Estos huecos, junto al que dejó el árbol que se desplomó en febrero y los viejos plátanos de sombra se sustituirán por ejemplares jóvenes.
El desplome de un ficus microcarpa (laurel de Indias) de 150 años el pasado 16 de febrero situó en primera plana de la actualidad el estado de conservación de la bóveda vegetal de la Alameda. Apenas un mes después de aquel suceso, el Área de Parques y Jardines ha concluido un estudio sobre la arboleda, que tendrá su primera consecuencia ya el próximo domingo, con una solución salomónica: los dos ejemplares centenarios que se encuentran en peor estado serán retirados, y estos huecos -junto al que dejó el árbol caído- se repondrán con árboles jóvenes específicamente seleccionados.
El plan de rehabilitación y mejora de este espacio, que fue presentado ayer por la concejala Teresa Porras, supondrá además la poda de ramas de gran tamaño, que pueden suponer riesgo; así como la retirada de los plátanos de sombra (que están moribundos) y de las palmeras, que se sustituirán también por laureles de Indias de gran vitalidad. En total, se intervendrá sobre una veintena de unidades, en la mayor reforma de esta masa forestal que se acomete en las últimas décadas.
Para la redacción del proyecto se ha contado con uno de los mejores expertos en árboles urbanos y monumentales de España, Gabriel Iguiñiz (que ya asesoró al metro en el proyecto del túnel en esta zona). Las actuaciones de emergencia comenzarán a las siete de la mañana del próximo domingo, con dos líneas de trabajo. De una parte, la retirada de los que están en peor estado, el situado junto a Puerta del Mar, que permanece sujeto con hierros. Y otro a la altura de la Casa de Guardia, en el lateral norte. Los trabajos se han coordinado con el Área de Movilidad y supondrán la interrupción del tráfico en parte del eje central y de un lateral, en función del punto en el que se esté trabajando.
En la misma jornada se podarán dos ramas horizontales, «con mucho vuelo y gran peso, que están en una situación complicada», en palabras de Iguiñiz. Se trata de los situados en el paso de cebra de la iglesia de Stella Maris, «una rama longitudinal que cruza el paso de cebra», añadió el director de Parques y Jardines, Ángel Salazar; y otra perteneciente al más cercano al río Guadalmedina, de unos 20 metros y con heridas, «una rama horizontal muy larga que sobrevuela el semáforo del cambio de sentido de la Alameda».
Una segunda fase se acometerá a partir de esta primavera, con la sustitución de siete plátanos de sombra, cuatro palmeras y una yuca por ficus de la misma especie, hasta alcanzar unas 40 unidades, «siempre -apostilló el experto- que se respete la disposición de un ejemplar cada 14-15 metros». Para ello se buscarán árboles de entre diez y veinte años y de 15 centímetros de diámetro de tronco en viveros a nivel internacional. Las fosas de plantación, de unos nueve metros cuadrados, se rellenarán de una mezcla de tierra vegetal de alta calidad con piedra de cantera para favorecer el desarrollo de las raíces.
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