que detectaba una bolsa de agua que empezaba a los tres metros de profundidad y llegaba hasta los 20.

La fecha expiró en junio pasado y una nueva funcionaria visitó las viviendas ante el temor de los propietarios. Del miedo a la sorpresa. Al ver las casas dijo que no estaban tan mal y, tras dar un par de consejos de decoración, les invitó a tapar las grietas y a no usar falsos techos. El expediente de ruina quedó archivado sin que los refuerzos que anteriormente exigían se realizaran.

Para explicar qué ocurre en esa zona, la Gerencia de Urbanismo se agarraba ayer al propio estudio encargado por la propietaria a una empresa privada: «El terreno es de alta plasticidad y expansividad, contrayéndose y dilatándose en función del grado de humedad. Se trata de viviendas de pequeñas dimensiones y sin cimentaciones profundas que absorban los movimientos del mismo». Sobre el archivo del expediente, aseguran que se debió a que la propiedad comunicó que iba a subsanar las incidencias. Como dice María del Carmen, la casa sigue crujiendo de noche.

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