domingo, 10 de febrero de 2008

La rehabilitación del Hospital San Juan de Dios comienza con las catas arqueológicas. Marbella (SUR)

Los arqueólogos ya han acampado en el patio central del Hospital San Juan de Dios, conocido popularmente como el Hospitalillo. Desde hace días se afanan, con sumo cuidado, en destapar a golpe de cincel y de pincel los pasajes de la historia de la ciudad que pueden haber estado ocultos durante seis siglos bajo la transitada solería de este coqueto edificio. Es una labor que hay que hacer con tiento y, sobre todo, con atención. Si en cualquier momento un vestigio arqueológico sale a la luz, sonará de inmediato la voz de alarma.Será una alerta distinta a la de estos años, en las que este señero edificio, en estado ruinoso, amenazaba con venirse abajo. El susto ya pasó. Ahora, con las excavaciones arqueológicas del patio, se ha dado luz verde a la demandada rehabilitación del hospital, fundado en el siglo XV por los Reyes Católicos.
Sobre una casa
«Ojalá salga algo, eso esperamos. Tengo datos de que en 1486, cuando se construyó, se levantó encima de una casa que ya existía así que no sé si habrá algo», relata Catalina Urbaneja, presidenta de la Asociación Cilniana en Defensa del Patrimonio Histórico y una de las voces autorizadas para hablar de los entresijos de este emblemático edificio ubicado a pie del casco antiguo. De hecho, en su tesis doctoral el Hospital San Juan de Dios y su trayectoria tendrán el protagonismo. Como en muchos otros casos donde el abandono dejó su huella, durante años han reclamado insistentemente a los distintos equipos de gobierno y a la Junta que velaran por este retazo de la historia de la ciudad. Hasta llegaron a solicitar en 2002 a la Junta la declaración de Bien de Interés Cultural, solicitud documentada con un extenso informe del historiador Francisco Moreno, que años después se convertiría en vocal de Cultura con la gestora e impulsaría una recuperación del edificio que ahora da sus primeros frutos. Del BIC no hubo respuesta.Con o sin figuras de protección oficial, que ya vendrán incluidas en el nuevo planeamiento urbanístico, lo importante para los historiadores y apasionados del patrimonio de Marbella, el gran desconocido para muchos, es que eche a andar la esperada rehabilitación, que contará con la contribución de un millón de euros por parte de la Junta para la puesta en marcha de una escuela taller. Sus alumnos se encargarán de las obras de recuperación con las prácticas de los cursos de albañilería, pintura o carpintería, entre otros. Antes, el Ayuntamiento habrá destinado 240.000 euros a las excavaciones arqueológicas y a reparar la cubierta.«Nos estábamos quedando sin nada y, lo importante en este caso, era mantenerlo, más cuando está en el casco antiguo, con el encanto que tiene», señala Urbaneja, que rezuma pasión cuando se refiere a él. Razón no le falta. Actualmente la única zona visitable del Hospitalillo es la pequeña capilla que alberga la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno a su Entrada en Jerusalén y donde se erige majestuoso el altar mayor, restaurado en 1942.
Trastos y matorral
El resto está cerrado a cal y canto y se ha convertido, con el paso de los años, en una especie de cajón de sastre repleto de trastos viejos y de matorral y cubierto por un tejado, cuando menos, inestable. La imagen actual, por tanto, dista años luz de la de antaño, cuando dio acomodo a los enfermos, y de sus usos posteriores, desde cuartel de la Guardia Civil a escuela o laboratorio. Nada queda de aquello. Ni la sombra. Pero acaba de entrar en la sala de curas y se advierte su resurrección para 2010. «Tenemos importantes expectativas por cuanto puede aportar de información valiosa para entender la historia de Marbella», señala Carmen Díaz, concejala delegada de Cultura del Ayuntamiento. Recientemente visitó las catas arqueológicas con la alcaldesa, Ángeles Muñoz, que destacó que poner en valor este edificio histórico es una «prioridad» del equipo de gobierno.

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