lunes, 4 de agosto de 2008

"Es un drama que los profesores de Arquitectura cobren 430 euros" (Málaga Hoy)

La escuela tiene dificultades para atraer doctores de otras universidades, por lo que ha seleccionado a profesionales cualificados a los que se ve obligada a contratar como profesores asociados
La Escuela de Arquitectura de la Universidad de Málaga acaba de terminar su tercer curso académico. Su director comisario, Ricard Pié, lamenta las dificultades para consolidar el equipo docente y se muestra asombrado de que los escándalos urbanísticos de la Costa no hayan supuesto la salida forzada de ningún arquitecto de la profesión.
-¿En qué momento se encuentra la escuela?
-Desde el punto de vista institucional está muy consolidada. En octubre comenzamos el cuarto curso con la mitad de los estudiantes, porque la otra mitad se va de Erasmus a Barcelona, Roma y Génova, entre otras universidades porque queremos que antes de acabar la carrera estén como mínimo un cuatrimestre fuera. Además, nos hemos propuesto tener un objetivo científico que nos distinga de las demás en torno al turismo en términos de arquitectura, urbanismo y paisaje.
-¿Sufre la escuela por la dispersión de sus espacios físicos?
-Está el espacio matriz que es el almacén de Renfe, donde está el taller de primero y segundo y que es la madre de la escuela, abierto las 24 horas del día, donde se mezclan los estudiantes de todos los cursos y aprenden entre ellos. Este es un signo que no queremos perder. El primer año estuvimos en los talleres de Renfe y las teóricas en un par de aulas de la Escuela Politécnica. El segundo paso fue la cesión del convento de la Aurora María por parte del Obispado, donde se imparte segundo y tercero y se va a dar también cuarto. Aquí está también el grupo de investigación .
-La implantación de Arquitectura generó muchas expectativas.
-Es que tenemos un interés especial en cambiar Málaga. A Málaga se le nota que no ha tenido una escuela de arquitectura. Yo espero que en los próximos años se note su influencia. Ya prácticamente cada semana hay una institución que quiere hacer cosas conjuntas, es decir, empieza a ser un interlocutor importante. Pero no olvidemos que el patrimonio de la escuela son los profesores.
-¿Está consolidado el equipo docente?
-Somos cerca de 30. Estoy muy orgulloso porque hay muy buenos arquitectos. El criterio de selección ha sido duro porque se exigen criterios de calidad y en un mundo como el andaluz y, especialmente, el malagueño, en el que ha sido muy fácil ganar dinero, malgastar el tiempo en concursos y ganarlos es síntoma de que el arquitecto que hay detrás está interesado en la arquitectura.
-Pero el equipo está creado.
-Sí, pero aquí hay un drama porque en la universidad se exige que la gente sea doctor y en arquitectura no hay doctores, los pocos que hay tienen garantizada la plaza en sus universidades, y como profesor asociado la gente no se viene de otra escuela porque cobran 430 euros al mes y por ese dinero tú no te cambias de ciudad. Hay profesores que gastan más en viajes de lo que cobran. Cuando digo que la escuela está montada quiero decir que hay un colectivo humano, otra cosa distinta es que ese grupo deje de cobrar 430 euros y pase a cobrar como funcionario.-¡Profesores a 430 euros!
-Se nos aplican los mismos criterios que a los matemáticos y el problema es que puede haber doctores que son pésimos arquitectos y magníficos arquitectos que no son doctores y a mí me interesan los arquitectos buenos. Que sean doctores es un atributo añadido, no al revés. Otro problema es el ejercicio profesional, porque yo pido a los profesores de proyectos que sean arquitectos, pero cuando son funcionarios no pueden ejercer, salvo a través de la OTRI. Es como si pides a un médico que cuando sea profesor ya no opere más.
-¿Cómo está siendo la adaptación al espacio europeo?
-Hay que afrontar que la Universidad ya no es un lugar de formación de las élites. Como concepto es un ajuste necesario, se aproxima al modelo anglosajón, con la diferencia de que allí se da un paso más y para ejercer hay que superar unos exámenes de Estado. Aquí nos quedamos a medio camino. Los colegios quieran hacer ellos los exámenes, pero... Yo el día que expulsen a arquitectos les dejaría hacer los exámenes, porque tener la puerta de entrada pero no la de salida me parece mal y es evidente que arquitectos para expulsar hay, no ya por malos sino por éticamente impresentables. Todos los que han participado en las operaciones de la Costa [investigadas por la Justicia] tienen que ser expulsados de la profesión. Una de las tareas de los colegios es el tema deontológico y no me explico cómo los colegios de notarios, abogados o registradores no han expulsado a colegiados.
-¿Los Colegios de Arquitectos han mirado para otro lado?
-¡Claro! Evidentemente. Con esto no quería decir que los colegios deban tener la llave de entrada en la profesión, sino que para explicar Bolonia observo que el problema es que no se acaba de ajustar el modelo, que en los países anglosajones está muy claro.

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