domingo, 6 de enero de 2008

«La movilidad es el gran reto de Málaga, y se tarda en responder» (La Opinión)

Las administraciones no pueden perder más tiempo en resolver problemas técnicos del metro". "Málaga debe decidir qué hace con el Guadalmedina, porque un río sucio y abandonado define a una ciudad". "No debemos construir al norte de las rondas"
Francisco San Martín fue elegido decano del Colegio de Arquitectos el pasado mes de junio, y desde entonces ha intentado que la voz de su colectivo se oiga en todos los debates urbanísticos que afectan al futuro de Málaga. Con más de 1.250 colegiados, San Martín ha sido uno de los impulsores del nuevo debate sobre el Guadalmedina, y desde su privilegiada posición analiza los retos que se le avecinan a la Málaga del siglo XXI.
-A nivel interno, ¿qué ha pretendido realizar en el propio Colegio en estos seis meses que lleva como decano?
-Hemos intentado hacer unas reformas internas para mejorar el servicio a nuestros colegiados. El visado de proyectos telemático, que ahorra a los profesionales el desplazamiento y tramitación manual, engloba ya al 55% del total que se tramita en el Colegio. Esto es una gran ventaja porque ahorra mucho tiempo, pero todavía nos faltan algunos procesos por incluir en la tramitación telemática. También en este tiempo hemos intentado hacernos presentes en algunos de los proyectos que afectan a la transformación y el futuro de la ciudad.
-Uno de los temas estrella ha sido el debate sobre el Guadalmedina, actualmente con un plazo abierto para recibir estudios que ofrezcan soluciones de integración de la ciudad.
-Bueno, el primer encargo que se le ha hecho a la Cuenca Mediterránea Andaluza es que defina las condiciones hidrológicas y la posibilidad de un desvío de aguas. Era lo primero que había que estudiar. La idea compartida por todos es que hay que fijarse en lo que han hecho otras ciudades con proyectos de esta envergadura. Lo primero es estudiar las posibilidades, porque la solución para el río habrá que abordarla en un plazo de épocas, y no de años, dado lo importante que será la cuestión económica.
-¿Cuál es la mejor solución? Embovedar el río puede parecer algo temerario de cara a futuras avenidas de agua...
-No tenemos aún una idea concreta. Lo que está claro es que el río debe seguir funcionando como canal de evacuación de diversos arroyos. No se puede suprimir el cauce en su totalidad, pero sí podríamos acondicionar el entorno urbano mediante una evacuación de las aguas justo después de la presa de El Limonero. El diálogo de las administraciones parece que va por buen camino, como han comentado Manuel Chaves y Francisco de la Torre, pero es un proceso que hay que trabajarlo. Los resultados no pueden ser inmediatos.
-Ha hablado de otras ciudades, ¿hay en España algún modelo de integración del río que le pueda servir a Málaga?
-Pienso en Almería más que en Valencia porque las características son más similares a las de Málaga. Cada caso es singular. Lo que hay que valorar es los beneficios sociales que traerá a la ciudad. Si estuviéramos hablando de un río con su cauce de agua, como pasa en el norte de España y de Europa, no hablaríamos de este tema, porque un río es un elemento embellecedor, pero los ríos del sur son como son. Y la historia de Málaga es una historia de defensa contra su río a lo largo de las diversas épocas. Se habló incluso de hacer un final navegable. Queremos que este debate sirva finalmente para que Málaga decida qué quiere hacer con el Guadalmedina. Si el cauce sigue abierto hay que optar por reurbanizar las márgenes y los puentes (porque hay que admitir que no tenemos los puentes más bellos del mundo). Un río sucio y abandonado termina por reflejar la personalidad de una ciudad.
-El año 2007 ha estado marcado por el AVE, ¿Málaga es ya una gran ciudad?
-Cualquiera que haya vivido en Málaga se habrá dado cuenta de la transformación experimentada en estos 15 años. No somos ya sólo una ciudad de gran temperatura y pescaíto frito. Empezamos a ser algo más, con elementos que nos diferencian de otras ciudades del mismo tamaño. La rehabilitación del Centro Histórico, aunque no ha finalizado, ha sido muy interesante, y entornos como el de la calle Alcazabilla, cuando se acabe la rehabilitación del Teatro Romano y se sume el museo de la Aduana, son de un gran valor. Lo que veo más complicado de resolver y nos quita mucha calidad de vida es el problema del tráfico, aunque sea un problema común a todas las ciudades.
-¿El tráfico de Málaga es más insoportable que el de otras zonas?
-Hay ciudades como Barcelona que por su estructura cuadricular soportan mejor el tráfico, pero Málaga tiene una composición urbana que da poco juego, y eso no se puede cambiar. Para mejorar la situación (que no arreglarla por completo) tienen que suceder varias cosas: una, que la hiperronda se construya y quite tráfico a las saturadas rondas, y otra, que el metro se concluya satisfactoriamente para la ciudad.
-¿Piensa que la construcción de las líneas 1 y 2 se ha demorado en exceso por las disputas políticas?
-Lo que pedimos es que no se pierda más tiempo resolviendo problemas técnicos. Que todavía no se haya decidido cómo acometer el tramo del Parque es sorprendente. Habría que pedir a las administraciones que fueran de la mano, porque el que los temas sean difíciles de resolver no significa que sean imposibles. Yo espero que el tema ayude a resolver parte del problema del tráfico, pero no todo. Considero que, actualmente, la movilidad es el gran reto de Málaga, y no el urbanismo, y perdemos mucho tiempo en aplicar las soluciones.
-El tema de los rascacielos que se construirán en los terrenos de Repsol también ha protagonizado un agrio debate durante el pasado año. Creo que para usted la polémica no es demasiado lógica.
-Es que en Málaga se hacen debates algo superficiales. Queremos ser una ciudad moderna, y tenemos que hacer un discurso coherente con ello y crear elementos que nos distingan. Hay hitos arquitectónicos que aportan señas de identidad. Si están bien hechos y dan calidad son positivos, porque no se trata de aplicar una norma inflexible que impida a un edificio pasar de seis o siete plantas. Si se mira Málaga desde el Puerto, los únicos edificios altos son la Catedral y la Equitativa, el resto es más o menos uniforme. No sé por qué se le ve tanto problema a construir rascacielos porque ya tenemos la experiencia de que hitos como el Palacio de Ferias o la Ciudad de la Justicia han aportado mucho a Málaga.
-Las críticas se centran en si los rascacielos encajan en la Carretera de Cádiz.
-En la Carretera de Cádiz pesa mucho la huella de los edificios de los 60 y los 70, que se construyeron sin mucha calidad. No podemos quitar esas construcciones pero sí crear otras que cambian la zona y la mejoren. Ya se vio con la zona de la estación, primero en su día con el centro Larios y ahora con Vialia. Una zona anodina se transformó en una nueva centralidad.
-Otras de las eternas discusiones gira en torno a construir o no al norte de las rondas. El Ayuntamiento lo incluye en el PGOU y la oposición rechaza la idea.
-Creo que la opción de construir al norte de la ronda Este hay que valorarla con cuidado. Primero se trata de zonas que están destinadas a futuras autovías, y en cuanto metas un desarrollo residencial todo se complica. Pero es que, sobre todo, es importante que Málaga mantenga sus perfiles históricos. La ronda Este tiene mucha naturaleza en su parte superior. Si queremos apostar por una Málaga de calidad debemos de preservar esos paisajes, porque unas casitas allí no aportarían nada. Creo que hay que ser coherente y crecer por la zona oeste.
-Pero, ¿se pueden poner trabas al crecimiento o eso lo debe ir marcando con el tiempo la propia dinámica poblacional?
-Con 600.000 habitantes Málaga está al límite de su crecimiento como ciudad. Crecer más o menos forma parte del modelo que queramos y del gobierno de la capital, pero en algunas zonas ese crecimiento debe tener unos límites urbanos razonables. Y en el caso de la ronda Este se podría decir que ese crecimiento ya se ha acabado.
-Sin embargo, municipios como Rincón de la Victoria ya se han saltado las rondas y se construye en zonas muy altas...
-¿Y ese es el modelo que queremos? Málaga debe de respetar los espacios al norte de la rondas, al margen de lo que hagan otros municipios. Veo mucho más apropiado el modelo de Pinares de San Antón que el de Parque Victoria de Rincón.
-Su Colegio acaba de anunciar esta semana que las viviendas visadas en Málaga han caído un 36,5% en 2007. Las ventas también se frenan. ¿Qué pasa?
-El mercado de personas que necesitan vivienda existe, pero las subidas de precios de los últimos años no ha ido acompañada de un incremento acorde de los sueldos, lo que hace imposible que puedan adquirirlas. La oferta y la demanda están muy separadas pero eso es algo que se veía venir desde hace cuatro años. El mercado no se ha parado antes porque no ha sido hasta ahora que los tipos han subido y las hipotecas han aumentado. El que antes casi ni llegaba para meterse en una hipoteca ahora, sencillamente, no llega. También influyen la Ley andaluza de Vivienda de la Junta y las ayudas que promete, que ha hecho que mucha gente se espere. Y también la crisis de las hipotecas ´subprime´, aunque creo que esa crisis es más un ambiente de pesimismo que algo real. Y cuando hay pesimismo nadie compra. Espero que 2008 sea menos malo.

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