El OMAU y la UMA ultiman el primer inventario del arbolado de la ciudad que permitirá saber cuál es el barrio con especies más alergógenas y si son rentables
RAQUEL GARRIDO / MÁLAGA | ACTUALIZADO 31.05.2012 - 01:00
Sólo en zonas verdes muy localizadas y valiosas, como el Parque de Málaga, se sabe casi a la perfección el número de ejemplares que hay plantados, las distintas especies vegetales que lo componen y hasta la antigüedad en algunos casos. De momento es una excepción porque en el resto de la ciudad hasta ahora no había ningún registro en el que se concretara qué tipo de vegetación adorna las calles y se detallaran otros aspectos más curiosos, como qué zona tiene más árboles exóticos o cuál es el barrio malagueño con mayor número de especies alergógenas.
Pero probablemente a lo largo del año que viene la capital contará con el primer inventario arbóreo que permitirá conocer todos estos detalles y utilizar esa información para planificar en un futuro qué especies son más apropiadas en una zona por su disponibilidad o no de agua, por su capacidad de retener gases de efecto invernadero o simplemente por ser menos dañinas con el viario como ocurre en el caso de los eucaliptos y los ficus.
Y será posible gracias al estudio que se está haciendo como ampliación de los indicadores de la Agenda 21 de Málaga en colaboración con la Universidad de Málaga a través del Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU). Una bióloga del departamento de Biología Vegetal de la UMA, supervisada por la profesora María del Mar Trigo, es la encargada de hacer desde el año pasado un barrido completo de la ciudad y recorrer cada una de sus calles para inventariar todos sus árboles.
Hasta ahora ya ha terminado las zonas del centro, la Rosaleda, el litoral este y oeste, y la Prolongación. Por ejemplo, se sabe que en esta última área -que aglutina los alrededores de la avenida de Andalucía, Portada Alta o Carranque- hay exactamente 6.231 ejemplares y 119 tipos distintos de especies, de las que sólo 18 son autóctonas.
También se ha podido concretar con este estudio que hay zonas donde se dan más unas especies de árbol que otras. En el caso del centro histórico, la que más abunda es el naranjo amargo, mientras que en las zonas de nueva construcción como el litoral oeste la especie más repetida es el popularmente conocido como braquiquito. La conclusión, según Trigo, es que hasta ahora se ha intentado mantener las especies más clásicas en las calles de las zonas más antiguas de la ciudad y más exóticas, resistentes y que consuman poca agua en las nuevas buscando la rentabilidad de su mantenimiento.
Aún así, las especies más repetitivas en las zonas de la capital que ya han sido inventariadas siguen siendo el ficus y las palmeras datileras, canaria y washingtonia, seguidas de otras como la tipuana y la jacaranda.
Los alérgicos pronto podrán saber incluso qué zonas son las que tienen plantados árboles más alergógenos y su distribución. Será el primer mapas específicamente para alérgicos y muy útil para que poder elegir dónde vivir sin sufrir sus efectos.
Pero probablemente a lo largo del año que viene la capital contará con el primer inventario arbóreo que permitirá conocer todos estos detalles y utilizar esa información para planificar en un futuro qué especies son más apropiadas en una zona por su disponibilidad o no de agua, por su capacidad de retener gases de efecto invernadero o simplemente por ser menos dañinas con el viario como ocurre en el caso de los eucaliptos y los ficus.
Y será posible gracias al estudio que se está haciendo como ampliación de los indicadores de la Agenda 21 de Málaga en colaboración con la Universidad de Málaga a través del Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU). Una bióloga del departamento de Biología Vegetal de la UMA, supervisada por la profesora María del Mar Trigo, es la encargada de hacer desde el año pasado un barrido completo de la ciudad y recorrer cada una de sus calles para inventariar todos sus árboles.
Hasta ahora ya ha terminado las zonas del centro, la Rosaleda, el litoral este y oeste, y la Prolongación. Por ejemplo, se sabe que en esta última área -que aglutina los alrededores de la avenida de Andalucía, Portada Alta o Carranque- hay exactamente 6.231 ejemplares y 119 tipos distintos de especies, de las que sólo 18 son autóctonas.
También se ha podido concretar con este estudio que hay zonas donde se dan más unas especies de árbol que otras. En el caso del centro histórico, la que más abunda es el naranjo amargo, mientras que en las zonas de nueva construcción como el litoral oeste la especie más repetida es el popularmente conocido como braquiquito. La conclusión, según Trigo, es que hasta ahora se ha intentado mantener las especies más clásicas en las calles de las zonas más antiguas de la ciudad y más exóticas, resistentes y que consuman poca agua en las nuevas buscando la rentabilidad de su mantenimiento.
Aún así, las especies más repetitivas en las zonas de la capital que ya han sido inventariadas siguen siendo el ficus y las palmeras datileras, canaria y washingtonia, seguidas de otras como la tipuana y la jacaranda.
Los alérgicos pronto podrán saber incluso qué zonas son las que tienen plantados árboles más alergógenos y su distribución. Será el primer mapas específicamente para alérgicos y muy útil para que poder elegir dónde vivir sin sufrir sus efectos.
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