domingo, 3 de febrero de 2008

Marbella es el municipio malagueño con el primer kilómetro de costa más saturado de construcción (SUR)


Un informe del Observatorio de Sostenibilidad revela que el 62 por ciento de los terrenos están ya urbanizados Greenpeace pone la lupa en la franja de 500 metros y cifra en el 82 por ciento el suelo ocupado por el ladrillode Marbella, donde se constata el elevado grado de construcción en la costa.

Basta con echar un vistazo a lo largo y ancho de los 27 kilómetros del litoral de Marbella, preferiblemente si es a vista de pájaro, para darse cuenta de que si las construcciones en algunas zonas del término municipal aparecen como grandes manchas a ratos dispersas, la costa es la más desafortunada. El hormigón ha hecho, especialmente en los últimos años, parada y fonda a pie de playa, donde permanecen casi como un milagro pequeños retazos de las dunas que antaño dibujaban la mayoría de las playas. No es sólo una percepción. El Informe de Sostenibilidad 2007 elaborado por el Observatorio Provincial de Sostenibilidad, dependiente de la Diputación de Málaga, la Universidad de Málaga y la Agenda 21 Provincial, ha puesto negro sobre blanco lo que era un secreto a voces. Marbella se coloca a la cabeza en la provincia malagueña en la saturación de la franja litoral y en la insostenibilidad, dado el volumen de construcción que copa del primer kilómetro costero -esto es, si se cuentan mil metros desde la misma orilla del mar hacia el interior-. Según los datos de este estudio, el 61,99 por ciento del suelo está ocupado por usos artificiales, ya sea por viviendas, por hoteles o por instalaciones de otra índole. Las cifras son clarificadoras si se comparan con la media provincial, donde el 44 por ciento de la franja costera está urbanizada, con lo que la ocupación de litoral en Marbella está casi 20 puntos por encima, o en más detalle con la Axarquía o con la propia capital, a los que duplica en la presencia de hormigón en el litoral. «Urbanismo salvaje»«Es sabido que ha habido un urbanismo salvaje en estos años, y un crecimiento acelerado y desordenado incluso con la ocupación del dominio público o de la línea de costa», señala Miguel Esteban, diputado provincial de Medio Ambiente. Y las consecuencias son demoledoras: obstaculización de la regeneración natural de las playas, alteración del ecosistema costero y, en zonas puntuales, se trastoque el cauce y la desembocadura de los arroyos. La organización ecologista Greenpeace también alerta de esta desaforada invasión con cemento de la costa malagueña y, en detalle, de la de Marbella. En su 'Informe sobre la situación de litoral', tanto en 2006 como en 2007, va más allá y cifran en un 82 por ciento el suelo ocupado por el urbanismo en la franja de los primeros 500 metros de litoral marbellí, frente al 59,9 por ciento a nivel provincial. Además, sostiene que varias playas de la localidad -como las de San Pedro Alcántara, Cortijo Blanco, Nueva Andalucía o Puerto Banús- tienen invadida la zona de protección marítimo terrestre con viviendas privadas. Como efecto inmediato, apunta a la falta de arena; un problema, dicen, que «sigue sin tener soluciones definitivas por parte de la Dirección General de Costas, que continúa dilapidando millones de euros en reposiciones artificiales de arena que duran menos en las playas que los propios turistas».
Usos del suelo
Menos en detalle, la radiografía del término municipal de Marbella y de los usos del suelo es igualmente significativa. En los últimos años, según los datos del estudio de sostenibilidad, alrededor de 778 hectáreas de suelo forestal y agrícola se han transformado en urbanizables. Esta fuerte expansión de los usos artificiales, como los denomina el Informe de Sostenibilidad 2007, está especialmente impulsada por un modelo de construcción disperso y más centrado en las inmediaciones de la Costa y de los núcleos urbanos.La pregunta ahora es si hay soluciones para revertir la situación en el litoral. A este respecto, el diputado provincial de Medio Ambiente enarbola la bandera de una nueva cultura del territorio, que implique un replanteo de la ordenación y con un compromiso firme de «esponjar» la Costa -esto es, de habilitar zonas libres- y de recuperar suelos ocupados de manera irregular.Greenpeace es más ambiciosa y anima en su informe a la Junta a elaborar un plan del litoral que retrase la línea de urbanización 500 metros «como han hecho en Galicia o en Asturias con sus espacios costeros para asegurar así la supervivencia de muchos tramos de costa donde la arena ya no llega».

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