jueves, 9 de diciembre de 2010

Alcazabilla, un escenario de historia (Málaga Hoy)

Los vecinos valoran las obras de reurbanización desarrolladas en esta vía, que han permitido generar un gran mirador desde la vía hacia el Teatro Romano · El Plan Turístico interviene ahora en los extremos de la vía

S. SÁNCHEZ / MÁLAGA | ACTUALIZADO 09.12.2010 - 01:00
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Montaje de dos fotografías de la calle Alcazabilla y su entorno.

Su nombre mana de las raíces mismas de la historia de la ciudad. Alcazabilla, bautismo que deriva de la Alcazaba de Málaga, localizada a apenas metros de una vía que une la calle de la Victoria y la Plaza de la Merced con el Palacio de la Aduana. En sus apenas 250 metros de longitud se abrazan muchas de las civilizaciones que han hecho de Málaga su lugar de asentamiento y muestra de ello son el Teatro Romano y la Alcazaba. Ahora, la remodelación impulsada hace meses por el Ayuntamiento de la ciudad y financiada con fondos estatales, permite observar cómo la mano de estos monumento se une a la de uno de los grandes iconos presentes de la capital, el Museo Picasso, y de su futuro próximo, el Palacio de la Aduana y su reconversión en Museo de Bellas Artes.

Un barrio acostumbrado a sufrir heridas perennes, constatables en los solares baldíos y los edificios ruinosos de Tomás de Cózar y Beatas, mira ahora con satisfacción una calle que ha pasado a convertirse en escenario transformado, en escaparate digno del casco antiguo, ágora de los miles de visitantes que a diario encaminan sus pasos por el interior del corazón de la ciudad.

"Los comentarios que hay entre los vecinos son de satisfacción; están deseando que terminen las obras , que están quedando bastante bien", comenta María José Soria, presidenta de la Asociación de Vecinos del Centro, quien hace hincapié en la necesidad de adecuar la parte vegetal de la trasera del Picasso. La representante vecinal destaca la amplitud que se ha logrado con los trabajos de reurbanización de la vía, al punto que ha generado un gran mirador desde el que los peatones pueden asomarse a modo de balcón al Teatro Romano. "Ver la calle tan abierta, donde se puede hablar, echar fotos... Es muy agradable", apostilla.

Buena parte de lo ejecutado tiene tras de sí la firma del mismo arquitecto que años atrás dio forma a la transformación del Palacio de Buenavista en el ahora Museo Picasso. Rafael Martín Delgado, junto a esposa Isabel Cámara, fue el primero en imaginar lo que ya es realidad: una Alcazabilla abierta a su historia. "Ha quedado un espacio importante y sobre todo se ha integrado muy bien el Teatro en el mirador", explica.

A su juicio, los objetivos marcados al inicio de la actuación se han cumplido, a la espera, eso sí, de la guinda en el pastel: la colocación de una pirámide de vidrio a través de la cual se podrán observar parte de los restos arqueológicos hallados en el subsuelo de la calle. Esa estructura, apunta, "va a dar sentido a los restos que se han quedado debajo y que ahora mismo no tienen manifestación".

Rematada la parte central de la calle, justo donde se localiza su sección más amplia, los obreros siguen trabajando en sus extremos, marca del Plan Turístico de Málaga. Esta estrategia de regeneración de puntos claves del casco antiguo, impulsada por la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento, busca la conexión de la calle Alcazabilla con la Plaza de la Merced y el Palacio de la Aduana.

Sumando esta última intervención, que se prevé esté culminada antes de finales de año o principios de 2011, serán algo más de 1,5 millones de euros los que se habrán invertido en la renovación de este escenario urbano, seña de identidad de Málaga y su historia.

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