Urbanismo venderá al mejor postor cada una de las ocho parcelas en las que ha dividido el proyecto, que genera nulo interés en las promotoras
Se las prometía muy felices el equipo de gobierno municipal cuando hace unos seis años, en plena efervescencia por la elaboración del nuevo Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de Málaga, selló con tres promotoras otros tantos convenios por los que, a fecha de hoy, el Ayuntamiento ya tendría que haber ingresado unos 135 millones de euros. La feroz crisis ha convertido aquellos acuerdos en papel mojado hasta el punto de que todos ellos han tenido que revisarse para intentar salvarlos de la quema que les ha supuesto el hundimiento del mercado inmobiliario. Repsol, Térmica y Martiricos son nombres que pesan como una losa sobre los responsables municipales, que solo han podido cobrar hasta ahora por estos convenios unos 24 millones, de los que la mitad todavía no se pueden gastar.
El caso más duro de afrontar para el Ayuntamiento es el de los antiguos suelos de Repsol, un enorme vacío urbano en el que el calor del 'boom' inmobiliario llegó a proyectar 1.331 viviendas, 399 de protección oficial y 932 de renta libre, distribuidas en cuatro torres de unas 30 plantas de altura (las libres) y cuatro bloques de unas 12 plantas (las VPO).
El Consistorio ya ha ingresado 12 millones de euros por este convenio, y le quedan 70,3 millones por cobrar, una cantidad desorbitada para los tiempos que corren. Para asegurar su obtención, aceptó que la última propietaria del proyecto –el grupo financiero Nova Caixa Galicia– saldara la deuda aportando sus derechos edificatorios en los suelos. Ahora, el equipo de gobierno tiene que venderlos si quiere recuperar los millones, una operación que se antoja complicada.
Para intentar llevarla a cabo, la Gerencia Municipal de Urbanismo tramita una división del proyecto en ocho sectores independientes que, según pudo conocer este periódico, serán subastados por separado al mejor postor con tal de recuperar aunque sea una parte de los 70 millones del convenio de Repsol.
Parcelación en trámite
Según fuentes consultadas, hasta ahora no ha habido promotora alguna que se haya interesado por hacerse con este proyecto, caracterizado por los cuatro rascacielos que incluye, los más altos de los previstos por el nuevo PGOU. Desde el equipo de gobierno confían en que, al trocear la actuación, habrá alguna empresa que se interesará por hacerse con los derechos edificatorios de una de las partes, lo que dependerá en gran medida del valor que le otorguen llegado el momento los técnicos de Urbanismo. No obstante, las subastas no empezarán posiblemente hasta finales de este año o principios del que viene, ya que antes debe culminar el expediente para dividir el sector.
Paradójicamente, justo cuando va a resultar para el Ayuntamiento más complicado cobrar el dinero de los grandes convenios del PGOU, las leyes urbanísticas son ahora mucho más flexibles a la hora de regular el destino de esos fondos. Así, ya no habrá que reservar la mayor parte de estos ingresos para la construcción de viviendas protegidas. Ahora se pueden destinar con carácter general a obras de urbanización y edificación de interés general para la ciudad.
LAS PARCELAS
1. La primera parcela engloba una torre de viviendas de 35 plantas (126 metros) y un edificio comercial de 19.141 metros cuadrados construidos distribuidos en planta baja más tres.
2. Una torre de pisos de 33 plantas (119 metros) situada junto a la zona comercial de la parcela 1.
3. Una torre de pisos de 31 plantas (112 metros).
4. Un edificio comercial de 12.622 metros cuadrados construidos de planta baja más tres.
5. Otro edificio comercial de 12.622 metros cuadrados construidos de planta baja más tres.
6. Torre de pisos de 29 plantas (105 metros de altura).
7. Dos bloques de viviendas de protección oficial de 14 plantas cada uno (60 metros de altura).
8. Dos bloques de viviendas de protección oficial de 12 plantas cada uno (54 metros).
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