miércoles, 5 de mayo de 2010

Puesta de largo de Atarazanas (Málaga Hoy)

La expectación era total y el lleno absoluto. Sorpresa y admiración entre los clientes, y nervios y entusiasmo entre los comerciantes fue la mezcla de emociones que suscitó la nueva imagen del mercado de Atarazanas que ayer se vistió con sus mejores galas para dar la bienvenida a malagueños y visitantes después de casi dos años y medio en los que ha permanecido cerrado a cal y canto para su gran lavado de cara, que no convence a todos por igual.

Los más recelosos algunos de los comerciantes más conservadores a los que le ha costado aceptar su nueva situación. La dimensión de los puestos y que algunos no contaban con las comodidades que ellos aseguran que necesitan para desarrollar su actividad seguía planeando como un halo negativo entre los que han tenido que trabajar a contrarreloj en las últimas semanas para poder abrir a tiempo.

Francisco Jiménez ha sido uno de los pescaderos afectados por el nuevo diseño de los puestos de pescado, pero ayer ya no quería acordarse de lo que ha pasado. Era un día de celebración en el que trató incluso de olvidar "lo mal que hemos estado en el mercado provisional porque allí el público no era el mismo".

Ahora sólo piensa en trabajar mucho para recuperar las pérdidas económicas que les ha ocasionado la obra de rehabilitación. Y lo hace junto a su hija, que le ayuda en su puesto, y su yerno que regenta otro una calle más allá. Su mujer, María Cazorla, ya hace algún tiempo que dejó de trabajar en el mercado al que ha estado vinculada de los 14 años cuando empezó con su padre. "He estado aquí toda la vida y cuando conocí a mi marido terminé haciéndolo pescadero también", comentó entre risas por la emoción de volver a la que dice que ha sido su casa.

La organización en el traslado desde el mercado provisional, que durante casi dos años y medio ha estado ubicado sobre el aparcamiento de la calle Camas, también fue ayer objeto de las críticas de algunos comerciantes como Antonio Carrión. Este carnicero aseguró que hasta la última hora del lunes no tuvieron luz para poder echar a andar las neveras y "hasta las 22:00 de la noche no me atreví a pedir el género".

El haber tenido sólo dos días para poder mudarse a Atarazanas también considera que "ha sido un desastre". No le ha dado tiempo ni de poner el cartel y en cuanto a las dimensiones de su nuevo puesto también lo tiene claro: "no es nada funcional y apenas tenemos sitio para movernos".

Miguel Nieto también ha echado en falta que no les hayan consultado lo suficiente a los comerciantes antes de dar por acabado el diseño. Y eso que su puesto de congelados, que posee desde hace 55 años aunque ahora lo regenta su hijo, sólo se ha visto afectado en la disminución de los congeladores y aseguró que le han mantenido en "un punto estratégico".

Pero a pesar de "los fallos que hemos detectado teníamos tantas ganas de volver que los pasamos por alto". Lo que sí lamentó es que para "el 90% de los comerciantes este tiempo haya supuesto la pérdida de miles de euros".

Para Ascensión Heredia y su marido José Francisco Gómez, en cambio, la vuelta al mercado central ha sido como empezar completamente de cero. Apenas llevaban unos meses en Atarazanas cuando les sorprendió el inicio de las obras de rehabilitación. Abrieron un puesto de charcutería cuando él se quedó en paro por la caída del sector de la construcción y, a diferencia de la mayoría de sus compañeros, ellos no tienen tan mal sabor de su traslado al provisional de la calle Camas porque "allí es donde hemos conseguido hacer nuestra clientela".

A Ana Jiménez le ha pasado algo parecido. La caída de las ventas en más de la mitad, como aseguran los comerciantes desde que se fueron del mercado central, no lo ha notado en su panadería porque sólo hace un año que abrió y siempre ha estado en el provisional. Aunque sí señaló que en los últimos meses "la cosa ha estado muy floja". Ayer fue su primer día en el histórico edificio de Atarazanas y empieza la nueva etapa con ilusión.

A Fernanda García entusiasmo tampoco le falta ante la nueva etapa que les brinda la imagen renovada del zoco municipal. Ha vivido tantos momentos en su interior que para ella todo ha sido positivo. Tanto que hasta conoció a su marido trabajando allí cuando sólo tenía 15 años. El que ahora es su suegro la contrató como empleada en el puesto de verduras y fruta entonces y acabó enamorándose del hijo del jefe. "Siempre me dijo que me eligió para que fuera su empleada y su nuera", recordó entre risas mientras despachaba a sus clientes de toda la vida que no le han fallado mientras ha durado la odisea en el mercado provisional.

Para ella y su marido, el traslado al central ha supuesto además el poder cumplir el sueño del fundador y es poder ampliarlo. En su caso no hay problema de espacio e incluso han podido añadir unas estanterías para colocar el género que antes no tenían.

La sensación agridulce que muchos comerciantes tenían ante la apertura del mercado contrastaba con la de los que ayer decidieron acercarse a ver el resultado de la comentada reforma de Atarazanas. Entre los clientes habituales del emblemático zoco de la capital todo fueron palabras de elogio ante lo que consideraron un acontecimiento especial tras muchos años viendo como el edificio sufría un grave deterioro que se notaba día a día.

Mari Carmen Podadera y su sobrina estaban encantadas con el resultado y aseguraron que con esta nueva imagen "da gusto comprar". Los puestos de verduras y frutas y la cristalera es, para ellas, lo mejor.

Hubo incluso quienes quisieron inmortalizar tan especial efemérides y ayer acudieron al mercado cámara de fotos en mano para conservar el recuerdo de ese día. Antonio Albeano quería guardar hueco en su álbum de fotos para la inauguración del nuevo mercado del que dijo que lo que más le había sorprendido era que "en el suelo no he visto ni una gota de agua".

Lo más difícil ya está hecho, ahora sólo habrá que esperar a que el boca a boca vuelva a atraer al mercado de Atarazanas los clientes que el cambio le hizo perder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario