El presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique Linde, afirma que «limpar el río no es su competencia pero se prestará a colaborar»
16.05.2012 -
Las protestas de vecinos y comerciantes del Ensanche de Heredia han llegado a lo más alto. La gravedad del impacto ambiental y el hedor que padece el entorno de la desembocadura del Guadalmedina por el estancamiento de las aguas ha llevado al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, a pedir «una primera solución urgente y el posterior inicio de medidas definitivas para resolver el problema».
El primer edil envió ayer sendas cartas a la delegada de Gobierno de la Junta de Andalucía en Málaga, Susana Radío, y al presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique Linde, en las que expone que esta última «es la administración a la que corresponde realizar la operación más urgente, limpieza y dragado de tramo final del río». El escrito señala que a la Junta le compete «buscar la solución adecuada» de forma definitiva «al estar transferidas las competencias en materia hidráulica» desde que recibió la extinta Confederación Hidrográfica del Sur.
Estas actuaciones harían posible según el regidor, la puesta en marcha de nuevo de la instalación de bombeo -ahora obstruida- que en los últimos años había logrado la reducción de malos olores en la zona entre los puentes del Perchel y el Carmen. «Las quejas vecinales están absolutamente justificadas y su origen radica en el error cometido en el diseño hidráulico de esa desembocadura y las posteriores ampliaciones de los muelles».
De la Torre asegura que ambas causas «han acumulado una extraordinaria cantidad de cieno» que se deposita en el lecho final del río, procedente casi en su totalidad de los arrastres producidos por la limpieza de los fondos y desembalses de la presa de El Limonero y, en menor cuantía, por los aportes de los diferentes arroyos que vierten al río aguas debajo de la presa.
El alcalde recuerda que el Ayuntamiento ha realizado «repetitivos y costosos trabajos de limpieza en el tramo final del cauce. Si bien, ni son suficientes ni sirven para eliminar todo el lodo acumulado, especialmente porque el fondo es una escollera e imposibilita y dificulta la utilización de maquinaria impidiendo la retirada total de los mismos, por lo que hay que limpiarlo a mano a través de buzos».
Además, afirma, «la zona del río que queda en el interior del cerramiento del Puerto resulta inaccesible, al quedar los márgenes encajonados entre los muelles últimamente prolongados y dentro de la zona acotada del Puerto».
Con esto, la limpieza del río se antoja complicada, ya que el responsable del Puerto, Enrique Linde, asegura que la actuación que demandan vecinos y Ayuntamiento supera las competencias de la Autoridad Portuaria.
«Las obras de los muelles empezaron hace diez años y se han hecho con todos los permisos pertinentes de impacto ambiental aprobados por el Ayuntamiento y Emasa», destacó Linde, tras comprometerse no obstante a estudiar el caso y colaborar en la limpieza del río si es necesario.
Tanto la Junta a través de la delegación de Medio Ambiente como la Autoridad Portuaria, se han comprometido a valorar una posible intervención en la retirada del lodo y residuos de la desembocadura, aunque insisten en todo momento «que se trata de un asunto de competencia municipal». «No me consta ningún tipo de requerimiento por parte del Consistorio pero si hay que ayudar con la limpieza se hará por el bienestar vecinal», subrayó Linde.
«Los malos olores ya existían»
El presidente de la administración recalcó que las transformaciones de los muelles han contado con todos los controles de seguridad necesarios y solo se detectó un problema en San Andrés y Huelin que ya fue solventado. «Los malos olores existían antes y después del proyecto que se remonta a 2003. El muelle no lo vamos a tirar», declaró.
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