El equipo de gobierno municipal del PP ha derribado el caserón de la antigua finca La Virreina, uno de los referentes de casonas de recreo del siglo XIX, por su «ruina inminente», mientras que para el PSOE se trata de destruir el patrimonio histórico y artístico de la ciudad.El concejal de Urbanismo, Manuel Díaz, justificó esta drástica medida en que era «extremadamente peligroso» mantener en pie el caserón por encontrarse en «ruina inminente», si bien adelantó que se han levantado planos para reproducir «la construcción original». Indicó que el edificio carecía de cualquier tipo de protección y se encontraba en un pésimo estado de conservación, que se había agravado en los últimos meses.Sin embargo, una de las promesas electorales del alcalde, Francisco de la Torre, en las municipales del pasado año, era la recuperación del antiguo caserón de La Virreina para uso social y ciudadano, compromiso que no ha cumplido el regidor, según denunció el PSOE. Además, el grupo socialista presentó una moción el pasado mes de junio, en vista del grado de deterioro que estaba adquiriendo el edificio, exigiendo su pronta rehabilitación para convertirlo en un centro de fomento empresarial que beneficiara al distrito de La Palma-La Palmilla, pero el equipo de gobierno del PP votó en contra.ProtecciónLa viceportavoz del PSOE, Mariluz Reguero, dijo que «es lamentable que además de ocultarle la información del Plan General de Ordenación Urbana a los malagueños también se aproveche el mes de agosto para destruir el patrimonio de la ciudad». Para el grupo socialista, «se ha perdido una magnífica oportunidad para conservar este edificio histórico catalogándolo como protegido dentro del PGOU».La edil socialista recordó que esta casona pertenecía al Ayuntamiento desde el año 2000 y que desde la Gerencia Municipal de Urbanismo «no se querido rehabilitar en ningún momento, ya que el PP pretendía su demolición».Por su parte, la concejala del Distrito La Palma-La Palmilla, María de los Ángeles Arroyo, justificó la demolición del caserón en que «hemos querido que prime la seguridad porque cualquier día podía haber ocurrido una desgracia». Pese a su estado de abandono, algunas personas lo frecuentaban con el consiguiente riesgo y peligro ante posibles desplomes en la estructura.
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