miércoles, 10 de octubre de 2007

Auguran la pérdida de 20.000 empleos por la caída del `ladrillo´ (La Opinión)

Aunque aún no ha mostrado síntomas de flaqueza, el gigante inmobiliario parece desinflarse en la provincia, o al menos, atenuar el espectacular crecimiento de los últimos años. Según el informe del Instituto de Práctica Empresarial (IPE), presentado ayer en la capital, los indicadores presagian un cambio de tendencia que quizá pase factura a la economía local a finales de 2008. De acuerdo con el estudio, los proyectos visados se han reducido un 36,28% en el presente ejercicio, lo que podría mandar al desempleo a más de 20.000 personas en el ámbito de la construcción.El director del Área de Investigación de la entidad, José Antonio Pérez, asevera que, pese al descenso de nuevas iniciativas, el ritmo de proyectos por ejecutarse acumula una subida del 1,34 por ciento y precisa que el número de construcciones llevadas a cabo en este ejercicio, unas 28.000, es similar al del año pasado. El presente es boyante. Existen construcciones a medio ultimar y otras que esperan su turno, pero la afluencia de estas últimas ha comenzado a reducirse. El problema llegará entonces, cuando se hayan concluido las obras pendientes y no haya tantas por realizar.Como apunta Pérez, se trata de un cambio en el sistema, pero no hay que echarse las manos a la cabeza. En la provincia, todavía quedan 12.000 proyectos por comenzar a ejecutarse, lo que garantiza que la ralentización no castigará al sector en un plazo de casi dos años. Un periodo que deja margen a la reacción, lo que para los analistas de IPE pasa ineluctablemente por una mayor inversión en infraestructuras y en viviendas de protección oficial, que hasta el momento únicamente representan un ocho por ciento del total.Pérez, que estuvo acompañado por su homólogo en el departamento de programas, José Manuel Luque, vaticina que la bajada de proyectos visados devolvería a la provincia a los indicadores de finales de los noventa, aunque se muestra confiado en la reacción del sector. "Es un momento que no se ha vivido en los últimos diez años, pero no hay que ser catastrofistas", concluye.

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