lunes, 18 de junio de 2007

El edificio ilegal de Román, Hoffmann, un notario y un registrador de Marbella (Málaga Hoy)

Hay un edificio en Marbella que bien podría ser el de los líos y que simboliza gran parte de las supuestas prácticas ilegales practicadas en el municipio en los últimos años, incluidos pagos en dinero negro, un convenio irregular y construcción sobre un suelo destinado a equipamiento. Los propietarios del inmueble son varios de los imputados en la operación Malaya y otros supuestos protagonistas de operaciones urbanísticas en el municipio. Según apunta la Policía en un informe incluido en el sumario del caso, estarían presuntamente implicados el notario de Estepona donde se rubricó la moción de censura que echó a Julián Muñoz de la Alcaldía y un registrador de la propiedad del municipio. Otras piezas del juego son más populares. A la cabeza estaría el abogado Juan Hoffmann y la Policía sospecha que él y su hermano actuaban de testaferros de Pedro Román, otro abogado y del citado registrador de la propiedad. El último afectado es un conocido constructor, encargado de la obra.
Los investigadores han podido hilvanar los datos de la documentación intervenida en el bufete de Hoffmann, detenido por su presunta implicación en el caso y considerado el artífice de la red societaria internacional de Juan Antonio Roca. Creen que se podría haber incurrido en un delito contra la Hacienda Pública que debería investigar la Agencia Tributaria.
Todo empezó con la constitución en marzo de 2001 de Nuevos Aires, una sociedad que ese mismo año firmó un convenio con el Ayuntamiento de Marbella -en concreto, con el entonces alcalde, Julián Muñoz- para construir un bloque con 34 viviendas en un solar destinado a equipamiento público en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1986 y en el que antes se levantaba el antiguo edificio de Correos. Esa construcción está ahora paralizada. El informe concluye que los documentos hallados en la oficina de Hoffmann apuntan a que para llevar ese convenio a buen puerto, "no sólo se pagaron las cantidades establecidas en el acuerdo", sino que hubo unos pagos en B asumidos, presuntamente, por todos los que participaron en la citada sociedad, es decir, Hoffmann y a quien representaba, una mercantil del constructor y otra de la que es socio único el notario.
El bloque tiene planta baja más seis alturas y cuatro plantas subterráneas y la superficie construida es de 5.052 metros cuadrados con viviendas u oficinas, locales comerciales, aparcamientos y trasteros. Son casi 2.000 más de los previstos en ese convenio irregular. Los investigadores especifican que en algunas de las escrituras suscritas durante el proceso de construcción, que se alargó unos años, el notario llegó a actuar en calidad de fedatario público de la operación. Además -siempre según el documento policial- en su despacho se otorgaron "muchas" escrituras en las que figuraba Hoffmann como representante de la sociedad Fink 2010, investigada en el caso Malaya.
Presuntamente, hubo un convenio A con 420.708 euros y uno B de 300.506 euros, que "presumiblemente" habría tenido como destino "el patrimonio personal" de quien tenía autoridad para firmarlo, es decir, Julián Muñoz. La Policía sospecha que Roca podría haber mediado por el "poder" que tenía en el Ayuntamiento y por su relación con Hoffmann.
Ese dinero negro habría salido del bolsillo de los impulsores de la sociedad, que se convirtieron a su vez en los compradores del edificio en contratos privados que, según la Policía, no hubieran salido públicamente de no haber sido intervenida la documentación.
El notario adquirió la primera planta y cinco garajes; la segunda y otras cinco plazas de aparcamiento se las quedó el abogado; la tercera y dos garajes, el registrador de la propiedad; la quinta, el constructor; la sexta y varios áticos, Pedro Román, que compró también cinco garajes y un local; Hoffmann compró áticos, garajes y un local.
La licencia de esta obra fue denunciada en 2002 ante el TSJA, que dictó un auto de suspensión de los trabajos no acatado por el Ayuntamiento. Al llegar la gestora, precintó el edificio e inició la revisión de la licencia. Ahora, las obras del edificio de los líos, una mole en el centro de Marbella, siguen paralizadas.

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