domingo, 26 de octubre de 2008

Urbanismo en mala racha (SUR)

El Ayuntamiento de Málaga ve cómo en menos de un mes la Junta rechaza y las constructoras se deshacen de un buen número de proyectos para la ciudad

Octubre no está resultando un buen mes para el Ayuntamiento en lo referente a proyectos urbanísticos privados que había previsto para la ciudad, que se han encontrado con un rechazo frontal por parte de la Junta de Andalucía. Las posturas encontradas de ambas administraciones sobre diferentes actuaciones bendecidas por el equipo de gobierno local las colocan en la cuerda floja y hacen que muchos las den ya por irrealizables.

Empezó el mes con el rechazo por parte de la delegación provincial de la Consejería de Cultura al hotel diseñado por el arquitecto Rafael Moneo para la zona de Hoyo de Esparteros. La altura de este proyecto, que alcanzaría ocho plantas más baja y ático, pese a que lo permitido en la zona es baja más cinco, fue -entre otros- el argumento de la Administración regional para decir 'no' a la actuación, que también incluye dos edificios de oficinas y un aparcamiento.

Los promotores de este plan urbanístico, por el que el Consistorio preveía obtener una inyección de 6,8 millones de euros para las arcas municipales, preparan nueva documentación, más amplia, para intentar convencer a los responsables de Cultura de que el proyecto no conlleva un impacto negativo para la ordenación del Centro ni incumple su normativa.

Opiniones enfrentadas

Desde la Gerencia de Urbanismo resaltaron que esto supone la pérdida de una oportunidad para la ciudad, ya que Moneo es un arquitecto de gran prestigio. Por su parte, el Gobierno andaluz sostuvo que no puede usarse el nombre de este personaje para vulnerar las normas urbanísticas que el propio Ayuntamiento fijó para el casco antiguo.

Impacto ambiental

Diez días después de este revés, llegó al registro municipal otro mucho más amplio para las pretensiones volcadas por el Consistorio en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). La Declaración de Impacto Ambiental (DIA) redactada por la Consejería de Medio Ambiente ha supuesto un duro golpe para el documento local al confirmar el rechazo a proyectos que suman 8.124 viviendas, entre ellas el medio millar de chalés al norte de la ronda este, los 664 pisos y hoteles previstos en la parcela de Arraijanal y una urbanización de 2.157 casas al oeste del Parque Tecnológico.

Además, la DIA anula 601 viviendas y equipamientos hoteleros en el distrito de Churriana, más de cuatro mil casas en las márgenes del río Campanillas, el proyecto de un puerto deportivo a la altura de El Morlaco y el traslado del colegio de los Hermanos Maristas a un suelo junto a la autovía de Las Pedrizas.

En el caso de los proyectos contemplados por el PGOU en Arraijanal, cabe recordar que el Ayuntamiento firmó un acuerdo con los propietarios del sector por el que estos aportarían 28 millones de euros a las arcas municipales a cambio de su desarrollo. Con ese dinero, cuya obtención queda ahora en entredicho ante el rechazo de la Junta, el gobierno local pretendía sufragar diversas obras de infraestructuras en el entorno de Guadalmar y en otros puntos de la ciudad. Entre estas últimas se incluyen un paso bajo la Ronda Oeste para conectar Santa Bárbara con la calle Leo Delibes -que forma parte del eje viario diseñado entre El Atabal y la Térmica- y el soterramiento de los cables de alta tensión que entran por el norte en la subestación de Los Ramos, cuya reducción y traslado están previstos por el equipo de gobierno junto con Sevillana-Endesa y Redesa.

Plan metropolitano

Los reveses para el planeamiento urbanístico elaborado por el Ayuntamiento no terminarán aquí, según fuentes consultadas por este periódico. El nuevo PGOU tiene que recibir todavía nuevos informes de departamentos del Gobierno central y del autonómico que pueden dar al traste con alguna de las operaciones contenidas en el documento, que recibirá el dictamen final de la Consejería de Ordenación del Territorio dentro de aproximadamente un año. Además, está previsto que en enero sea aprobado el Plan de Ordenación del Territorio (POT) del área metropolitana de Málaga, un trabajo al que el PGOU debe someterse y con el que choca inicialmente en más de una decena de cuestiones.

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