Un estudio malagueño de jóvenes arquitectos gana el concurso nacional para revitalizar la castigada barriada de las 3.000 viviendas en la capital andaluza
La prueba de fuego no ha sido ganar el concurso nacional de arquitectura para las 3.000 viviendas de Sevilla (el Polígono Sur), sino la presentación del proyecto a los vecinos. Su nombre: ´Plaza del Sur´. "Les gustó mucho, la gente aplaudió", explica satisfecho Antonio Sánchez, que junto con el malagueño Daniel Aguilera y Pedro García del Barrio han ideado un edificio que cambiará para siempre la imagen de una barriada con fama de peligrosa y marginal.Los tres arquitectos, los dos primeros treintañeros, comparten un estudio en La Cala del Moral. Antonio Sánchez confiesa que, en nuestros días, "la figura del arquitecto que trabaja solo está fuera del mercado". Hoy en día mandan los ´equipos multidisciplinares´, como el de este trío de profesionales que ha convencido al jurado sevillano y a los vecinos.La propuesta del concurso era actuar en una parcela de 50.000 metros cuadrados, para dotarla de equipamientos como una guardería, un centro de día o una escuela de empresas. Pero en lugar de diseñar varios edificios, Antonio Sánchez explica que su estudio intentó "darle la vuelta, porque creemos que con un equipamiento de barrio no se solucionan los problemas". "Queríamos que el barrio se reactivara con una gran plaza con una escala metropolitana que cree sinergia de entrada al barrio", cuenta Daniel Aguilera. El resultado final ha sido un "edificio-plaza", del tamaño de la plaza de España de Sevilla o un estadio de fútbol. Los arquitectos lo comparan con el coliseo de Roma, en cuanto gran espacio abierto que se esconde en el interior. "Pero no es un coliseo, el edificio está cubierto por una piel vegetal transparente y es como un gran patio andaluz con cajas transparentes", cuenta Daniel Sánchez. Así pues, los arquitectos han huido de la opacidad, y también cuentan que han evitado las ´esquinas peligrosas´, para diseñar una obra con muchas curvas que "llame la atención". El edificio tendrá 25.000 metros cuadrados construidos, y ofrecerá una fachada atractiva a la carretera y al futuro parque de Guadaira, que dará vida a esta barriada del extrarradio. Lo más llamativo del proyecto es esta piel ´porosa´ de flores que recubrirá la ´plaza mayor´ de las 3.000 viviendas. El informe del proyecto ´Parque del Sur´ la describe "como si de una redecilla goyesca se tratara". Además, una red romboidal de cables tensados "vela el edificio de miradas indiscretas y soles inclementes, dejando a sus habitantes mirar en penumbra". Antonio Sánchez subraya además que este original diseño bioclimático está pensado "sin alardes tecnológicos, por lo que no tiene que haber sobrecosto". El interior del edificio es un gran espacio al aire libre, que en el diseño aparece con una gran arboleda, comercios y pistas deportivas. Daniel Aguilera llama la atención sobre la "flexibilidad del proyecto": al diseñar las cajas transparentes, será muy fácil cambiar el uso de los equipamientos y adaptarse a las necesidades del barrio. De hecho, los dos jóvenes explican que el comisionado que ha impulsado el concurso ya plantea la necesidad de que el ´edificio-plaza´ acoja empresas, además de los usos previstos. Los arquitectos quieren resaltar la labor de José de Maetzu, al frente de esta comisión. El proyecto de Sevilla, dicen, no se puede trasladar a un barrio problemático de Málaga: habría que estudiar sus necesidades y darle una solución singular.
La prueba de fuego no ha sido ganar el concurso nacional de arquitectura para las 3.000 viviendas de Sevilla (el Polígono Sur), sino la presentación del proyecto a los vecinos. Su nombre: ´Plaza del Sur´. "Les gustó mucho, la gente aplaudió", explica satisfecho Antonio Sánchez, que junto con el malagueño Daniel Aguilera y Pedro García del Barrio han ideado un edificio que cambiará para siempre la imagen de una barriada con fama de peligrosa y marginal.Los tres arquitectos, los dos primeros treintañeros, comparten un estudio en La Cala del Moral. Antonio Sánchez confiesa que, en nuestros días, "la figura del arquitecto que trabaja solo está fuera del mercado". Hoy en día mandan los ´equipos multidisciplinares´, como el de este trío de profesionales que ha convencido al jurado sevillano y a los vecinos.La propuesta del concurso era actuar en una parcela de 50.000 metros cuadrados, para dotarla de equipamientos como una guardería, un centro de día o una escuela de empresas. Pero en lugar de diseñar varios edificios, Antonio Sánchez explica que su estudio intentó "darle la vuelta, porque creemos que con un equipamiento de barrio no se solucionan los problemas". "Queríamos que el barrio se reactivara con una gran plaza con una escala metropolitana que cree sinergia de entrada al barrio", cuenta Daniel Aguilera. El resultado final ha sido un "edificio-plaza", del tamaño de la plaza de España de Sevilla o un estadio de fútbol. Los arquitectos lo comparan con el coliseo de Roma, en cuanto gran espacio abierto que se esconde en el interior. "Pero no es un coliseo, el edificio está cubierto por una piel vegetal transparente y es como un gran patio andaluz con cajas transparentes", cuenta Daniel Sánchez. Así pues, los arquitectos han huido de la opacidad, y también cuentan que han evitado las ´esquinas peligrosas´, para diseñar una obra con muchas curvas que "llame la atención". El edificio tendrá 25.000 metros cuadrados construidos, y ofrecerá una fachada atractiva a la carretera y al futuro parque de Guadaira, que dará vida a esta barriada del extrarradio. Lo más llamativo del proyecto es esta piel ´porosa´ de flores que recubrirá la ´plaza mayor´ de las 3.000 viviendas. El informe del proyecto ´Parque del Sur´ la describe "como si de una redecilla goyesca se tratara". Además, una red romboidal de cables tensados "vela el edificio de miradas indiscretas y soles inclementes, dejando a sus habitantes mirar en penumbra". Antonio Sánchez subraya además que este original diseño bioclimático está pensado "sin alardes tecnológicos, por lo que no tiene que haber sobrecosto". El interior del edificio es un gran espacio al aire libre, que en el diseño aparece con una gran arboleda, comercios y pistas deportivas. Daniel Aguilera llama la atención sobre la "flexibilidad del proyecto": al diseñar las cajas transparentes, será muy fácil cambiar el uso de los equipamientos y adaptarse a las necesidades del barrio. De hecho, los dos jóvenes explican que el comisionado que ha impulsado el concurso ya plantea la necesidad de que el ´edificio-plaza´ acoja empresas, además de los usos previstos. Los arquitectos quieren resaltar la labor de José de Maetzu, al frente de esta comisión. El proyecto de Sevilla, dicen, no se puede trasladar a un barrio problemático de Málaga: habría que estudiar sus necesidades y darle una solución singular.
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