miércoles, 21 de julio de 2010

La SOLEDAD de la Autoridad Portuaria (Málaga Hoy)

La Junta intervino en contra del supermercado y de la posición de Linde en el consejo de administración del Puerto del día 30

JAVIER GÓMEZ / MÁLAGA | ACTUALIZADO 21.07.2010 - 01:00
zoom

Enrique Linde, en su despacho de la Autoridad Portuaria.

El presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique Linde, tiene múltiples jefes y quizás ninguno, al dirigir un organismo tan complicado como polémico. Aunque su puesto lo nombra la Consejería de Obras Públicas de la Junta, como se trata de un puerto de interés general del Estado depende del Ministerio de Fomento. Y en su consejo de administración, además de los representantes de las administraciones central y autonómica, se sientan vocales del Ayuntamiento, los sindicatos y la patronal. Sin embargo, como su nombramiento depende directamente de la Junta de Andalucía, se diría que la consejera de Obras Públicas, Rosa Aguilar, debería tener influencia prioritaria sobre Linde.

No parece que haya sido exactamente así en las últimas semanas, en las que la Autoridad Portuaria ha estado en el ojo del huracán por su propuesta para modificar el plan especial de los muelles 1 y 2 para permitir un gran edificio cultural, de 19 metros de altura, con un supermercado en sus bajos. Linde y Aguilar se han cruzado declaraciones en los medios, en el consejo del Puerto e incluso cartas, según confirmaron a este diario fuentes de la Junta.

La consejera primero expresó verbalmente su disgusto con la superficie comercial planteada por la concesionaria, a la que anteriormente se había opuesto la delegada del Gobierno andaluz, María Gámez. Fue el 17 de junio cuando Aguilar, en declaraciones a este periódico, se mostró contraria a la instalación del supermercado junto al Palmeral de las Sorpresas, en el que la Junta ha invertido 31 millones de euros. La consejera se sumaba así a las distintas voces de políticos y ciudadanos que rechazaban la iniciativa privada. Un movimiento que había alertado y convencido a la dirección provincial del PSOE, que llegó a pedir a Aguilar su intervención para que Linde desistiera.

Linde no rectificó entonces y mantuvo su postura de seguir adelante con la modificación urbanística. En los días siguientes se reunió con el alcalde y los responsables de la empresa concesionaria y de Unicaja, que optaba a la gestión del edificio cultural, para defender el proyecto ante los medios de comunicación, y más tarde, el 23 de junio, lo presentó públicamente.

Así se llegó al consejo de administración de la Autoridad Portuaria del día 30 de junio, en el que el principal representante de la Junta, el presidente de la Agencia de Puertos de Andalucía, José Salgueiro, leyó una declaración escrita en la que expresaba la oposición de la Consejería de Obras Públicas al supermercado en la llamada esquina de oro.

El recado que la consejera había trasladado a Linde a través de los medios le llegaba ahora por escrito y ante la sorpresa de los miembros del consejo de administración del Puerto, como ha podido confirmar este periódico de varias fuentes presentes en la reunión. No fue la única voz contraria. También un representante de los sindicatos mostró su rechazo. A Linde se le pidió que cualquier iniciativa al respecto fuera refrendada por el consejo de administración, algo a lo que accedió.

Linde escribió una carta a la consejera de Obras Públicas para explicarle su postura ante la polémica, que después fue respondida por Aguilar. En público, el responsable portuario empezó a trasladar sus reticencias ante el supermercado -siempre ha dicho que no le gusta, pero que su responsabilidad es gestionar y no opinar- y encargó un informe a la Abogacía del Estado para determinar si podría vetarlo llegado el caso. Pero siguió adelante con la tramitación urbanística de los cambios que lo instalaban en la esquina de oro. Con el rechazo de la persona que lo nombra escrito en las hemerotecas y en las actas del consejo de administración del Puerto, tardó 15 días en dar marcha atrás.

No se decidió del todo hasta que el lunes 12 de julio, el alcalde de Málaga retiraba su apoyo a la actuación, hasta entonces bastante firme. Fue tras la aparición de un manifiesto firmado por cuarenta notables de la ciudad contra el cambio del plan del Puerto, el incremento de tamaño del edificio cultural, el supermercado y el mantenimiento de la verja del muelle 2. Francisco de la Torre abría un nuevo periodo de "reflexión" y abogaba por volver a los parámetros acordados en 2004.

Linde tardaba tres días en digerir la pérdida de su último aliado y estallaba el jueves: retiraba la propuesta y se negaba a negociar ningún cambio más del plan del Puerto con el Ayuntamiento "mientras el que preside este Puerto sea quien es y mientras el alcalde sea quien es". También apuntó que el liderazgo democrático de Málaga, que a priori corresponde al regidor, estaba vacante. Estas declaraciones tampoco han sentado demasiado bien en la Junta. Sus responsables están acostumbrados a la confrontación soterrada con el regidor del PP, pero no hasta el extremo de negarse públicamente a negociar con él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario