Insiste en que el "problema" no está en la valla del puerto sino en la "autopista" en la que se ha convertido el Paseo de los Curas
S. SÁNCHEZ / MÁLAGA | ACTUALIZADO 16.05.2012 - 07:27
Un año después de la inauguración del Palmeral de las Sorpresas, el arquitecto responsable de su diseño, Jerónimo Junquera, volvió a Málaga. Lo hizo para participar en la presentación de un libro sobre la ejecución de esta obra, hoy nuevo referente de la ciudad, y formar parte de un coloquio organizado en el marco de la Semana Marítima Europea que se celebra en la ciudad. Siempre claro en sus argumentos, destaca la trascendencia del espacio y cuestiona el debate perenne sobre la verja que separa la urbe del puerto.
-El resultado del Palmeral de las Sorpresas ¿es el que esperaba?
-El resultado del Palmeral de las Sorpresas ¿es el que esperaba?
-Creo que sí. Es verdad que no vivo en Málaga, pero todo el mundo que me comenta me dice que se está utilizando muy bien, que va mucha gente. Lo que me parece muy importante es que el éxito de esta operación no es sólo el palmeral sino la continuidad de lo que se inició con la calle Larios, que busca un espacio de referencia para la ciudad, un espacio público que esté a la escala de la ciudad moderna. Porque la Plaza de la Constitución y Larios están muy bien para el centro histórico, pero Málaga es hoy día una ciudad más grande, necesitaba un espacio donde pasen muchas cosas, con capacidad para muchos actos.
-Habla usted de una ligazón de escenarios urbanos.
-El éxito del eje Plaza de la Constitución-Larios-Palmeral-Muelle 1 es lo mejor para Málaga, la suma de tres eslabones. Nuestro proyecto nació más de pensar en esas piezas que sólo en el Palmeral. Sólo falta una cosa, ver cómo vamos desde la calle Larios hasta el Palmeral, que está sin resolver.
-¿El Palmeral de las Sorpresas se ha convertido en la sala de estar de la ciudad?
-Sí, exactamente. Está pensado así, con muchos sitios para sentarse... Queda pendiente la apertura de los bares... El Palmeral, a otra escala, viene a ser lo que fue la Plaza de la Constitución en su momento.
-Con la perspectiva del tiempo, cabe destacar que se trató de una intervención sumamente compleja.
-Todos los arquitectos que han visitado el palmeral, más allá de que les guste o no, destacan la precisión con la que está ejecutado. La pérgola es una obra de ingeniería destacada, pero los pequeños detalles también están hechos con mucho mimo. Una obra es un equipo. La constructora se lo tomó como un reto personal y lo hizo con mucho cariño. También es verdad que la polémica de los políticos y los medios a veces desazona un poco.
-¿A qué se refiere?
-A la historia de la verja. No sé si alguien todavía mira a dónde está la verja o no, porque yo es que, según paso por allí, ni la veo; con la cantidad de cosas que hay como para mirar una verja. El problema es que tienes una autopista. Si no hay una verja o un escalón problemático la prensa no vende. Todas las ciudades de litoral, que tienen operaciones de recuperación del espacio portuario, tienen el problema de tráfico, le pasó a Trieste, a Barcelona... Pero es ahí donde hay que entrar en el debate. A todos los especialistas en tráfico urbano les falta siempre un carril de tráfico más. Pero la cuestión es ¿se puede resolver eso de otra forma? No lo sé. ¿Los coches tienen que ir rápidos o lentos? Lo que es evidente es que siempre faltará un carril. ¿Aquí quién manda, el coche o los ciudadanos? Eso es algo que tiene que discutirse. ¿Qué pasó con la calle Larios? El centro de Málaga se muere, eso es lo que se decía, pues aplíquese el cuento. Es verdad que las condiciones de tráfico son totalmente distintas; pero lo que no puede ser es todos los días un carril más.
-A usted el debate sobre verja sí, verja no...
-El asunto de la verja lo considero una anécdota para armar bulla. Es una protección necesaria en el actual escenario. Si no pasase nadie, que es algo que estaba puesto en el concurso, o pasasen despacio, lo que habría que hacer es rellenar y fundir a la misma cota el Palmeral y el Parque. Pero eso no es tan fácil.
-Las tres entradas previstas, ¿son suficientes?
-No puedes abrir un parque de estos con una escalera a una autopista. Lo que siempre hemos propuesto es hacer un badén para que el peatón pueda pasar a la misma altura desde el Parque al Palmeral; eso provocaría que los coches pasasen pero más despacio.
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